Cómo Las Meninas se convirtieron en objeto de deseo y símbolo de Madrid

Su creador, el artista venezolano Antonio Azzato, nos lo cuenta todo sobre la mayor exposición al aire libre de arte contemporáneo.

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Si has pisado Madrid en los últimos cuatro años, es muy probable que te hayas topado con ellas. Y es que Las Meninas y sus llamativos estampados se han convertido ya en un icono de la ciudad. Con su 1,80m de altura y sus 30kg de peso, esta reinterpretación hecha con fibra de vidrio de la popular obra de Diego de Velázquez, atrae a miles de personas deseosas de inmortalizarse con ellas. Su creador, Antonio Azzato, es un artista venezolano que busca llevar el arte a las calles y acercarlo al siglo XXI. “Estamos en la era de la tecnología y el arte no se puede quedar rezagado. No es lo mismo el estímulo que te da un cuadro colgado de la pared que una interacción con él”, explica el artífice de estas meninas millennials. En total, por la Meninas Madrid Gallery  ya han pasado 260 meninas pero, ¿conoces su historia?

Las célebres meninas que formaban parte de la corte de la infanta Margarita en el cuadro de ‘La familia de Felipe IV’, conocido posteriormente como ‘Las Meninas’, son unos de los rostros más idolatrados de la historia del arte. De hecho, el cuadro es la obra de arte con más interpretaciones de la historia y, en una encuesta realizada por el Museo del Prado, donde se exhibe la obra, el 60% lo escogió como su lienzo favorito. Un cuadro en el que sus protagonistas, entre los que se encuentra el propio Velázquez, parecen tropezarse y observar a aquellos que les contemplan.

Precisamente, fue así como a Azzato le empezó a brotar la idea de hacer algo con ellas. “Un día estaba en el museo del Prado observando el cuadro y vi a una persona llorar junto a mí. En ese momento me di cuenta de que pasaba algo y que había que investigar qué estímulo produce esta obra”, afirma el venezolano, quien después de estudiar casi 10 años la obra de Velázquez, decidió llevarla a la calle. “Quería hacer el arte más accesible. Es inevitable que un joven o un niño no quiera ir a un museo a ver un cuadro colgado en la pared. Pero acercándoles el arte a las calles, encontré a niños preguntándoles a sus padres qué eran esas muñecas y ellos se lo explicaban”, recuerda.

Azzato fue definiendo su estilo de menina y decidió que la que antes había sido obra y después su musa, ahora debía ser un lienzo en el que otros pudieran expresar su arte. “Velázquez fue un transgresor y nos dejó en el cuadro la incógnita de qué pintaba detrás del lienzo. Por eso, sentí la necesidad de seguir mandando ese mensaje con esculturas en blanco a través de las cuales otros artistas representaran qué es Madrid para ellos”. En total, en su primera edición de 2018, 80 meninas tomaron las calles de la capital rediseñadas bajo la mirada de rostros conocidos como David Bisbal, Alejandro Sanz, Agatha Ruíz de la Prada o los hermanos Torres.

Foto: Cortesía de Antonio Azzato

Arte con carta blanca

Pero antes de empezar a coordinar toda la creación, Azzato tuvo que pedir los permisos correspondientes al Ayuntamiento de Madrid que, para su sorpresa, se mostró entusiasmado. “Juraba que iba a ser muy difícil que un Ayuntamiento te cediera las calles de la ciudad para exponer tus esculturas, pero cuando llegué la alcaldesa de entonces, Manuela Carmena, estaba convencida de que Las Meninas debían ser el icono de Madrid en el mundo. Me dieron carta blanca y lo aprobaron inmediatamente”, admite.

Tras la aprobación gubernamental, se puso a buscar patrocinadores, ya que crear las Meninas de cada edición cuesta unos 300.000 euros. “La elección de los artistas es una mezcla de todo. Se hace una convocatoria abierta donde la gente manda sus diseños y se seleccionan alrededor de unas 10 o 15 meninas. Otras son elegidas por las marcas que patrocinan. Por su parte, el Ayuntamiento cede de manera gratuita el espacio e invita a artistas y, finalmente, la organización selecciona unos cuantos celebrities“, explica.

Foto: Cortesía de Antonio Azzato

La primera edición, que como ya pasaría a ser habitual se hizo de mediados de octubre a diciembre, fue todo un éxito. Esto fue, en parte, gracias a su diversidad artística y carácter solidario, ya que una vez terminada la muestra, las Meninas se subastan durante 15 días en Setdart.com y los beneficios recaudados, más de 575.000 euros en estos cuatro años, se destinan a asociaciones como Fundación Aladina, Fundación Alenta, Juegaterapia o Transexualia. “Algunos artistas que participan eligen a qué asociaciones se destina lo recaudado con su Menina”, señala. Las que se han subastado más caro son las de Rafa Nadal y Alejandro Sanz, que rondaron los 12.000 euros, y otra que hizo el propio Azzato para Sephora que se vendió por 15.000 euros.

Con todo este hype, se decidió hacer una muestra cada año con 50 meninas pero, a diferencia de las 80 primeras, de temática libre. “Además de celebrities y artistas emergentes, por la exposición han pasado niños, ancianos, asociaciones, personas con diversidad funcional, enfermos terminales y todos han dado su visión de lo que es el mundo y la vida”, explica el artífice de la mayor galería urbana de arte contemporáneo. “Lo más importante de cada una es el mensaje que transmiten. Una de mis favoritas es la que hizo Paco Arango con Fundación Aladina. Fue un collage con los dibujos que les hacen a los familiares los niños enfermos de cáncer cuando van al hospital y justo en el pecho había un mensaje que decía que el éxito en la vida no está en vencer siempre, sino en no darse por vencido nunca”, añade.

Foto: Cortesía de Antonio Azzato

Además, dentro de esta voluntad de acercar el arte clásico a las nuevas generaciones, cada Menina cuentan con un código QR donde se explica el concepto de la obra, además de presentar la menina de manera virtual y conectarla con más de 3.000 comercios de la capital. “También creé un museo interactivo, Velázquez Tech, donde hay una reinterpretación de Las Meninas desde el punto de vista de la tecnología con inmersiones y hologramas. Allí puedes desde hablar con Velázquez hasta ver la evolución de la sociedad a través de la tecnología”, indica.

Meninas por el mundo

Aunque en 2019 se realizó una exposición de Meninas fabricadas con vidrio reciclado en Andalucía, promovida por Ecovidrio, estas Meninas solo han estado en Madrid. Sin embargo, Azzato ya se plantea llevarlas a otras ciudades como Bilbao. De hecho, Las Meninas como representación de la ciudad de Madrid sí que han cruzado el charco. “Llevé una muestra a Miami de 10 Meninas y a República Dominicana viajó una patrocinada por su embajada que ahora es un furor. La gente no para de hacerse fotos con ella”, presume orgulloso.

Pero todo lo recaudado, Azzato no ve nada, ya que todo tiene un fin benéfico. “El proyecto es solidario y ya me gustaría a mí tener lo que he recaudado para fundaciones”, bromea. “Es un trabajo duro, como cualquier otro, y debo supervisar todas las esculturas para que, como van a estar en la vía pública, no tengan mensajes políticos, ni religiosos ni sexuales o cosas que puedan herir sensibilidades”, añade. Sin embargo, en todo el fandom que sus Meninas desatan, Azzato sí ha encontrado un rentable negocio. “Tienes que estar siempre innovando y haciendo cosas atractivas para la gente. Me he enfocado no solo en llevar el arte a las calles, sino en hacer Meninas que sean accesibles para todos y puedas tenerlas en tu casa”, apunta el artista, que vende en su web esculturas de sus meninas desde 300 euros en dos tamaños, 40cm y 90cm.

Ahora, el venezolano compagina su participación en talleres creativos y colaboraciones con firmas como Cement Design con la preparación de la quinta edición de la Meninas Madrid Gallery, que comenzará el próximo otoño. “Estoy en conversaciones con Andrea Bocelli porque me gustaría hacer una menina con braile para que la gente ciega pueda leerlo, porque en exhibiciones hemos visto personas ciegas palpándolas”, confiesa. Una innovación constante con la que Azzato aspira a superar el récord de la menina de la serie ‘Friends’, que contabilizó diariamente más de 10.000 personas en cola para hacerse fotos. Porque, al final, el arte sí que puede mover masas, todo depende de cómo se muestre.

Foto apertura: Menina Acotex