¡Que viva el terraceo! 10 lugares para practicarlo como toca

Porque las vistas importan tanto como la comida y la bebida, estas son nuestras terrazas favoritas para disfrutar de lo que queda de verano.

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Si hay algo que apetece en esta época, además de un buen chapuzón, es sentarse a comer y beber en una terracita. Ese templo foodie donde desconectar del estrés diarios y tener tu momento de relax ya sea con amigos, en pareja o a solas. Si aún no tienes muy claro a cuál ir, aquí te dejamos las mejores para que comiences el verano a todo tren.

Aticcook Bruno Ruiz (Denia, Alicante)

Ubicado en el ático del showroom del diseñador Pepe Cabrera, este espacio gastronómico dirigido por el chef Bruno Ruiz juega con la tradición y la cocina creativa con elaboraciones tan originales como el bacalao en texturas y sopa de cebolla y miel o el Ferrero de morcilla y miel. Además, el propio chef termina los platos delante de los clientes mientras explica el proceso de preparación y las materias primas usadas. Por la noche, las vistas de la ciudad mientras disfrutas de una cerveza en buena compañía es el mejor plan para estos calurosos meses.

La terraza del Santo Domingo (Madrid)

Una de las mejores panorámicas del skyline madrileño acompañada de refrescantes cócteles y una sabrosa selección de platos. Y es que esta terraza enclavada en plena Gran Vía madrileña es de las mejores de la ciudad y un must para este verano, aunque también está abierto en invierno. Si pasas por aquí no puedes dejar de probar el cangrejo crujiente, su sublime cochinillo deshuesado a baja temperatura y el lomo de vacuno trinchado. Y para hacer el brindis, prueba el cóctel Zombie o Sex on the Santo Domingo. Ya nos cuentas.

Miguel González (Orense)

La terraza de este restaurante gallego es una de las mejores que puedes encontrar en el norte de España. Sobre todo si tenemos en cuenta que las mesas al aire libre de esta casona donde, además de comer o cenar, puedes alojarte, están distribuidas por su precioso jardín, el porche o la bajada a la piscina. Así, mientras disfrutas de platos típicos de la cocina gallega como las kokotxas de bacalao, gamba, allada y berza, el raviolo de bogavante o las fabas de Lourenza, también puedes relajarte y desconectar de todo en este rincón que te aporta otro ritmo de vida.

Baby Grill (Madrid)

Muchos le llaman el hermano pequeño del prestigioso restaurante Rubaiyat, por sus precios más asequibles y menor tamaño, aunque la calidad de sus carnes nada tiene que envidiar al popular restaurante de influencia brasileña. Sus cortes de carnes y pescados son tan exquisitos como los de Rubaiyat, aunque están pensados en raciones más pequeñas para una cena de tapeo y aire informal. En su carta de influencia brasileña podemos saborear exquisitos dados de tapioca, panes de queso o pulpo a feira mientras desconectamos en su terraza, convertida ya en un oasis urbano.

Parador de Málaga Gibralfaro (Málaga)

Frente a la Alcazaba y rodeado de un frondoso bosque de pinos, este exclusivo parador malagueño brinda una perspectiva única de la ciudad y la bahía. En su carta encuentras platos tan típicos como el gazpachuelo malagueño, el  zoque y el ajoblanco, que aúnan tradición con una presentación de lo más chic. Aunque si quieres pegarte un buen banquete lo que no puedes dejar de probar es el cabrito relleno de setas, batata, apionabo y salsa de miel y romero. Sin duda, una fantasía para cualquier foodie que se precie.

RoofTop Garden del Hotel Palace (Barcelona)

Uno de los hoteles más exclusivos de la Ciudad Condal tenía que tener una terraza a su altura. Con este espacio inspirado en el jardín romántico del palacio de Francesc Cambó y en la obra del pintor modernista Ramón Casas, lo ha conseguido. Con una extensión de 1.500m², posee más de 50 variedades de plantas, estanques, una piscina y un solárium con el que prácticamente parece que toques el cielo. Puedes disfrutar de alguno de sus espectaculares brunchs y relajarte a base de Mojitos o Mimosas. Además, también se organizan actividades como yoga y pilates.

Àtic de Palau Alameda (Valencia)

Un momento único de hedonismo urbano y tranquilidad mediterránea es lo que ofrece esta sorprendente terraza en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad del Turia. En esta terraza, además de cuidados vermús y cócteles, puedes probar tapas como los chopitos, la ensaladilla o unas cremosas y crujientes croquetas; además de platos típicos de la gastronomía valenciana como la fideuá o el arroz meloso de marisco.  El cóctel Humo y Flores a base de tequila, licor de melocotón, lima e hibisco, te llevará al éxtasis.

Hotel Riu Plaza España (Madrid)

Aquello de “De Madrid al cielo” cobra más sentido que nunca cuando subes a esta soberbia terraza. Está en el antiguo Edificio España, que pasó a ser el Hotel Riu Plaza España tras su reforma, y desde su inauguración en 2019 se ha convertido en una parada obligada para todo amante de las alturas y el ‘postureo‘. Para disfrutar de sus inmejorables vistas has de subir hasta la planta 26 del hotel, pero don’t worry, el ascensor solo tarda 26 segundos en llegar. En su oferta gastronómica encontramos una gran variedad de raciones para un tapeo veraniego como ensaladillas, tartar de atún, ibéricos, quesos y croquetas. Y si no tienes miedo a las alturas, atrévete a pasar por su puente colgante y acristalado.

Cuit by Miguel Calent (Palma de Mallorca)

En la octava planta del NAKAR Hotel y con unas vistas de vértigo de la bahía de Palma de Mallorca y su catedral, encontramos este restaurante donde el chef mallorquín Miquel Calent prepara con esmero una cocina de temporada y artesanal con la tradición isleña como leit motiv. La coca tibia de pato asado y berenjenas y la cazuela de pulpo encebollado a la mallorquina son nuestros favoritos, sobre todo, si se acompañan de algún vino de su selecta carta de maridaje.

Le Club de Hotel Ercilla (Bilbao)

Para descubrir un Bilbao distinto lo mejor es que subas a la terraza de este céntrico hotel, la más alta de la ciudad desde donde disfrutar de la silueta del Guggemhein, el San Mamés o el casco antiguo. Lo más típico de la ciudad son los populares pintxos y, obviamente, aquí saben cómo prepararlos. Todo ello maridado con buenos cócteles, chacolís o vermús. La juerga está asegurada al caer la noche.