Si odiabas las clases de mates y para ti los números son todo un galimatías, aguanta un poco y sigue leyendo. El youtuber Eduardo S. de Cabezón quiere demostrarte el poder que tienen los cálculos matemáticos y cómo con los números puedes controlarlo prácticamente todo. Este matemático riojano que cuenta con más de un millón de suscriptores en su canal de Youtube, Derivando, enseña todas las curiosidades y utilidades que rodean al mundo de las matemáticas. Ahora, además, publica ”Apocalipsis matemático‘, un libro donde da buena cuenta de algunas de ellas para que tus neuronas naveguen sin problemas entre tanta cifra. Y no, por ahora no te hará falta calculadora alguna.
En tiempos de Covid-19, ¿qué papel juegan las matemáticas?
Las matemáticas han ayudado mucho en esta situación de pandemia y a muchos niveles. Quizá el que más nos ha llegado es el análisis de contagios con los modelos epidemiológicos, además de la comprensión de esa evolución con los datos, curvas y gráficos que se han incorporado a nuestra vida desde marzo. Pero las matemáticas han estado presentes mucho más allá, por ejemplo, en los modelos computacionales para tratar de comprender la biología del virus y sus mecanismos, en la planificación del reparto de servicios esenciales (EPIs, UCIs, etc) o, incluso, modelizando los distintos escenarios de la desescalada y los confinamientos en relación a los efectos económicos y sociales. Ha habido matemáticos asesorando en todos los niveles administrativos en todos los gobiernos del mundo. Sin las matemáticas nos hubiera ido mucho mucho peor a todos.
¿Deberíamos tener políticos matemáticos?
Quien tiene que tener buenos expertos matemáticos es el Estado. Que los políticos los tengan como asesores en las situaciones técnicas que lo requieran y luego hacerles caso, claro. Por otro lado, la formación matemática y científica de los políticos, como de la población en general, redunda en beneficio de un buen análisis de la realidad y de la buena toma de decisiones. Y queremos que nuestros políticos tengan las dos cosas: que sepan comprender bien la realidad y que tomen las decisiones más adecuadas.
“Según las matemáticas, la canción top para animarnos es Don’t stop me now de Queen”
¿Saber de matemáticas te da más libertad?
Siempre ha sido así. Somos hijos de los que aprendieron a contar y se dieron cuenta de si les llegaba la comida o eran más numerosos que la tribu enemiga. Ahora mismo, en una sociedad absolutamente dominada por la tecnología, los datos, las redes y los algoritmos, si sabes matemáticas tienes más conocimiento y, por tanto, más libertad y capacidad de actuación. Por eso, cada vez más empresas de todo tipo están contratando matemáticos, y no precisamente para hacer divisiones con decimales, que para eso están los ordenadores.
¿Se puede sacar un hit del de forma matemática?
¡Claro! Y de hecho está estudiado. Existe una fórmula que calcula el “buenrollismo” de una canción y su capacidad para animarnos. Existen playlists preparadas matemáticamente para darlo todo en el gimnasio. Según las matemáticas, la canción top para animarnos es Don’t stop me now de Queen.
¿Y cómo influye en el deporte?
En el deporte hay matemáticas en la planificación de los entrenamientos y la nutrición, en las mil estadísticas que nos permiten caracterizar el juego del rival para saber sus puntos débiles y fuertes o para saber en qué parte de nuestra carrera tenemos margen de mejora y arañar esas décimas al cronómetro. Y, últimamente, incluso se usa la inteligencia artificial para asesorar a los entrenadores en tiempo real. Eso sí, hay que entrenar, de eso no nos libramos. No basta solo con las mates, claro, pero las matemáticas son la herramienta que ayuda a médicos, nutricionistas y dietistas para poder adaptar su conocimiento a nuestra persona. ¡Hasta algo tan sencillo como el índice de masa corporal no es más que una fórmula matemática útil!
“Hay algunos casos de matemáticos que se han hecho ricos en los casinos”
¿El azar es cosa de mates?
El azar es uno de los límites de las matemáticas. En los juegos de puro azar como la lotería, las matemáticas no tienen mucho que decir. En cuanto intervienen la estrategia o la estadística, entran las matemáticas y se usan mucho. Desde saber cuáles son las combinaciones de cartas más probables o qué sesgo tiene una ruleta, hasta cosas tan mundanas como elegir bien qué ficha muevo en el parchís o qué casilla del Monopoly es la más rentable. Hay algunos casos de matemáticos que se han hecho ricos en los casinos, incluso alguno de ellos ha inspirado películas de Hollywood —por ejemplo, ’21 Blackjack’—.
Y, por ejemplo, a la hora de comprar, ¿podemos saber cuál es la cola más rápida?
Si tenemos que decidir entre una cola con muchos carros pero casi vacíos y otra con pocos carros pero muy llenos, ve a esta última, porque lo que puede retrasar el proceso es el momento del pago, pasar los productos por el lector es rápido. Así que ve a la cola donde vaya a haber menos pagos, aunque en total haya más producto. Otra cosa que es importante en el supermercado es que se ahorra mucho tiempo si en lugar de haber una cola por cada caja hay una sola fila y en la cabecera nos repartimos en las cajas. Demostrado matemáticamente.
No hay un Nobel para las Matemáticas. ¿Están infravaloradas?
Hay una leyenda que dice que no hay un Premio Nobel de Matemáticas por un lío sentimental, que si la mujer de Alfred Nobel le engañaba con el matemático que hubiera sido el principal candidato a ganar el premio si se hubiera instaurado. Pero la verdad es que Nobel nunca estuvo casado y que probablemente él ideó los premios más para las aplicaciones de las ciencias que para las propias ciencias. Aunque ahora mismo las matemáticas están cualquier cosa menos subestimadas. Son muy valoradas a muchos niveles, incluso de premios, están el premio Abel y la medalla Fields. Este año cuatro matemáticos se han llevado el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
“Tus fotos de Instagram tienen mucho que agradecerle a Pitágoras”
En clase nos machacaban con Pitágoras. ¿Tan importante es?
El teorema de Pitágoras es fundamental por muchas razones. Por un lado, nos permite pensar sobre formas, líneas o triángulos usando ecuaciones, que son mucho más sencillas de manejar. Por otro lado, supuso una nueva forma de hacer matemáticas, no solo a través de ejemplos sino de resultados generales. Eso supuso un avance potentísimo para el pensamiento humano. Y luego están sus aplicaciones: para el cálculo de áreas, distancias, etc. Cualquier juego de ordenador o móvil sería imposible sin esto. Además, es la base de la trigonometría, que está metida en todas las ciencias, ingenierías e, incluso, en el algoritmo JPEG. Vamos, que tus fotos de Instagram tienen mucho que agradecerle a Pitágoras.
¿Qué es eso de los Siete Problemas del Milenio?
Hay miles de problemas sin resolver en matemáticas y muchos de ellos tardarán probablemente siglos en verse resueltos porque no los comprendemos aún del todo. Quizá no hemos desarrollado aún las herramientas matemáticas que nos llevarán a resolverlos. Entre estos problemas están los Siete Problemas del Milenio, cuya solución está premiada con un millón de dólares, que fueron seleccionados por su importancia dentro de las matemáticas, y de los que solamente uno, la Conjetura de Poincaré, ha sido resuelto por ahora.
¿La hipótesis de Riemann podría cambiar el mundo?
Es el problema que a todos los matemáticos nos gustaría ver resuelto. Es muy importante porque conecta varias áreas de las matemáticas, lo cual quiere decir que si se resuelve se producirían de repente avances en muchas áreas. Hay muchos resultados que dependen de esa hipótesis y que cobrarían sentido si se probara que es cierta. Desde la teoría de números, la mejora en la comprensión del patrón que siguen los números primos hasta ciertos tipos de geometría o el cálculo con números complejos, que tan importante es en física. Es un resultado muy importante que tendría numerosas consecuencias positivas.
¿Y los números primos?
Los números primos grandes son el elemento central de nuestros sistemas criptográficos actuales, así que tener números primos grandes supone tener sistemas criptográficos seguros. De todas formas, conocer primos de millones y millones de dígitos, como estos tan grandes de los récords, no va mucho más allá de una curiosidad matemática.