Ya hemos visto la segunda temporada de ‘Paquita Salas’ y somos más felices

Paquita está jodida, pero no hay nada que PS Management no pueda superar.

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¡ALERTA SPOILERS! A estas alturas el aviso ya parece un brindis al sol, pero que por nosotros que no quede. Si sigues leyendo es porque no puedes aguantarte las ganas de saber qué devenir le espera a nuestra amada Paquita Salas. Y acentúamos lo de nuestra, porque la ínclita representante de actores se ha convertido, por gracia de los Javis, en un nuevo icono nacional, en la quintaesencia del nuevo costumbrismo millennial español. Paquita nos representa, vamos si nos representa.

Aunque no vamos a desgranarte la serie entera, para que puedas disfrutar en todo su esplendor de las nuevas perlas que acontecen en torno a PS Management, sí vamos a hablar de los nuevos conflictos y vicisitudes a los que tiene que hacer frente (nuestra) Paquita. Porque en esta temporada, está un poco jodida.

Mariona Terés se la ha jugado

Paquita tiene la negra con sus representadas. Ella que se desvive por aupar a la gloria a sus pequeñas pupilas, cuando alcanzan el éxito se olvidan de esta entrañable devoradora de ‘tigretones’. Dice el dicho que “cría cuervos y te sacarán los ojos”, pues toma dos tazas. Resulta que Mariona Terés, aquella chica que descubrió Paquita en la primera temporada haciendo de ‘chacha’ en un teatro de barrio, ha firmado por una trilogía y de su antigua representante ya ni se acuerda. Como tú comprenderás, Paquita no se va a quedar de brazos cruzados. Ni zen, ¡ni hostias! Le pica la nariz, y eso significa movida.

Crisis en PS Management

Si a Belén Esteban se la liaron por tres ‘cocretas’, a Paquita en esta segunda temporada se la lían por un maldito jarrón. Sí, un jarrón. Resulta que el búcaro no era del chino y a Paquita le endosan el desperfecto. ¿Resultado? Pues que PS Management adquiere una nueva deuda que tendrá que solventar con mucha imaginación, tirando de favores y algún que otro ‘Pasapalabra’. Los artificios para conseguir liquidez son entre almodovarianos (la referencia la pillarás al momento cuando veas la serie) y emotivos.

¡Qué ‘domain’!

Paquita Salas no es nativa digital, eso es bien conocido. Ella levantó su propio negocio cuando eso de los social media sonaba a chino. Vamos, que se quedó en la época de ‘Periodistas’, de ‘The Newsroom’ no ha visto ni la cabecera. Lo 2.0 no es su campo, ella es más del ‘tú a tú’ de toda la vida. Pero en plena época de las redes sociales y la sobreinformación, o te adaptas o te comen. Paquita está dispuesta en esta segunda temporada a expandir las virtudes de PS Management al mundo virtual. Pero se encuentra con un nuevo contratiempo que complicará aún más si cabe el devenir de su agencia. Si en la primera temporada el spam casi le cuesta un disgusto, en esta segunda temporada la World Wide Web se le atraganta más que unos torreznos sin Larios.

Elenco de estrellas

A la vista de la segunda temporada de Paquita Salas, presuponemos que los Javis tienen una libreta repleta con todos los cameos que les han propuesto o que desearían realizar. Si ahora mismo hay una serie que ha recuperado como esencia de la misma esa estrategia tan de sitcom de los 2000 como son los cameos, esa es ‘Paquita Salas’. Así de corrida en esta segunda temporada aparecen: Ana Obregón, Antonio Resines, Paz Vega, Verónica Echegui, Terelu Campos, Ignatius, Beatriz Luengo, Roi de OT y Pepa Charro, más conocida como la Terremoto de Alcorcón. Todos ellos se unen al conocido reparto de la serie compuesto por Brays Efe, Belén Cuesta, Anna Castillo, Lidia San José, Yolanda Ramos, Álex de Lucas y Secun de la Rosa.

De todo el elenco permítenos que hagamos una mención especial a Yolanda Ramos, Belén Cuesta y Brays Efe. La primera porque es una de las columnas vertebrales de la serie. Los Javis han revelado que ellos no cortan cuando se termina de rodar la escena, dejan que la acción continue con la intención de que la espontaneidad genere momentos mágicos que puedan trascender más allá de un guión establecido. Y Yolanda Ramos es la palanca perfecta para que la naturalidad fluya en cada escena. Todo resulta natural, sin diálogos impostados ni réplicas forzadas. La segunda, Belén Cuesta, simplemente está maravillosa. Su papel de Magüi, con esa actitud apocada e ingenua aporta el punto naíf a una serie tan barroca. Sin Magüi, Paquita Salas habría acabado ya en la López Ibor. Así que gracias por existir. De Brays Efe hay poco que añadir que no hayas podido comprobar tú mismo, querido espectador. Sencillamente, su papel es lo mejor que le ha pasado a la televisión nacional en los últimos años.

Conclusiones

En definitiva, esta segunda temporada sigue la estela de la aclamada primera. Los Javis vuelven a regalarnos una buena dosis de carcajadas inyectadas de necesarias lecciones de moralidad y libertad. Todo ello apadrinado por el mastodonte Netflix, una custodia que puede ser contraproducente para una serie tan campechana como esta, pero sus creadores no se han dejado llevar por la grandiosidad y han querido respetar el espíritu cercano que la define.