Seguro que en los últimos meses, por h o por b, has acabado encontrándote con ellos. El perfil de Instagram de este matrimonio octogenario e instagramer ha crecido como la espuma de un centrifugado de alguna de las lavadoras de su pequeño negocio, Wansho Laundry, ubicado en la región central de Taiwán. El marido, Wan-Ji Chang, de 83 años, y la mujer, Sho-Er HSu, de 84 años, llevan más de siete décadas regentando su pequeña lavandería con tranquilidad y perseverancia. Pero, desde hace un tiempo, son la sensación de Internet.
Su cuenta de Instagram @WantShowasYoung acumula ya más de 650.000 seguidores y no solo han conquistado al mundo con su entrañable compenetración y estilo radiante. También se han convertido en un aplaudido ejemplo de cómo se debe tratar la ropa para una segunda vida y favorecer así la moda sostenible. “No se dieron cuenta de que estaban haciéndose famosos en todo el mundo hasta que los reporteros de los medios extranjeros vinieron a hacerles entrevistas y vieron las reacciones de la gente. Ni siquiera yo esperaba el rápido aumento de nuestros seguidores. A veces, todavía no me lo creo”, nos cuenta su nieto y el ideólogo de esta iniciativa que surgió sin ninguna pretensión.
Todo empezó a principios de este pasado verano pandémico cuando su anodina vida dio un giro inesperado. Su nieto Reef Chang, de 31 años, tuvo que quedarse en casa más tiempo del esperado debido a la crisis del coronavirus y pasar más tiempo con sus abuelos le llevó a darse cuenta de que su vida era tremendamente aburrida. Además, la falta de clientes por culpa de la COVID-19 ahondaba más si cabe en esta circunstancia. Fue durante esa estancia obligada cerca de su familia cuando se percató de los kilos y kilos de ropa y complementos usados de los clientes más olvidadizos que abarrotaban cada rincón del pequeño local de sus abuelos. “Viendo esa ropa olvidada durante años, se me ocurrió una idea para divertirme con ellos usándola, mezclándola y combinándola”, explica.
El resultado lo puedes ver en Instagram, donde muestran los estilosos looks creados a partir de los retales de sus clientes. Y ya te advertimos de que puede que se conviertan en tu cosa favorita de la red —si no lo son ya—. Al verles posar con tanta soltura cualquiera diría que este proyecto les ha hecho sentirse más jóvenes, pero su nieto nos confirma en esta entrevista que, más que jóvenes, sienten que son útiles para una buena causa. “No sabían nada de Instagram al principio. Sin embargo, disfrutan haciendo algo conmigo y ya no están aburridos. Les mostré que hay gente que les sigue en Internet y están sorprendidos y felices de tener algo de influencia para cambiar el mundo de alguna manera. Al menos para insistir en la importancia de cuidar la ropa vieja y recordar a la gente que recoja su ropa sucia”, nos comenta, orgulloso, su nieto.
Embajadores de la moda sostenible
La magia de las redes sociales a veces revela un prisma positivo y consigue que una iniciativa sin pretensiones acabe por impulsar una buena causa. En una época en la que por fin se cuestiona el consumo descontrolado de ropa, esta cuenta es una gran campaña contra el fast fashion. De hecho, debido al éxito y a que la gente ha empezado a interesarse por comprar los outfits que lucen, su intención en un futuro es vender la ropa que nadie recoge a bajo precio para cubrir los gastos de lavado. Dice Reef que el objetivo es ayudar a la tienda y darle un nuevo hogar a todas esas prendas para contribuir, de paso, a la sostenibilidad del medioambiente. “Van a empezar a compartir consejos para que aprendamos a comprar mejor y a lavar la ropa como es debido. Así los artículos cobran más valor”, añade el taiwanés.
Pero su fama no solo queda ahí. El éxito de Wan-Ji Chang y Sho-Er HSu no ha pasado desapercibido para la industria y este año han sido nombrados embajadores de la moda sostenible durante la Semana de la Moda de Taipei. “Fue realmente significativo para todos nosotros. También conocieron a muchos diseñadores y celebridades que, hasta ese momento, solo podían ver en el periódico o la televisión. Estuvieron súper emocionados y felices”, concluye. Y así fue como un matrimonio de octogenarios pasó de regentar una pequeña lavandería abarrotada de prendas usadas a convertirse en instagramer. Para que luego subestimes la ropa de segunda mano.