Admitámoslo, conocer una parte vital de la trama de una serie, una película o un libro nos otorga una especie de poder sobre el resto de espectadores que no manejan esa información “privilegiada”. Y como el poder corrompe a las personas, muchos disfrutan del dolor ajeno que puede producir su propagación. “Sentirnos protagonistas, tener el poder de arruinarle algo a alguien… Aunque suene radical, son sensaciones que provocan placer”, opina Laura Caballero, directora de la serie ‘La que se avecina’. Aunque también podemos ser menos retorcidos y pensar que hacer spoilers surge de la imprudencia, claro. “Mucha gente lo hace inconscientemente, sin darse cuenta de que hoy cada espectador va a un ritmo y te puede leer u oír gente que no va al tuyo. Incluso depende a qué nos refiramos con spoiler. ¿Cuándo algo deja de ser un destripe? ¿Las noticias sobre rodajes lo son?”, se pregunta Natalia Marcos Guillamas, redactora del blog de El País ‘Quinta Temporada’.
Superproducciones como ‘Juego de Tronos’, una de las que más ha sufrido las fechorías de los hackers, se ven obligadas a blindarse como una fortaleza contra las posibles filtraciones. Quizá por eso resultó aún más bochornoso para la cadena lo ocurrido el pasado mes de agosto: que HBO España y HBO Nordic colgaran, por error, el sexto capítulo de la última temporada durante unas horas cinco días antes de su emisión. Pese al error o fallo de seguridad, la serie no perdió adeptos, lo que lleva a pensar que en determinados casos las revelaciones pueden actuar de acicate para que el espectador se enganche. “Los spoilers se han convertido en una de las herramientas de marketing más efectivas, y, sobre todo, en la más barata”, opina Ferrán Estellés, productor de Onza Partners, responsable de series como ‘El Ministerio del Tiempo’. Una opinión que es compartida por parte de la industria. “Hay series en las que puede ser constructivo y lograr que algún espectador más se acerque y en otras donde puede estropearte alguna sorpresa de la trama”, afirma Josep Cister, director de Boomerang TV Ficción.
Uno de los últimos en manifestar su preocupación por este tema ha sido Mark Hamill, actor que interpreta a Luke Skywalker en ‘Star Wars’, después de que un usuario de Tumblr publicara una escena de la última entrega de la saga semanas antes de su estreno en cines. Así se lo hizo saber a sus 2’47 millones de seguidores en Twitter rogando que guardaran el secreto de ‘Los Últimos Jedi’. Pero, ¿realmente afectan negativamente a la industria? “El spoiler se ha convertido en parte de la industria y afecta a todo. Lo mejor es asumir su propia naturaleza y ‘escaletar’ los guiones teniendo en cuenta esto”, apunta Álvaro Velasco, cómico de Comedy Central y guionista de Globomedia. Ángel Sanchidrián, autor de ‘Sinopsis de Cine’, secunda esta idea: “Afectan tanto a la industria que, en redes sociales, ya se utiliza el destripe para boicotear películas o libros”.
Sin embargo, y por contrario que pueda resultar, a veces también son orquestados por las propias productoras de cine para aumentar el hype –expectivas– por un producto cultural. Porque ya no interesa vender la intriga, sino la experiencia. Como apunta Velasco, “un spoiler revelado se convierte en un claim fuertemente atractivo si está bien manejado”. Algo que Emilio A. Pina, productor ejecutivo de series como ‘El tiempo entre costuras’ o la reciente ‘Apaches’, apoya: “Son un recurso más de los responsables de la promoción y el marketing de series y lo han aprendido después de mucho spoiler accidental”.
La magia está en juego
La etimología de su nombre no deja lugar a dudas: spoilear significa destrozar, destripar, echar a perder. A priori, nada bueno puede extraerse de dicha acción. Es una afrenta a nuestro honor como cinéfilos o ‘seriéfilos’; un acto de terrorismo cultural. “Parte de la magia del cine y de las series es la ilusión, la sorpresa que generan sus historias. El spoiler es un torpedo contra esos elementos. Puede que el barco no quede hundido, pero la experiencia del público ya no será la misma. Entiendo que muchas distribuidoras nos pidan a veces cuidado con lo que revelamos de las películas que vemos en los pases de prensa”, explica Gonzalo del Prado, periodista de cine y cultura de Antena 3 Noticias.
Sin embargo, hay quienes le encuentran el lado positivo a esto de enterarse a la fuerza y sin previo aviso de las cosas, como por ejemplo los críticos. “A mí me ayudan a entender la dirección de una historia y me facilitan el análisis del estilo. Si uno sabe, por ejemplo, qué personajes mueren en una película, puede estar pendiente de los símbolos visuales que lo anuncien, si es que los hay”, comenta Alonso Díaz de la Vega, crítico de cine para el diario mexicano El Universal y cofundador de ButacaAncha.com. Esa es la conclusión a la que llegó en 2011 un estudio del profesor Nicholas Christenfeld de la Universidad de San Diego (California), según el cual este tipo de revelaciones nos hacen apreciar más los detalles de la historia y, por tanto, disfrutarla más.
Algunos críticos consideran positivos los spoilers por facilitarles el análisis de una producción
La recurrente advertencia de “¡Alerta: spoilers!” es lo único que nos protege de sus devastadores efectos, pero no todos tienen ese gesto con la audiencia. Así que, cuando menos te lo esperas… ¡zas! Tu expectación acaba en el pozo más profundo. También es importante hacer una distinción entre los efectos que puede tener sobre una serie y una película, ya que la experiencia en cada caso es distinta. “Creo que es más grave en cine, ya que juegas más con la sorpresa y la trama tiene más importancia. En televisión, aunque sepas lo que va a ocurrir, lo interesante es cómo vas a llegar a eso”, explica Eva Lesmes, directora de ‘El Comisario’ y guionista de la película ‘Un franco, 14 pesetas’. En la misma línea se sitúa el editor, guionista y director de la escuela Factoría del Guión, Pedro Loeb. “Una película tiene que ser conclusiva en una hora y media o dos horas, por lo tanto es más grave. Pero en las series puedes seguir los capítulos y las siguientes temporadas, salvo que lo que esté en juego sea la incógnita que sostiene el interés para verlas”. Sin embargo, para Estellés no existe tanta diferencia: “Todos hacen la misma pupa o provocan el mismo placer. Porque hay gente a la que le gusta saber qué va a pasar”.
Ojos que no leen…
En lo que a destripamientos se refiere, Internet es un auténtico campo de minas por el que hay que caminar con pies de plomo. La única forma de protegerse de verdad frente a las revelaciones indeseadas sería vivir offline. Y como esa no es una opción viable ni sensata en los tiempos que corren, tendremos que cambiar la mentalidad como espectadores. “Sería muy fácil acabar con los destripes. Bastaría con encerrar a toda la población en campos de reeducación. No, en serio, es imposible”, asegura Sanchidrián. “Es como vivir en Madrid y ser del Barça, o viceversa. Tienes que aprender a torear ciertos canales de información”, apunta con gracia Ferrán Estellés.
Acabar con los spoilers es imposible pero, ¿podemos hacer algo para evitarlos? “Es posible, pero a veces a consiste en navegar tan alerta como un ninja que entra en la guarida del villano. Lo mejor, no conectarse durante unos días”, aconseja Gonzalo. Algo que se torna especialmente difícil para quienes trabajan en el medio y tienen que estar al tanto de todo lo que acontece en la industria. “En mi día a día, al trabajar escribiendo sobre series en las que voy con retraso o que ni siquiera veo, me he encontrado con muchísimos. Los más comunes son las muertes de personajes. Aun así, por mucho cuidado que pongas, a veces es inevitable. Solo lo puedes llevar con resignación”, sentencia Natalia. Para Eva Lesmes, sin embargo, la cura frente a los spoilers la tiene el propio espectador. “Es muy difícil evitarlos porque cada vez corre más la información con las redes sociales, por eso es muy importante que haya una actitud del espectador de decidir ‘no quiero’ saber nada de esta película o de la nueva temporada de esta serie”, explica la directora.
Aunque es un mal que se ha intensificado por el auge de las redes sociales y el bombardeo de información al que estamos sometidos, spoilers ha habido toda la vida, igual que aguafiestas. Recuerda, si no, ese titular de la revista Supertele en 1982 que rezaba lo siguiente: “Chanquete se muere el domingo”. Así, sin anestesia. Sin duda, éste fue uno de los spoileos más sangrantes de los ochenta, y eso que por aquel entonces ni siquiera sabíamos de la existencia de dicho anglicismo. Otro de los ejemplos míticos de finales reventados sin compasión los tenemos en ‘El sexto sentido’ (2000), ‘Titanic’ (1998), ‘Seven’ (1995), ‘Los Otros’ (2001) o la serie ‘Perdidos’ (2004-2010) –que seguiremos sin desvelar por si hay algún rezagado en la sala–. La lista de destripamientos es eterna –y sangrienta– pero hay quienes opinan que la magia de las series y del cine está a prueba de spoilers. “Aquel que tenga interés en ver una serie o una película, la verá aunque le hayan contado el final o algún otro elemento”, concluye José Antonio Félez, productor de la serie ‘La Peste’ y de películas como ‘Grupo 7’, ‘El Bola’ o ‘Primos’.
En realidad, cualquier narración ficticia es susceptible de acabar siendo destripada aunque, obviamente, unas despiertan más interés que otras. Todo depende del fandom que arrastren. “Un clásico de mi niñez es ‘Star Wars’. Recuerdo que me contaron quién era el padre de Luke Skywalker y qué relación tenían él y la princesa Leia, pero yo era tan enano que no me enteraba de nada. Y otro al que le tengo cariño es el final de los ‘Serrano‘. Confieso que no seguía la serie, algún ratico debí de ver, pero ese sueño de Resines es parte ya del imaginario colectivo, ¿no? ¿O, al final, resulta que todo no era un sueño? ¿Qué es lo que pasó realmente?”, plantea del Prado. Vaya, al final hemos terminado soltando un spoiler. Esperemos que podáis perdonarnos.
*Artículo originalmente publicado en el número 50 de Vis-à-Vis. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android.