Si te pedimos que pienses en el ‘Guernica’ de Picasso o ‘La persistencia de la memoria’ de Dalí, seguramente, se te vendrán a la mente estas pinturas enmarcadas y expuestas en museos como el Reina Sofía de Madrid o el MoMa de Nueva York. Pero, ¿te imaginas viajar a través de ellos con gafas de realidad virtual o música y juegos de espacio? Eso es lo que proponen experiencias como Desafío Dalí o Imagine Picasso. Muestras en las que el arte clásico y la tecnología se dan la mano para ofrecernos un viaje íntimo a través de la obra de estos autores icónicos. Sin embargo, ¿merece la pena ir a estos espacios donde no veremos la obra original? Con esta duda en mente, visitamos todas estas exposiciones inmersivas para intentar ver hasta qué punto resultan interesantes.
Oportunidad única
Todas estas exposiciones parten de la premisa de acercarnos a las obras de grandes pintores como nunca antes las hemos visto gracias a la realidad aumentada o el 3D, en algunos casos. “El arte también ha evolucionado de la mano de la tecnología. Los espectadores se han acostumbrado a ver las obras auténticas en los formatos originales en las galerías y museos de todo el mundo. Descontextualizarlas, sacarlas del marco y verlas a otra escala nos ofrecen una nueva visión de las mismas”, explica Daniel Esteras, responsable de comunicación de Desafío Dalí e Imagine Picasso. Y lo cierto es que sí, puedes disfrutar de obras icónicas como ‘El gran masturbador’ o ‘Las señoritas de Avignon’ en un formato enorme que te envuelve por completo.
Asimismo, estas exposiciones inmersivas permiten ver recopilada la obra de estos autores al completo, algo imposible en formato físico y tradicional, ya que se encuentran repartidas por museos de todo el mundo. “Este tipo de exposiciones permiten la inmersión del espectador en la obra, por lo que la persona no solo la ve, sino que forma parte de ella, convirtiendo la visita en toda una experiencia. Tanto Desafío Dalí como Imagine Picasso reúnen cientos de obras de ambos artistas en formato digital. Una oportunidad única”, comenta Esteras.
Uno de los puntos fuertes de estas muestras es lo bien ordenado que está todo para que, tengas nociones o no, puedas entender por completo al artista. Todas comienzan con un recorrido cronológico que liga la obra de los autores con sus momentos vitales. Algo muy interesante y que en los museos tradicionales no suele contextualizarse con tanto lujo de detalle. En Desafío Dalí, además, lo hacen con sus obras expuestas en gran formato para que puedas analizarlas. Imagine Picasso, por contra, se limita a colgar unos cuantos paneles informativos con fechas y hechos. No es hasta que pasas a la segunda sala de proyección cuando ves todas sus obras proyectándose unas tras otras en distintos paneles al ritmo de la música y un cuidado juego de luces.
Tecnología al servicio del arte
Pero más allá del recorrido por la vida y obra de los autores, lo más interesante de las exposiciones inmersivas es el uso que hacen de la tecnología para acercar el arte a la era de Instagram. “Es interesante poder acercar a estas generaciones la obra y figura de artistas que para ellos resultan muy lejanos, de una manera similar al contenido que consumen”, comenta Esteras. En este sentido, Desafío Dalí supera con creces al resto de exposiciones con técnicas de realidad aumentada, micro mapping, juegos interactivos, recreaciones de su taller o gafas de realidad virtual para recorrer Cadaqués y algunas de sus pinturas. Sin embargo, Imagine Picasso sigue la estela de otras muestras como In Goya que se limitan a fusionar música y luces mientras las obras se suceden en las distintas superficies.
Este tipo de exposiciones, además, nos descubren cómo influenció el contexto histórico en la obra de los artistas. En el caso de Desafío Dalí, nos desvelan, a lo largo de sus 2.000m² de exposición, su faceta multidisciplinar en joyería, cine o publicidad. Así, descubrimos la colaboración del artista en cintas como ‘Recuerda’ de Alfred Hitchcock o ‘Un perro andaluz’ y ‘La edad de oro’ de Luis Buñuel. O su pasión por las joyas, que le llevó a desarrollar algunas con un mecanismo interno para que latieran como un corazón.
Diferente, que no peor
Obviamente, todas estas exposiciones inmersivas no ofrecen la sensación de estar frente a un pedazo único de la historia, como tendrías al entrar a un museo y ver las obras originales. Sin embargo, sí que es una manera original y muy amena de conocer la vida y obra de célebres pintores. En este sentido, estas exposiciones actuarían como un monográfico para poder entender las influencias y el contexto histórico y personal que ha marcado a los pintores, así como un análisis más detallado de sus obras más icónicas. “Las exposiciones inmersivas no han llegado para sustituir a las exposiciones tradicionales, sino para complementarlas y amplificar la experiencia”, asegura el portavoz.
Ambas exposiciones están en el recinto madrileño de Ifema y tienen entradas desde los 15 euros, en el caso de Imagine Picasso, y de 16,50 euros, para Desafío Dalí. Comparando ambas, Imagine Picasso ofrece una experiencia muy artística y todo un deleite visual, con más de 200 obras de Picasso proyectadas en enormes paredes y estructuras con forma de origami de hasta 10 metros de altura. Pero es Desafío Dalí la que logra un carácter más inmersivo en la vida y obra de Dalí al plantear juegos, ofrecer experiencias con gafas de realidad virtual y recrear espacios del taller del autor y mostrar fotos íntimas.
A fin de cuentas, tiene sentido reformular a los clásicos siempre y cuando sea con un viaje que involucre más al visitante, no a través de una sucesión de obras pictóricas en formato digital. Eso sí, cualquier exposición de estos autores, siempre es un buen plan.