Mucho antes de que existiera Instagram o Google Maps, un joven fotógrafo llamado Stephen Shore ya captaba cotidianidades con un novedoso estilo para la época. Hablamos de los años setenta y entonces ya se le consideró el pionero del uso del color en la fotografía artística. Las fotos vintage que adornan este artículo forman parte de ‘American Surfaces’, una obra trascendental que se ha llegado a considerar un referente en la documentación de nuestro mundo trepidante y orientado al consumo.
Lo bueno de las grandes obras es que no pretendían ser trascendentales en el momento de ser concebidas. Y con esta pasó así. Stephen Shore tenía 24 años cuando, en el verano de 1972, decidió embarcarse en un trepidante road trip a través de 19 de los estados de Estados Unidos. Empezó fotografiando momentos aleatorios del viaje, sin un discurso predeterminado, sin pensar demasiado antes de disparar. “Quería fotos que fueran tan naturales como hablar. En momentos aleatorios, cuando se me ocurría, hacía lo que hoy denominaríamos una captura de pantalla de mi campo de visión”, dijo el propio Shore sobre su trabajo.
Momentos donde nada ocurre, pero todo pasa. Imágenes aparentemente aburridas pero profundamente provocadoras y críticas.
Cuando Shore reveló sus 174 imágenes tituló la serie ‘American Surfaces’ y la expuso en la Light Gallery de Nueva York sin mayor pretensión. Muestra de ello es que ni las enmarcó, simplemente las colgó de la pared con cinta de doble cara. Esto contrarió bastante a los críticos, que la recibieron negativamente. Pese a la mala aceptación, el comisario Weston Naef compró la exposición al completo y, más tarde, la donó al Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Desde entonces, la serie ha sido exhibida en muchos lugares del mundo y debatida por artistas de Europa y Estados Unidos.
Pese a su juventud, Shore se codeó desde muy joven con artistas como Warhol, del cual absorbió esa estética impasible y fijación por lo banal y la cultura pop. Una influencia que se ve impregnada en este primer gran trabajo fotográfico y que supuso su primer viaje vital, ya que hasta entonces no había salido de la ciudad de Nueva York. En definitiva, ‘American Surfaces’ es un diario de instantáneas y de instantes por un Estados Unidos prefabricado donde la explosión de color de una estación de servicio o del panqueque de un desayuno te desvelan el atractivo permanente de esos estereotipos mainstream que nunca pasan de moda.