Salieron de Turquía para conquistar el resto del mundo hace ya una década y cada día ganan más adeptos. En España el primer pelotazo lo protagonizó ‘Fatmagül‘, la historia de una joven huérfana y su gran amor que marcó la primera oleada de series turcas en nuestro país. Después vendrían otras como ‘Sühan: venganza y amor’, ‘Habitación 309’, ‘Kara Sevda’ y ‘Mujer’. Esta última, además, fue la primera en saltar de los canales TDT como Divinity al prime time de Antena 3, donde logró casi 2 millones de fieles espectadores. Más recientemente, ‘Mi hija‘ sigue la estela de ‘Mujer’ y se ha situado en el prime time de Antena 3 los lunes y martes. congregando a casi tres millones de espectadores solo en su estreno. Pero, ¿qué tienen las series turcas que las hacen tan atractivas? Además de tramas sencillas y finales felices, estos son los motivos de su éxito.
La universalidad de sus tramas
Otra cosa no, pero jugar con los sentimientos se les da de maravilla. Cualquier espectador puede identificarse con una serie turca, ya que sus temas centrales nos pueden tocar a todos en algún momento de la vida. La ficción turca pronto se dio cuenta de que para enganchar a la audiencia no necesitan ni acción ni efectos especiales. Por el contrario, lo importante era centrarse en argumentos que girasen en torno al amor, la traición, la venganza, la envidia, el deseo, la compasión. Así, da igual que la trama se desarrolle en Estambul porque nos resulta tan cercana como si ocurriese en Cádiz. Por algo son 600 millones de personas repartidas por cuatro continentes las que ya han visto alguna de estas producciones.
Hay mucho ‘salseo’
Si algo han demostrado los reality shows es que los cotilleos y los enfrentamientos venden. Por ello, no es de extrañar que series centradas en los amores imposibles, las traiciones, los secretos y los celos cautiven tanto. Además, los capítulos suelen ser largos, siguiendo la estela de las telenovelas latinas, y siempre acaban con girossorprendentes y rocambolescosque hacen que quieras ver el siguiente sí o sí. Y lo hacen con una marca de la casa: la lentitud. Su especialidad son las secuencias a cámara lenta y los primeros planos intensos en los que la música, los gestos y las miradas nos hacen llegar al clímax dramático. Un recurso exagerado, pero adictivo.
Entre el llanto y la risa
Aunque el drama es el eje vertebral del relato, las series turcas tienen que ir alternando con otros géneros para no sobrecargar a los espectadores. Ya sabes, lo poco gusta y lo mucho cansa. Por eso, además de ofrecer momentos lacrimógenos, también se dan bastantes situaciones graciosas e, incluso, guiños al género noir y el suspense. Eso permite que aunque sus capítulos suelan tener una hora y media de duración, se pasen rápido y sin caer en la monotonía.
Y comieron perdices
Los creadores de estas ficciones saben que si la cosa acaba bien, el espectador se quedará con un buen sabor de boca y seguramente se anime a ver la siguiente que produzcan. Eso sí, antes de que los protagonistas puedan disfrutar de su amor o cumplir su historia de superación, lo van a pasar muy pero que muy mal. En esta línea también es importante resaltar su sentido de la justicia, según el cual los malos deben pagar siempre. O bien sufren un trágico final llevados por su egoísmo y maldad, o bien asumen sus fallos, se arrepienten y enmiendan sus errores.
Subtramas que aligeran
Como en cualquier otra serie, estamos ante un entramado de historias enlazadas. Los protagonistas están rodeados de personajes secundarios, normalmente más graciosos que ellos, que se enfrentan a sus propias batallas. Un claro ejemplo es el mejor amigo y la mejor amiga de la pareja protagonista que, normalmente, también suelen vivir su historia de amor y desamor. O el padre o hermano que intenta mantener la economía familiar y que está dispuesto a embarcarse en cualquier negocio que se le presente, aunque casi siempre le acabe saliendo mal. Todo ello hacen que la historia sea mucho más adictiva y amena.
Impacto social
Aunque en España consumimos más tele, con una media de cinco horas al día, las cuatro horas que los turcos le dedican a la pequeña pantalla también son suficiente para que la ficción televisiva influya en sus vidas. Estas series se han convertido en un impulso para que las mujeres se animen a alzar la voz en contra de los roles machistas igual que hacen las protagonistas de sus series, a pesar de que en muchos casos siguen esquemas patriarcales desde la visión occidental. Además, en ellas se tratan temas impensables hace unos años, como las violaciones en ‘Fatmagül’, la violencia familiar en ‘Madre’ o el tráfico de órganos en ‘Amor de contrabando’. Otra de sus señas de identidad es centrarse en las clases más pudientes, además de mostrar a mujeres mucho más empoderadas que la media del país.
Series a mansalva
¿Cómo es posible que de media el país otomano produzca unas 100 series al año que luego venden a más de 150 países? Muy fácil: bajando los costes de producción. Este tipo de ficciones se ruedan en las principales ciudades del país y sus historias no necesitan un gran despliegue de medios para ser contadas. El precio medio de un capítulo es de unos 250.000 euros y se ruedan en tiempo real, es decir, lo que se graba una semana se emite la siguiente. Así, hasta que no ven que las audiencias son rentables no se rueda el siguiente. Esta estrategia ahorra miles y miles de euros a la industria y permite apostar solo por las historias que son bien aceptadas entre el público. De hecho, después de Estados Unidos, Turquía ya es el segundo país que más series produce y exporta, aunque la mitad son canceladas antes de llegar al final de temporada.
Escenarios bonitos
No costarán demasiado, pero dan el pego. Los personajes suelen vivir en mansiones antiguas, palacetes o, en caso de que no tengan tanto dinero, en casas más modestas pero con mucho encanto. En cuanto a las localizaciones en exteriores, Estambul tiene infinidad de rincones pintorescos y evocadores en los que nos encantaría quedarnos a vivir. En concreto, el barrio de Kuzguncuk se ha convertido en el escenario natural de cabecera para grabar las series turcas, conocido por sus coloridas casas y pequeños jardines.
Puritanismo provocador
Otra clave de la popularidad de estas series es que son bastante políticamente correctas, con personajes son mucho más inocentes que en las ficciones españolas. ¿Y qué hay del sexo? Pues, básicamente, no hay. Nada de escenas subidas de tono ni desnudos, ni siquiera parciales. Y los besos, de lo más castos. Pero que haya tanto puritanismo a la hora de mostrar la sexualidad no quiere decir que no sean provocativas y jueguen con la seducción. No en vano, uno de sus puntos fuertes es su constante tonteo e insinuación para, al final, dejarte con la miel en los labios.
Actores deificados
La belleza real todavía no ha llegado a las series turcas. Todos sus protagonistas, e incluso los secundarios, cumplen con los cánones de belleza mediterránea, de ahí que muchos sean también modelos. De hecho, la oferta de trabajo para este tipo de ficciones ha aumentado tanto que cada vez son más los profesionales turcos con carreras consolidadas en el cine que se embarcan en proyectos televisivos. Una forma de conseguir proyección internacional y granjearse fans en todo el mundo. El fan que se creó en torno a la figura de Can Yaman sirve como buen ejemplo. El actor de éxitos como ‘Pájaro soñador’ o ‘Dolunay: Luna llena’, llegó a España para hacer promoción convertido ya en un ídolo de masas y desató tanta locura a su llegada al aeropuerto que tuvo que intervenir hasta la Policía. O la actriz principal de ‘Love is in the air’, Hande Erçel, que además de contar con casi 20 millones de seguidores en Instagram ha sido elegida como la mujer más bella del mundo según la lista de Top Beauty World.
Abonadas al Trending Topic
Con toda la expectación que generan tanto por sus tramas como por sus actores, no sorprende que muchas de estas series sean Trending Topic en redes sociales. Por ejemplo, ‘Matrimonio por sorpresa’, la serie con la que el galán turco Can Yaman regresó al canal Divinity, se convirtió con su estreno en el segundo contenido televisivo más comentado del día en nuestro país con un total de 1,2 millones de impresiones y 37.400 tuits. Aunque las series que lideran el ranking en cuanto a actividad en redes sociales son ‘Love is in the air’ y ‘Mujer’, de Telecinco y Antena 3 respectivamente. La ficción de Mediaset supera a la de Atresmedia con 340.114 tuits frente a los 210.971 de ‘Mujer’ y más de 531.000 interacciones en España. Lo importante es que hablen, aunque sea mal.