Si eres uno de los casi dos millones de seguidores que tiene en Instagram, sus trazos sencillos, coloridos dibujos y poderosos mensajes te habrán subido el ánimo más de una vez. Y si no le sigues, probablemente también. Y es que las viñetas de Óscar Alonso, popularmente conocido como 72 Kilos, circulan sin descanso por las redes. El ilustrador bilbaíno, que acaba de publicar ‘Un libro contigo‘, comenzó esta aventura hace 13 años cuando, tras una apuesta con sus amigos, se propuso bajar de 95kg a 72kg. Fue entonces cuando empezó a dibujar como forma de motivación y creó un blog con sus viñetas. El resto es historia y está por todo Instagram.
Con el optimismo característico de tus viñetas, ¿qué consejos darías para no caer en la depresión otoñal?
No soy muy bueno dando consejos fuera de las viñetas. Seguro que hay algún libro, serie, peli, lugar, amigo o familiar que está deseando que le conozcas un poco más.
Con el nuevo curso llegan los nuevos propósitos. ¿Cómo recomiendas planteárnoslos y, ya puestos, lograrlos?
A mí me gusta plantearlos de esta manera: Que se puedan cuantificar, que se puedan verbalizar y que se puedan alcanzar. Es decir, tu objetivo no puede ser: “Voy a empezar a correr”. Tiene que ser: “Voy a correr una carrera de 10 kilómetros dentro de 365 días”. Para ello te tendrás que preparar, hacer pasos intermedios para conseguirlo. La meta está allí lejos, pero no tan lejos.
En las redes sociales abundan los haters y las críticas. ¿Cómo combatir el pesimismo a base de viñetas?
Afortunadamente no tengo tantos haters. Mi abuela decía una frase muy buena: “A palabras necias, oídos sordos”. Ella no tenía Instagram, pero creo que sé a qué se refería. El pesimismo a veces viene, pero es que nos vamos a morir dentro de poco, mejor ser positivos y disfrutar de lo que nos queda, ¿no?
¿Por dónde hay que empezar cuando queremos un cambio en nuestra vida?
Saber que necesitas el cambio y buscar por todos los medios el cambio. A veces tiene forma de psicólogo, de amigos, de nueva empresa, de nueva pareja, de país…
¿Nos propones algún reto para llevar a cabo este otoño?
Estar un día entero sin mirar el móvil y viendo el otoño. Tenemos 90 días para conseguirlo.
La mejor rentrée otoñal
¿Empezaste a dibujar como forma de terapia?
Comencé a dibujar para ilustrar mi camino de los 92 a los 72 kilos. Luego descubrí que funcionaba como un diario, como un amigo, como terapia. Y tiene todo el sentido seguir haciéndolo.
En tus dibujos hablas de la superación personal. ¿Cuál ha sido el mayor reto que has logrado?
Hay muchos retos, algunos más visibles que otros, como terminar maratones que soñaba con terminar, cambiar de trabajo, superar pérdidas de gente muy cercana y atreverme a decir lo que pensaba aunque tuviera consecuencias no tan positivas. Merece la pena ponerse retos y tratar de conseguirlos.
Tus personajes siempre están en un paisaje idílico entre el mar y las montañas. ¿Qué significan estos escenarios?
Quiero que sean paisajes neutros. En pocas ocasiones dibujo lugares reconocibles, porque me gusta que la persona que lo vea se imagine que es ella en su lugar preferido.
¿Has analizado el por qué de tu éxito en redes sociales?
La verdad es que no lo sé. No sé si ha sido la simplicidad, el ser constante o tratar de contarlo con personajes que podríamos ser cualquiera de este planeta. Si empezara de cero, haría lo mismo, pero no sé si saldría igual. Hay miles de factores que se han ido cruzando y que me han traído hasta aquí.
¿Qué ha supuesto para ti tener tantos seguidores? ¿Te ha abierto muchas más puertas?
Sí, abre muchas puertas, pero es mucha responsabilidad porque lo que publicas lo dejas de controlar ante tanta gente tan diferente. Las puertas que se me han abierto me han descubierto lugares muy interesantes, pero aunque algunos los he tenido que evitar porque no son para mí.
¿Alguna de tus viñetas que siempre tengas presente y te inspire?
Hay muchas. La mayoría me las dibujo a mí mismo para animarme o para que me lo crea un poco, porque soy muy inseguro. Dos de las que más me gustan son: “¿Va a funcionar? Si remas, sí”. … Y la segunda: Dos siluetas que se juntan y se dicen: “Perdón”.