La alopecia es algo que preocupa a muchos hombres. En España, el 50% de la población masculina padece alopecia a los 50 años y son muchos los que ven su autoestima minada por ello. Carlos Librado (Madrid, 1976), o Nene como le gusta que le llamen, tampoco es una excepción y en más de una ocasión se ha preocupado ante la idea de quedarse calvo. Pero en su nueva comedia, ‘Por los pelos. Una historia de autoestima’, cuyo estreno está previsto para mediados de agosto, no le ha quedado más remedio que enfrentarse al espejo y verse con una brillante calva. Eso sí, todo afrontado con cero dramas y mucho humor. Para algo es un cómico con muchas tablas.
El año pasado ‘Operación Camarón’ fue el éxito español del verano y este agosto vuelves con la comedia ‘Por los pelos’. ¿Sientes presión por mantener el listón de éxito veraniego?
Presión como tal no, pero sí tengo expectativas y estoy con la incertidumbre de ver si funciona la película. Todos sabemos cómo está ahora mismo la asistencia al cine. De hecho, estuve la semana pasada y es desolador, así que estoy con esa duda de ver si en verano, con los calores y demás, a la gente le da por ir al cine.
El título completo es ‘Por los pelos. Una historia de autoestima’. ¿Alguna vez has tenido que lidiar con inseguridades y complejos?
Pues sí. Ahora me acaban de dar el alta, pero llevaba varios años con un dermatólogo capilar porque me empecé a preocupar. Con cierta edad empezamos a tener el pelo de otra manera y quería mantenerlo sano. Todavía no he llegado al punto de necesitar una operación, pero he estado cinco años en tratamiento. En el caso de que llegara el momento, no lo dudaría. Así que sí, sobre todo con el pelo, he tenido momentos de poca autoestima.
“Hacer deporte es lo último que me preocupa, no me gusta”
La cinta gira entorno al tema de la alopecia masculina, un tema que preocupa a muchos hombres. ¿Las redes sociales, el cine y el marketing han creado una sociedad más acomplejada que antes?
Más acomplejada no sé, pero sí seguimos valorando el físico y la apariencia por encima de todo, por mucho que se nos llene la boca con que lo importante es lo de dentro. Solo tenemos que echar un vistazo a las redes sociales para ver gente que no se dedica a nada más que a subir fotos de su cara y cuerpo y tiene millones de seguidores. Entonces, que me venga a mí a decir alguien que estamos en una época en la que el físico ha pasado a un segundo plano, pues no me lo trago.
Fuiste futbolista profesional hasta 2010 para luego hacerte cómico y actor. ¿Prestabas más atención a tu físico cuando eras futbolista o ahora que estás expuesto en las pantallas?
Antes. Yo ahora deporte el mínimo, no me gusta nada, la verdad. He estado desde los cinco años hasta los 33 años jugando al fútbol y no me apetece ni ponerme las zapatillas. Estoy dedicándome de lleno a la vida sedentaria, a leer mucho, a ver películas y a escribir, pero hacer deporte es lo último que me preocupa.
“Si productores optan por dar trabajo a gente sin formación, rebajamos nuestra profesión”
Estamos en el mes del Orgullo LGTBIQ+ y muchos afean que haya poca visibilidad en el mundo del deporte, especialmente, en el fútbol. Como ex futbolista, ¿entiendes la presión de ocultar la orientación sexual?
Entiendo que alguien no quiera mostrar públicamente su orientación sexual. A los heterosexuales no se les obliga o apremia porque muestren su orientación sexual, también porque, por otro lado, se les da por sabida. Pero sí que creo que es normal que no salgan porque el mundo del fútbol es un ambiente bastante masculinizado desde el punto de vista tóxico, muy machirulo. Entonces, entiendo que no tanto a nivel compañeros y en el vestuario, porque ese creo que sería el menor problema, sino más a la hora de jugar, que siempre se cuela mucho idiota y garrulo y para no aguantar insultos homófobos y demás. Sabiendo el ambiente en el que se mueven, es totalmente lógico y no se les puede criticar.
El arte banalizado
¿Se está banalizando y denigrando el oficio del actor?
Sí, lo estamos haciendo nosotros mismos desde la propia industria. Si productores y cadenas optan por dar trabajo a gente que no es profesional y que no tiene ni una mínima formación, estamos rebajando nuestra profesión al mínimo al hacer ver que cualquiera puede afrontar un papel. Y como las cadenas y productoras son las que mandan, tenemos que asistir el resto de la profesión a muchos momentos en los que actores y actrices se quedan sin papeles para que los hagan gente que en redes sociales tienen muchos seguidores.
Igual lo ven como una forma de atraer público…
Es engañoso. Los seguidores de una red social no te aseguran que vayan a ir a ver ese trabajo porque la gente que sigue a estas personas lo que menos les importa es a lo que se dediquen. Quieren verlos en la playa, de fiesta, en un photocall, pero se la suda ver su trabajo como actor o actriz. Solo hay que cómo las fotografías que subes del rodaje tienen muchos menos me gusta comparado con una foto en bañador o poniendo caritas. Estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado, pero no está en nuestra mano. Los actores somos quienes esperamos la llamada. Si los que mandan siguen pensando que eso puede atraer gente, aunque hay datos que muestran que no, van a seguir haciéndolo.
“En mis espectáculos quiero transmitir algo más que entretenimiento”
Empezaste en el mundo del entretenimiento como monologuista en 2010. ¿Cómo ha evolucionado el humor en esta década?
Estamos en una situación en la que el humor es cada vez más inofensivo. No quiero decir con esto que el humor tenga que ser de por sí ofensivo, pero como disciplina artística que la considero, si no se acerca a los límites, no transmite nada o remueve algo al espectador, se convierte en mero entretenimiento.
¿Solo se busca el entretenimiento ahora?
A mí no me interesa nada. Demasiado entretenimiento tenemos ya como para que ahora también el teatro, las películas y los cómicos se vayan hacia el lado del entretenimiento y no le hagan ni mover una neurona al espectador, limitándose a ofrecerle desconexión. Yo no he claudicado y en mis espectáculos quiero transmitir algo más que entretenimiento.
“Las plataformas buscan que consumas lo más rápido posible su estreno y mañana, otro”
En este sentido, ¿las plataformas como Netflix están mercantilizando al extremo el cine?
Sí, totalmente. Solo tienes que observar cómo se desarrolla una serie o película ahora en comparación con hace una década. Ahora son todo planos cortos y rápidos, parecen videoclips más que películas. La media de la gente no puede aguantar su atención durante 45 minutos o 1 hora. Entonces, las plataformas siguen esa línea para que consumas lo más rápido posible.
En ‘Operación Camarón’ diste ritmo al verano con el tema Chico perfecto. ¿Te verías probando suerte en un programa estilo ‘Tu cara me suena’?
Un programa así en plan por probar no te digo que no —ríe—. Pero no he sido dotado con el don de la voz, aunque se puede llegar a aprender a cantar más o menos bien. De hecho, con el autotune costó muchísimo que entrara mi voz en la del personaje y, al final, decidimos contar con un cantante profesional para que hiciera mi voz en las canciones. No quiero torturar a la gente con mi voz ni con el autotune.
A material world
De quedarte calvo, ¿viajarías a Turquía o lucirías tu calvicie con orgullo?
No la luciría, pero me operaría aquí en España con mi médico de confianza.
¿Sueles fijarte mucho en tu imagen?
No, no suelo estar muy pendiente de la moda. Soy consciente de que no tengo gusto para vestir y siempre tiro de neutros y del blanco, negro y gris. Y tampoco me interesan mucho las tendencias.
¿Cuidas mucho tu alimentación?
Cuando el personaje de la película o serie me lo pide, sí lo hago, si no, estoy entregado a la vida sedentaria y la comida basura. Si no fuera porque me controlo un poco, estaría comiendo comida basura todo el día.
¿Eres muy de cremas?
No, intento tener un aspecto aseado y saludable, pero no soy muy de cremas. Mi chica me intenta meter a veces de limpiarme la cara y demás, pero yo soy de agua, jabón y Nivea de toda la vida, la del bote redondo. Nivea tanto para la cara como para los pies —ríe—.
¿Estás a favor de los retoques estéticos?
No se me ocurriría juzgar a nadie por hacérselo. Y, ¿planteármelo yo? Pues si en ese momento lo creo necesario, sí, aunque por mi forma de ser, no creo que lo haga. Nunca he visto mi autoestima tan minada como para intentar cambiarme el físico.