Memes: así influyen en nuestra vida más allá del cachondeo

Se han convertido en un elemento imprescindible de nuestra vida digital pero, ¿hasta qué punto nos están marcando y cuál es su alcance?

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Una niña que mira a la cámara con cierta malicia mientras una casa arde a sus espaldas. Una joven que se enfada con su novio mientras este observa con deseo a otra mujer que acaba de pasar. Seguramente, solo con esta descripción has visualizado estas dos imágenes sin necesidad de verlas. Al fin y al cabo, todas tienen ya su hueco en nuestro ADN sociocultural. Los memes se han convertido en la forma de expresión por excelencia de la Generación Z y cualquier internauta es capaz de reconocerlos al instante. Pero, ¿hasta qué punto estas creaciones sarcásticas nos influyen? Aprovechamos la Semana de Internet para hablar con el tiktoker Memecenoprofundizar en la esencia de esta construcción social y artística. Te gusta y lo sabes.

Humor, sencillez y fama

¿Cuántas veces has podido compartir un meme? Exacto: tantas que no podrías echar las cuentas. Este producto cultural dentro del capitalismo de las plataformas y con una gran potencia viral abunda en redes como Twitter, Instagram o WhatsApp. El fenómeno del meme ha dado fama a personajes como Samantha Hudson, que han hecho del shitposting, esa publicación de contenido pobre e irónico a modo de troll, su máxima representación. Incluso hay cientos de páginas centradas en ellos. “Los memes ya están en nuestro imaginario colectivo. No podríamos pensar en política, por ejemplo, sin el meme de la rana Pepe. Son parte de nuestra vida y están ligados con momentos históricos”, opina Álvaro L. Pajares, tiktoker y autor de ‘Memeceno‘, apodo que también usa.

El meme de Disaster girl surge de una foto que en 2005 tomó Dave Roth de su hija, Zöe Roth.

Los memes han popularizado personajes como la perra Kabosu o Chloe Clem

Pero también ha lanzado al estrellato a personajes como la perra Kabosu, gracias al meme Doge, o a Chloe Clem, que se convirtió en meme siendo una niña. “Hace poco hasta el New York Times sacó un hall of fame en el que había una serie de memes entre los que estaban Bad Luck Brian, Success Kid y Disaster girl, la chica de la casa en llamas, entre otros”, afirma el influencer. De hecho, aunque algunos como la dueña de Kabosu no han querido sacar beneficio económico de ello, pese a que el propio Elon Musk usó la imagen de su perra como logo de Twitter, otros como Zoë Roth sí que han vendido su meme de Disaster girl como NFT por 459.000 euros.

Y si por algo han proliferado estas elaboraciones es por su sencillez y claridad. “Hoy en día se ha convertido en una lengua franca en la red. Todos los medios de comunicación y las grandes marcas los utilizan como una manera de acercarse a su audiencia porque es un lenguaje común y coloquial para todos”, explica el tiktoker. Además, está globalizando y unificando el humor, al menos, en en el mundo online. “Aunque las bromas son una cosa muy característica de cada cultura, en Internet existen pautas unitarias con idiomas predominantes como el inglés y el español dentro de los cuales el meme es un lugar común muy grande que nos permite acercarnos los unos a los otros”, señala Memeceno.

Un poco de historia

Aunque 1983 fue el año marcado como el del nacimiento de Internet, el surgimiento del meme se remonta unos cuantos años antes. Fue el biólogo Richard Dawkins quien la definió por primera vez en 1976 en su libro ‘El gen egoísta‘. “Dawkins estaba obsesionado por traducir la teoría de la evolución de Darwin al mundo de la cultura. Entonces, creó el concepto de meme como un análogo del de gen“, matiza el experto. Podríamos decir que son esas ideas y recuerdos sociales que pasan por la cultura evolucionando. Algunos, simplemente, dejan de existir; y otros, perduran en el tiempo porque los seres humanos los replicamos.

Dancing baby se considera el primer meme de la era digital.

Hasta los políticos usan ya memes en sus campañas

Según Dawnkins, cualquier cosa podía ser un meme, ya fuera moda, música, cine o humor. Fue con la democratización de Internet y su transformación en algo social y no solo una herramienta de trabajo, cuando se convirtió en lo que hoy en día conocemos. “Se empezó a dar forma a esa cultura con gatitos tocando el piano, gente subiendo vídeos de sus hijos y todo eso que tanto se ha popularizado en páginas como 4Chan, Reddit o ¡Cuánto cabrón! y que luego saltó a las redes sociales”, comenta. Dancing Baby, creado en 1996 para mostrar las increíbles capacidades del nuevo software CGI de Kinetix Character Studio, se considera el primero de la historia de la red, según la mayoría de profesionales.

Políticos, ¿ola ke asen?

La fama de estas imágenes y gifs ha crecido y se ha extendido tanto que incluso los políticos los usan en sus campañas. Una manera efectiva de lanzar mensajes a través de sus cuentas personales. “Interesan gracias a su capacidad de resumir un discurso en una o dos frases y por su habilidad de polarizar y contraponer lo que tú piensas con lo que consideras que está mal; o contraponer una verdad con una supuesta mentira. Esto en un mundo en el que nos bombardean con continua información se vuelve una brújula o manera de navegar en todo este exceso de datos”, asegura Memeceno.

Donald Trump es uno de los políticos que más memes ha dado e, incluso, él mismo compartió sus parodias con la rana Pepe.

Con su carácter irónico, el meme cambia el carácter de protesta

Con un carácter tan irónico y crítico, es evidente que también el nuevo activismo ve en todo este universo un nicho que explotar. “Cambia los modos de protesta. No tanto en los millennials ni en los que están en la treintena, pero sí en los más jóvenes. Es un lenguaje con el que ellos han crecido siempre y es la forma en la que ellos han visto hacer política. Por ello, si vas a manifestaciones, ves carteles, frases y demandas hechas en un lenguaje más directo y cómico que tiene que ver con ello”, apunta el experto.

¿Ventas? Claro que sí, guapi

Tampoco es ya nada nuevo que muchas marcas saben explotar el filón comunicativo que dan. Ya es habitual ver muchas firmas, desde plataformas como Netflix a alimentos para gatos como Whiskas, usarlos. “Las marcas los utilizan por razones muy concretas. Existe en marketing desde hace tiempo el concepto de meme jacking, que significa secuestrar los memes como un vehículo comunicativo. Es decir, usan aquello que está siendo tendencia para acercar tu producto a una audiencia eufórica y ensimismada por una idea, personaje o frase”, desarrolla el experto. Incluso, algunos anuncios buscan, precisamente, frases pegadizas con las que convertirse en memes y viralizarse. Fue el caso del anuncio de 2016 de Chicfy y sus famosos eslóganes de “hazme una rebajita” y “claro que sí, guapi”.

La vida útil del meme es cada vez más corta

Estos elementos son una vía sencilla de lograr una gran expansión, conseguir estar en boca de todos y, encima, a muy bajo coste. “Es mucho más barato que un anuncio o un vídeo, que necesita derechos de autor, producción, etc., mientras que los memes pueden comunicar ideas a un coste mínimo. Además, la mercadotecnia viral es muy útil porque convierte a la marca en una persona y crea esa ilusión de comunicación horizontal. Asimismo, les permite jugar con la ironía y lograr un lenguaje más relajado y no tan forzado“, agrega Memeceno.

Entonces, ¿vamos a tenerlos hasta en la sopa? Parece que la tendencia va a continuar, pero lo cierto es que, durante la pandemia, se explotó tanto que ahora hay cierta saturación de los mismos. De hecho, cada vez son más volátiles y efímeros. “Su vida útil es muy corta. Y cada vez más. Antes podían durar meses e, incluso, años, como los memes de Tumblr, pero ahora pueden circular solo días. Y es que las marcas lo exprimen al máximo hasta agotarlo en horas, como ha ocurrido hace poco con el de David Bisbal”, indica. Pero, por poco que duren, podemos decir que, de momento, a meme muerto, meme puesto.

Qué interesante, cuéntame más

Si te fascina esto de los memes, no puedes perderte la exposición que ha preparado Finetwork, compañía española de fibra y móvil en Matadero Madrid. Un recorrido breve y ameno, pero muy didáctico, por su historia. “En Finetwork queremos crear una conexión con nuestra audiencia a través de ellos. Además de divertir y entretener, sirven para comunicarnos con un lenguaje personalizado y propio. Así, consiguen crear sentido de pertenencia”, recalca Teresa Rivera, chief marketing officer de la empresa.

La muestra estará abierta al público de manera totalmente gratuita en la plaza central de Matadero hasta el 19 de mayo. “Al final, son una forma de expresión artística. Su creación está basada en la imaginación, la transmisión de emociones y sentimientos, siempre de manera creativa y buscando generar un impacto. En este sentido, se puede encontrar características similares entre la elaboración de memes y la de otro tipo de arte contemporáneo. Asimismo, son una manera de comunicar lo que ocurre en el contexto actual y cómo lo viven los usuarios de una manera muy característica, añadiendo un toque de humor y sátira“, defiende Rivera.