La fama les sobrevino con Stolen Dance, una canción pop con toques de reggae y electrónica que seguro habrás tatareado. El vídeo que subieron a YouTube sin mayor pretensión que la de compartir su música –y que ya acumula más de 400 millones de visitas a la firma de este artículo– fue la llave que les abrió las puertas del éxito, pero eso no nubló su punto de referencia: “Cuando estás arriba, en la cima, puedes perderte. A veces es un mundo muy loco. Por eso es importante tomarse un respiro para darse cuenta de lo que hemos conseguido y reflexionar sobre ello”, explican sin perder un ápice de su espontaneidad.
Tres años después de aquel hitveraniego, Milky Chance se ha erigido en uno de los grupos con más proyección del panorama musical actual y quieren afianzarse con su segundo álbum de estudio, ‘Blossom’. Ataviados con sus inseparables guitarras, Clemens y Philipp sonríen y bromean con la complicidad de dos amigos de la adolescencia. “Antes éramos unos niños que íbamos al colegio y ahora somos músicos que viajamos por todo el mundo, concedemos entrevistas, damos conciertos y estamos en una ciudad diferente cada día. Nuestra vida diaria ha cambiado mucho, y eso conlleva nuevas responsabilidades”, afirman con humildad.
“Creo que fue muy importante para nosotros tener un lugar donde poder calmarnos y frenar”, Clemens Rehbein
El hecho de que sigan manteniendo su residencia en Kassel, una pequeña ciudad de Alemania de 193.000 habitantes, les ha permitido tomar aire cuando la vorágine podía llegar a superarles. “Creo que fue muy importante para nosotros tener un lugar donde poder calmarnos y frenar, porque sentimos que, generalmente, hacemos muchas cosas en poco tiempo y todo pasa muy rápido”, asegura Clemens. Y, al instante, Philipp apostilla con una profunda reflexión que evidencia un necesario apego por su entorno: “Debes quedarte con la gente que amas, tu casa y los lugares donde puedes darte cuenta de lo que necesitas para tener éxito en la vida, no solo en tu pasión”.
Milky Chance 2.0
Con su primer álbum de estudio, ‘Sadnecessary’, Milky Chance alcanzó el disco de oro en países como Canadá, Australia, Francia y Alemania, e inició una gira mundial que les ha proporcionado mucha madurez y muchas risas. “Cuando estás de gira pasan cosas divertidas constantemente. Con nuestro equipo, en el bus, siempre ocurren muchas tonterías. Todo el mundo se lo pasa bien y está de buen humor”, recuerdan. Y si se les pregunta por una anécdota, como era de esperar, sus fans han protagonizado momentos muy locos. “Al terminar nuestro primer concierto en Nueva York, nos montamos en la furgoneta para ir al hotel y, de repente, dos fans saltaron dentro, nos dieron un abrazo durante cinco segundos y se bajaron. Fue una locura, pensábamos que nos estaban secuestrando y nos dijimos: “Pero, ¿qué ha pasado?”, narra Clemens con una sonora carcajada.
Les gusta la vida en la carretera, por mucho que ello implique. Les apasiona su trabajo y se nota con cada una de sus reflexiones, pero sus gestos se vuelven un poco más serios cuando se les pregunta por lo más duro de estar de gira. “¿Lo peor? Suena negativo… Creo que, a veces, es difícil sentirse cómodo en muchos lugares. Por ejemplo, cuando bajamos del autobús en algunas ciudades no sentimos una buena sintonía con el ambiente. Y sentirse cómodo en todos los sitios no es tan fácil como parece”, admite Philipp. Además de confesarnos la cara amarga del éxito, también nos desvelan su equipaje cuando la carretera y los vuelos son los únicos enlaces entre escenario y escenario. “No necesitamos muchas cosas. Supongo que mi guitarra, que es imprescindible, un buen libro y algo de ropa. No nos gusta llevar cosas innecesarias”, puntualiza el vocalista del grupo.
“Debes quedarte con la gente que amas, tu casa y los lugares donde puedes darte cuenta de lo que necesitas para tener éxito en la vida”, Philipp Dausch
El dúo alemán reconoce que las experiencias vividas en los últimos años han cimentado su nuevo trabajo y les han permitido adquirir un sonido más maduro con respecto a su primer disco. Su música aglutina tantos estilos divergentes que parece difícil que combinen tan bien. Pero la mezcla de reggae, pop, electrónica y folk resulta armoniosa y da muestras de sus inabarcables inquietudes. “Es Milky Chance 2.0 porque sigue sonando igual pero hemos intentado desarrollarlo. Nos hemos esforzado en grabar las canciones con un sonido más real mediante muchos instrumentos: baterías, bases reales, bongos, caja de madera, chasquidos, palmadas… Es un disco más artesanal”, detalla Clemens.
Que se definan como Milky Chance 2.0 no es baladí teniendo en cuenta que se dieron a conocer en YouTube y hacen un uso muy concienzudo de las redes sociales para conectar con sus fans y visibilizar sus proyectos. “Las redes sociales son muy importantes para los artistas, sobre todo en estos tiempos. Todo el mundo está en Instagram, Facebook… Es una manera de que la gente pueda ver lo que haces, compartir ideas, conectar con los fans… Pero más allá de la música, es nuestra pesadilla”, bromean.
*Artículo originalmente publicado en el número 49 de Vis-à-Vis. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android.