Apenas quedan dos días para la gran final de Eurovisión 2022 y España tiene todas sus esperanzas puestas en Chanel. Y no es para menos. El huracán cubano ha fascinado a los eurofans y las casas de apuestas prevén que la cantante y actriz quedará en cuarto puesto, mientras que la encuesta anual de la Organización General de Aficionados de Eurovisión (OGAE) dice que solo la adelantarían Suecia e Italia. En cualquier caso, parece que el tema SloMo logrará una posición más que digna para nuestro país, que siempre ve cómo Eurovisión le da la espalda. Hay que remontarse a 2014 para encontrar a España entre los 10 primeros puestos con Ruth Lorenzo y su canción Dancing in the rain. Por eso, RTVE ve más cerca que nunca la posibilidad de organizar el festival y, también, los cuantiosos beneficios que reporta. Porque sí, organizar Eurovisión es caro, pero sale a cuenta.
Además del prestigioso Micrófono de Cristal, el ganador de Eurovisión logra el honor de que su país se convierta en anfitrión del certamen al año siguiente. Y decimos honor porque, a pesar de los bulos que circulan sobre que a RTVE no le interesa ganar por ahorrarse todo lo que supone organizar un evento de estas magnitudes, realizar un festival de Eurovisión deja cuantiosos ingresos en la ciudad anfitriona, además de potenciar mucho la cultura del país organizador. Vamos, que para fomentar la Marca España, no hay nada más goloso que captar el foco de un concurso así.
Mucho pero repartido
Es cierto que todo depende de cuánto decida gastarse cada país en el certamen, pero el precio medio de acoger Eurovisión oscila entre los 20 y los 30 millones de euros. Por ejemplo, en 2011 Alemania desembolsó 30 millones de euros para celebrarlo, mientras que Israel se gastó casi 29 en 2019 y Portugal, 23 en 2018. Ese es el precio medio pero, al final, hay quienes se aprietan más el cinturón, como hizo Suecia al gastarse 15 millones de euros por montarlo en Malmö e 2013. Y luego están los que tiran la casa por la ventana al estilo de Azerbaiyán, con los 100 millones de euros que se gastó en llevarlo a Bakú en 2012. Según las estimaciones y lo dicho por RTVE en varias ocasiones, el coste para España estaría más próximo al de Suecia o Portugal que al de Azerbaiyán o el de Dinamarca, con sus 41 millones de euros en 2014.
Asimismo, cueste lo que cueste, no todo lo paga el país organizador. RTVE tendría que pagar una parte del monto total, pero los patrocinadores, como Moroccanoil o Booking y todos los países que participan, pagan una parte. Además, la ciudad anfitriona, en el caso español Torremolinos y Valencia, que ya se han ofrecido como candidatas, también debe asumir parte de los gastos. Así, la cuantía, aunque fuera alta, queda repartida entre varios, por lo que al final tampoco supone un gran dispendio si tenemos en cuenta que solo un partido de la Selección Española cuesta a la televisión pública entre 2,7 y 4,5 millones de euros.
¿Y todos estos costes resultan de provecho? Pues sí. Por un lado, los pases que la organización vende para ver los tres ensayos de jurado, los tres ensayos de familia, las dos semifinales y la final, tienen unos precios que oscilan entre los 20 euros y los 350 euros; mientras que se estima que la publicidad indirecta supone unos 100 millones de euros para el país y la ciudad que acoge el certamen. Así, además de promover la cultura y los valores del país, es un buen reclamo turístico.
Obviamente, también hay que tener en cuenta todo lo que se gastan los 30.000 eurofans extranjeros que de media cada año visitan la ciudad anfitriona entre pernoctaciones, comidas y ocio. Por ejemplo, el año pasado, Holanda tuvo entorno a los 3 millones de euros de beneficio y eso que fue celebrado en pandemia y con muchas restricciones. Otros años, países como Suecia, han recaudado más de 10 millones de euros. Porque, al final, la banca siempre gana.
Menos que un capítulo de ‘Cuéntame’
Cada año, son muchos los que quejan del gasto que supone la participación de España en el Festival de Eurovisión, que oscila entre los 400.000 y los 600.000 euros. Este año en concreto, los costes de llevar a Chanel, aunque ella no cobra nada ya que se estipula que los participantes lo hacen de forma altruista, alcanzan los 637.984 euros. Esta cifra engloba el alquiler de los equipos, el sueldo del equipo artístico y técnico, las dietas y traslados, la escenografía, el vestuario y los derechos de retransmisión que, solo ellos, equivalen a 302.156,84 euros.
Y si bien es mucho, hay que tener en cuenta que, por ejemplo, rodar un solo capítulo de ‘Cuéntame’ roza los 700.000 euros. Además, aunque RTVE no tiene ingresos por publicidad, la cadena sí consigue ingresar bastante dinero con las llamadas y SMS que el público envía para elegir a su ganador. Solo en el pasado Benidorm Fest, la corporación recaudó entorno a 250.000 euros con las votaciones. Además, las audiencias son millonarias y rondan el 35% de share, aunque años como el de Alfred y Amaia alcanzó el 43,5% o el 80,4% con Rosa en 2002. Cifras abultados para un certamen que, de momento, está muy lejos de pasar de moda.