¿Por qué ‘La trinchera infinita’ se ha colado en la carrera por los Oscar?

Si todavía no has visto la cinta española protagonizada por Antonio de la Torre y Belén Cuesta, ahora ya no tienes excusa.

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Es cierto que pasó de manera bastante discreta por las salas de cine, con 226.410 espectadores y una recaudación de alrededor de 1.200.000 euros, pero quien la vio ya no pudo olvidarla. Este drama sobre los topos republicanos que debieron pasar décadas escondidos para evitar ser asesinados no deja indiferente a nadie. Mucho menos a los miembros de la Academia del Cine española, que han querido que sea esta película ambientada en el franquismo  la que represente a España en la edición 93º de los premios Oscar el próximo 25 de abril. Desde hace unos meses puedes ver ‘La trinchera infinita’ en Netflix España y, a partir del próximo 6 de noviembre, la plataforma también la distribuirá en Estados Unidos. Un drama cargado de tensión no apto para agorafóbicos que has de ver por estos motivos.

No es una película más sobre el franquismo

Se han hecho muchas cintas sobre el franquismo y la Guerra Civil española, algunas tan recientes como ‘Mientras dure la guerra’ de Alejandro Amenábar, pero esta es diferente. Protagonizada por Antonio de la Torre y Belén Cuesta es diferente, la película no profundiza en cuestiones políticas, sino que el conflicto y la historia sirven de telón de fondo para un retrato sin precedentes de un país consumido por el miedo y la represión. Tampoco priorizan los hechos históricos, aunque de la mano del protagonista vamos pasando por puntos claves de la historia española. Sin embargo, ‘La trinchera infinita’ sí ofrece una minuciosa disección de la naturaleza humana en todo su esplendor y miseria. Y solo por eso ya vale la pena verla.

Un recuerdo necesario

A la película no le hacen falta discursos grandilocuentes ni frases memorables porque en sí ya es un gran discurso que invita a una cruda reflexión sobre nuestro pasado reciente. Una historia sencilla pero cargada de matices que muestra la desgarradora vida de los disidentes republicanos que, una vez acabada la contienda, tuvieron que esconderse en habitáculos minúsculos y pasar décadas encerrados en ellos para evitar la venganza por parte del bando franquista. La historia de Higinio podría ser una más de las que vivieron miles de españoles desde el fin de la guerra hasta que Franco firmase en 1969 la Ley de Amnistía.

Un palmarés de lujo

A la crítica le encanta que el cine repase el pasado de España, pero si ‘La trinchera infinita’ ha triunfado no es solo por su emotiva historia. Todo en ella está cuidado al detalle, desde la impresionante banda sonora a cargo de Pascal Gaigne, hasta la impresionante fotografía de Javier Aguirre y la excelente dirección de los tres directores vascos: Aitor Arregi, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga. Una obra de arte que fue nominada a casi todas las categorías en los premios Goya, llevándose al final el premio a Mejor Actriz Protagonista y a Mejor Sonido. También ganó un premio Feroz y dos premios Días de Cine a Mejor Película y Mejor Actriz, lideró las nominaciones en los premios Platino y fue muy aplaudida en el Festival de San Sebastián.

Actores que dejan sin palabras

El peso recae sobre los dos actores protagonistas, Antonio de la Torre y Belén Cuesta. Son ellos los que llevan la carga dramática y hacen dinámica una historia densa que transcurre casi en su totalidad en apenas unos metros cuadrados. Los dos derrochan humanidad y consiguen que empatices con su historia, ideologías aparte, desde el minuto uno. Porque, al final, no es una cuestión de bandos, sino de personas, de miedos, de amor y de perdón. Y si Antonio de la Torre está brillante y logra guiarnos por todo un arco emocional increíble, lo de Belén Cuesta también es digno de destacar. Acostumbrados a verla en comedias como ‘Paquita Salas’ o ‘A pesar de todo’, con esta película la actriz demostró que lo suyo también es el drama.

Un agobio que traspasa la pantalla

Los angustiosos primeros minutos de la película ya nos marcan el tono de la película. Una persecución a vida o muerte, rodada con la cámara al hombro y que hace que te quedes de piedra desde el principio. Es visceral, realista y violenta hasta decir basta y hace que el miedo se te atenace en el estómago. El agobio es uno de los ingredientes principales de esta producción, ya que la historia logra que te pongas en la piel del protagonista y sufras en tus carnes esa opresión y angustia que padece al estar oculto años y años tras un tabique. Su mundo son esas cuatro paredes y durante poco más de una hora también es el tuyo.

Rica en acentos y verdad

Aunque la dirección corre a cargo de dos vascos, Jon Garaño, Aitor Arregi Galdos (‘Handia’), esta cinta respira esencia andaluza por todos lados. Y es que gran parte de los topos se ocultaron en el centro y sur de España, ya que en el norte del país era más sencillo huir y esconderse en el bosque. Por eso, para llenar de verdad la historia se optó porque los dos protagonistas fueran andaluces. Se cuidó muchísimo todos los acentos, expresiones y giros, así como la ambientación para recrear un pueblo malagueño de la época. Un rigor que te hará entrar de lleno en la historia y vivirla de la forma más orgánica posible.

La reina de Netflix

Ya hemos dicho que su éxito en el cine fue moderado, pero una vez que Netflix la incluyó en su catálogo todo el mundo recomendaba verla. Se estrenó justo el primer fin de semana de confinamiento, con toda España encerrada en sus casas, lo que hizo que muchos de por sí se identificaran con el protagonista, prisionero en su propio hogar. Así se convirtió en todo un exitazo y alcanzó el número 1 en la plataforma. Por lo que, si no te vale nuestra opinión, que te sirva la de millones de usuarios de la plataforma.