La presidencia de Donald Trump ya es historia. Sus cuatro años en la Casa Blanca serán inevitablemente recordados, entre otras muchas cosas, por su “Estados Unidos primero”, su doble impeachment, el ignominioso muro de México que jamás se llegó a terminar, su negación al cambio climático o, lo más reciente, la impugnación de las elecciones de 2020 y el asalto al Capitolio por parte de sus fanáticos más radicales. Una era marcada por la actitud autoritaria, desafiante y errática del magnate que le deja a Joe Biden un país muy trastocado, aunque con ganas de recomponerse.
Y aunque muchos solo quieren hacer borrón y cuenta nueva, la sombra de Trump será alargada. Sin ir más lejos, la próxima semana comienza el segundo juicio político en su contra en el Senado, un hecho sin precedentes en la historia de Estados Unidos. Pero mientras tanto, el empresario se relaja en su adorada Palm Beach, el lugar en el que ha pasado largas vacaciones durante estos cuatro años y que ahora quiere convertir en su residencia permanente. Y te preguntarás, ¿qué tiene este rinconcito de Florida que tanto gusta al ex presidente? Te lo contamos.
1. Pertenece a un estado en el que ganó
Tanto en las últimas elecciones como en las de 2016, Trump se llevó los 29 votos de este estado bisagra siempre decisivo en la campaña. El ya ex presidente consiguió movilizar el voto cubano y venezolano con su antisocialismo y la promesa de luchar por la libertad de sus países de origen. Florida consolidó así su apoyo al candidato republicano con una ventaja aún mayor que la obtenida frente a Hillary Clinton hace cuatro años, aunque en esta ocasión no fue suficiente para otorgarle la victoria. Aun así, el hogar de la población hispana más poderosa del país le recibió entre vítores y aplausos a su llegada a Palm Beach después de la derrota.
2. Reúne a la población más blanca y más rica de EE.UU.
Además de la importancia de su población latina, que equivale al al 64% del total, Florida también es un destino predilecto para los jubilados, además de un imán para el turismo por sus bonitas playas, parques de atracciones y demás oferta de ocio, ahora mermada por la pandemia. Pero en concreto, Palm Beach destacada por una cosa: congregar a la población más blanca y pudiente de todo el país en sus escasos 20 kilómetros cuadrados.
Situado a unos 120 kilómetros al norte de Miami, este pequeño pueblo de 8.800 habitantes se encuentra separado del continente por el Worth Lagoon, característica geográfica que ya de por sí le otorga cierta exclusividad y que le ha convertido en un reducto de millonarios de toda clase: los Rockefeller y los Kennedy, Michael Jackson, Bon Jovi, Tiger Woods, Bill Gates y, por supuesto, la familia Trump. Ya sabemos lo que dicen: dinero llama a dinero.
3. Su exclusivo club Mar-a-Lago
Como decíamos, Trump no es ningún forastero en la zona. De hecho, desde 1985 posee una opulenta mansión de color rosa flamenco rodeada de palmeras llamada Mar-a-Lago que le ha servido de retiro estival. La residencia fue construida en 1923 por Marjorie Merriweather Post, fundadora de General Foods y la mujer norteamericana más rica de su época. Su objetivo era que acabara siendo el hogar de algún presidente de Estados Unidos, por lo que tras su muerte en 1978 decidió donarla al gobierno. Un deseo que gracias a Trump se ha visto cumplido.
Con una superficie de 80.000 metros cuadrados, Mar-a-Lago se compone de 58 dormitorios, 33 cuartos de baño, biblioteca, varias piscinas y un campo de golf de 9 hoyos, entre otros lujos. El magnate se hizo con la propiedad por solo 8 millones de euros después de una jugada muy de su estilo: amenazar a las herederas con construir otra propiedad delante que dejara a la suya sin vistas al mar. Ahora, la mansión forma parte de un exclusivo club de golf homónimo que se constituyó en 1993, algo que podría añadirle un nuevo problema. Y es que según las reglas del club, ningún miembro puede pasar más de tres semanas no consecutivas durante un año. Por tanto, con este cambio de residencia Trump estaría incumpliendo el acuerdo y parece que algunos vecinos no están muy contentos.
4. Comparten gusto por el estilo kitsch
La elegancia nunca ha sido uno de los sellos de Donald Trump, empezando por ese color de pelo que en cuatro años ha pasado de rubio a gris platino o su maquillaje, varios tonos por encima de su color de piel. El magnate es un hombre peculiar en todos los aspectos de su vida y sus gustos extravagantes nunca han sido ningún secreto. Desde sus innumerables propiedades –hoteles, casinos, mansiones, yates, coches, campos de golf, helicópteros…– a su predilección por los realities y los concursos de belleza. También cabe mencionar que tiene estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, la número 2.327, y que le pidió a su grupo de asesores que averiguara si podía comprar Groenlandia.
Un perfil que encaja a la perfección en Palm Beach, la capital de la cultura kitsch ,con permiso de Las Vegas, que tiene hasta su propia fiesta atlética anual. Para comprobarlo solo hay que dar un paseo por la suntuosa Worth Avenue, un exclusivo distrito repleto de tiendas de lujo, restaurantes y galerías de arte que le ha valido el apodo de “la Rodeo Drive de Florida”. Porque si lo que quieres es ver mansiones, la cosa está un poco más complicada, ya que la mayoría se encuentran protegidas por verjas y frondosas palmeras, además de estar provistas de una gran red de seguridad.
5. Las ventajas fiscales
Pero parecer ser que tener casa allí y un estilo de vida afín no son los únicos motivos de esta decisión. Las subidas fiscales en varios estados del país están empujando a muchos empresarios y millonarios hacia Florida, uno de los pocos que exime a los contribuyentes de pagar el impuesto sobre la renta personal o las herencias. No en vano, en 2019 atrajo 17.200 millones de dólares más de lo que perdió, fruto de un éxodo de riqueza procedente de lugares como Nueva York, Chicago o Silicon Valley. De esta forma, a partir de ahora Trump evitará el gravamen del 9% que se aplica en Nueva York y se ahorrará el 4% de impuestos municipales. Nada mal.
6. Es una ciudad de vacaciones
Si bien el ex presidente ha manifestado su intención de volver a postularse como presidente en las elecciones de 2024, por edad bien podría retirarse y darse a la buena vida en Palm Beach –igual que Biden, todo sea dicho–. Eso es lo que hacen cada año miles de estadounidenses jubilados que llegan desde todos los rincones del país, sobre todo de los más fríos, en busca de sol, playa y comodidades. Por este motivo, en temporada alta, que en este caso es de noviembre a abril, la población de la ciudad se triplica. Una suerte de Marina d’Or para súper ricos que ahora tiene un nuevo y famoso vecino. Seguro que seguiremos oyendo su nombre.