La fascinación por la figura de Jeffrey Dahmer a raíz de la última serie de Ryan Murphy para Netflix (‘American Horror Story’) sigue en aumento. Las publicaciones en redes sociales sobre este célebre asesino en serie se cuentan por millones e incluyen retos tan macabros como el de encontrar en Internet las fotos reales de sus crímenes y hasta de su propia autopsia. Por todo ello, tampoco sorprende que haya personas que también quieran conocer sus lugares predilectos en Milwaukee, ciudad en la que el asesino dio rienda a su espiral de terror. El tour Cream City Cannibal se encarga de saciar esa curiosidad a través de un recorrido que sigue los pasos exactos de este asesino en serie caníbal. La ruta, que se realiza seis veces por semana, empieza en el Shaker’s Cigar Bar, uno de locales frecuentados por Dahmer.
Su dueño, Bob Weis, que también es quien organiza los tours, nos cuenta cómo se le ocurrió la idea: “Mi entonces novia y socia comercial, Amanda Morden, y yo estábamos en Cayo Hueso visitando ghost tours y cada vez que le decíamos a la gente que éramos de Milwaukee nos contestaban: ‘oh, Jeffrey Dahmer’. Como ya estábamos en el negocio de los recorridos históricos y de fantasmas y tenía innumerables historias del caso de mis contactos judiciales y policiales, pensé: ‘cuando regresemos haremos un recorrido Dahmer’. Mientras tanto, contraté rápidamente a un periodista para que nos consiguiera material complementario para el tour. Quería tratar el material de la manera más objetiva posible. No glorificamos a Dahmer y tenemos el mayor respeto y consideración por sus víctimas. Los medios locales nos atacaron sin piedad por hacer el tour“, explica el empresario, quien compró y restauró el edificio donde está su bar en 1986.
“Nunca olvidaré sus ojos, taladrándome mientras preparaba sus bebidas”
Los terrenos de caza de Dahmer
De eso hace ya 10 años y nunca se han librado de las críticas, pero es ahora, a raíz del éxito de la serie, cuando vuelven a estar en el punto de mira. Y es que el recorrido, de unas cuatro horas de duración, permite a los curiosos caminar por los terrenos de caza de Dahmer: los lugares exactos donde asaltó a siete de sus víctimas, así como las áreas donde las recogía, los establecimientos que frecuentaba para examinarlas y hasta los sitios donde trabajó. Todo por unos 40 dólares.
Pero Weiss sabe muy bien cómo defender su negocio. “Es un recorrido histórico con ramificaciones de la vida real y mensajes importantes para todos sobre el comportamiento humano abominable. Nuestro recorrido es tan legítimo que los agentes federales de Quantico que estudian a los asesinos en serie lo realizan. También trabajamos con universidades del área para sus departamentos de justicia penal o psicología. Desde el inicio, los medios internacionales hicieron todo lo posible para publicitar nuestro negocio turístico, mientras que los locales intentaron incitar a las familias a sensacionalizarlo y convertir esto en una división racial”.
Además, este empresario de Milwaukee ostenta el dudoso honor de haber conocido en persona a Jeffrey Dahmer, ya que fue cliente de su establecimiento mientras se dedicaba a matar y descuartizar a hombres en su apartamento. Curiosamente, el suyo era el único bar heterosexual en el área, famoso por sus almuerzos y frecuentado por jueces, abogados o agentes Federales. “Dahmer destacaba por su apariencia y comportamiento. Shakers siempre ha sido atendido principalmente por mujeres, pero él no permitía que las camareras le tomaran nota, lo cual era muy extraño. Insistía en que yo o uno de los otros chefs saliera de la cocina para prepararle su cóctel, un gin-tonic. Nunca olvidaré sus ojos, taladrándome mientras preparaba sus bebidas, como Gimlets; muerto pero amenazante. No hubo conversación”, recuerda.
Turismo de lo macabro
Weiss recuerda “vívidamente” el caso que conmocionó a su ciudad en el verano de 1991, por lo que tiene una opinión muy clara sobre esta nueva serie de Netflix que tanto está dando de qué hablar. “No me sorprendió que la hicieran ya que el true crime es un tema candente. Pero esperaba más de este proyecto. El primer episodio parece un sketch malo de ‘Saturday Night Live’. Podrían haber contratado a un gerente de localizaciones que hubiera hecho una mejor investigación del área. Y la mezcla de personajes es desagradable. Una junta de cine legítima de Milwaukee podría haber ayudado a una mejor representación”, asegura el empresario.
Por tanto, el problema, según él, no es haber revisitado la historia, sino la forma de hacerlo. “La historia siempre es controvertida, ya que expone nuestros defectos como humanos. Es parte de la naturaleza humana no querer que se le recuerden eventos tan insondables. Ignorar los eventos del pasado es estar sujeto a ellos en el futuro. Sin embargo, la forma en que lo hace esta serie, bien barnizada por Hollywood, es sensacionalista, usándolo como hostigamiento racial. La última pieza que se lanzó en Netflix, ‘Conversaciones con un asesino: las cintas de Jeffrey Dahmer’, sí que es precisa y objetiva y vale la pena verla”, apunta.
Cuando ellos empezaron con el tour en 2012, rápidamente se encontraron con las críticas de las familias de las víctimas, quienes llegaron a protestar a las puertas del bar. De hecho, Groupon llegó a prohibirlo dos veces, algo que no impidió que el negocio continuara. Y es que mientras exista esta fijación cultural por los asesinos en serie, este tipo de negocios seguirán en marcha. La ley de la oferta y la demanda, nada más y nada menos. “Cuando Netflix filmó la serie ‘Dark Tourist’ en Shakers como uno de los ocho destinos más oscuros a nivel mundial, tuvimos una gran afluencia de clientes de Europa, Medio Oriente, América del Sur y los países de la costa del Pacífico. Esto ha continuado durante varios años. Nuestro participante promedio del Cream City Cannibal Tour es mujer, con educación universitaria, de 23 a 40 años de edad“, concreta Weiss.
Una morbosa obsesión
Lo que está claro es que este caso dejó una marca indeleble en las familias, los vecinos y en la ciudad, exponiendo el punto débil de las prácticas de la Policía. “La ciudad es un hervidero, al igual que el mundo. Estoy sorprendido por la cantidad de personas que aparentemente desconocen los actos monstruosos de Dahmer”, comenta Weiss. Y para que así sea, está su polémico tour. Algunas personas que lo han visitado últimamente han compartido sus impresiones en redes sociales, destacando lo surrealista de la experiencia, pero también su carácter informativo y respetuoso. Y al terminar, quien lo desee puede llevarse a casa una camiseta con la foto de la ficha policial de Dahmer en la parte delantera y los nombres de las 17 víctimas en la trasera por unos 30 euros. Si todo esto está bien o mal desde el punto de vista moral, queda a juicio de cada uno.
Pero existan o no opciones como esta, la morbosa obsesión por Jeffrey Dahmer va a seguir existiendo. De hecho, son muchas las personas que se están dedicando a peregrinar por su cuenta a los lugares en los que vivió el asesino, como su casa de la infancia en Bath, Ohio, donde mató a su primera víctima, el instituto donde se graduó en 1978 y el solar donde estaba el edificio de apartamentos en el que cometió la mayor parte de sus crímenes. Un fenómeno, el del turismo oscuro, que existirá mientras la gente siga sintiéndose atraída por la cara más desagradable del ser humano.