El sarcasmo y el cachondeo están asegurados desde el momento que pasas por debajo de su llamativo cartel de neón. Y es que en La Torcida, tienen como bandera (de arcoíris, por supuesto) ese humor tan irónico y sagaz de las drags. Porque este local, abierto el pasado noviembre en pleno barrio de Chueca, reinventa el concepto de dinner show y lo acerca al espectáculo drag, tan popular en el barrio. Así, mientras degustas una original carta basada en raciones para compartir y pequeños bocados, te diviertes con un show descarado y silencioso. En este local han creado el primer silent show y LGTBIQ+ de Madrid y para disfrutarlo debes usar cascos auriculares. ¿A que ya te apetece conocerlo?
Nada más cruzar la puerta se nos acerca Hornella Góngora, drag queen y una de las estrellas del espectáculo, para soltarnos un par de comentarios mordaces mientras nos lleva a nuestra mesa. Aquí nadie tiene pelos en la lengua y su leit motiv es que el humor, cuanto más picante, mejor. Lo primero que se nota es que hay mucha coordinación, tanto entre las artistas que van entreteniendo a los comensales como en el equipo de sala. “Lo que pasa en La Torcida, de principio a fin, es un trabajo en equipo de los camareros, artistas y cocineros. Todos jugamos un papel importante para que el cliente se lleve una excelente experiencia”, apunta Genaro Celia, chef ejecutivo del grupo Tombo, que ya triunfaba con Cokima.
Bimba Farelo, camarera de La Torcida y artista, no solo va sacando los platos, sino que suelta más de una chanza demostrando que el restaurante rezuma ingenio por cada uno de sus engranajes. “Ha habido una explosión de cultura drag en España con la llegada de ‘Drag Race’ a nuestro país. Más en un barrio como Chueca. No es un espectáculo drag al uso, porque además contamos con muchos tipos de arte. Combinamos humor, monólogo, danza, cante y música en directo”, explica el responsable del show, Daniel Martín. “Queríamos añadir a nuestra cena y show un aliciente, que encima es muy vistoso para redes sociales y apostar por el descanso de los vecinos y la buena convivencia. Con los auriculares era posible y dio como resultado lo que es ahora La Torcida”, añade.
Sabores around the world
La gastronomía de La Torcida bebe de una cocina ecléctica y viajera que, en formato de pinchos y tapas para mediodía y raciones para compartir y pequeñas elaboraciones en la noche, mezcla texturas y sabores para acercarnos una cocina vanguardista y original. “Nos identifica mucho esa cocina viajera que no se amarra a nada y que intenta hacer fusiones aunando muchas gastronomías del mundo con un buen producto. Nuestra oferta es divertida, cambiante y pensada para compartir“, señala el chef. Así que ya sabes, lo que te llame la atención, pruébalo; porque puede que, la próxima vez que vayas, la carta haya cambiado.
Un show con mucho gancho
A mitad de la cena, el camarero nos entrega unos cascos auriculares con luces. La performance, que se desarrolla en las cenas de lunes a domingo, va a empezar y solo se puede seguir los cascos puestos. Quien quiera mantener una charla con sus acompañantes, solo ha de quitárselos y abstraerse del espectáculo. “El drag es un arte que no suele considerarse como tal. Además, las drags, junto a las personas trans, han sido las primeras que se pusieron al frente de los movimientos a favor del colectivo LGTBIQ+, por lo que con más motivo se debería reconocer su trabajo desde los locales que contratan sus servicios”, reivindica Martín. Por eso, La Torcida es de los pocos locales que regula el trabajo de sus artistas y les paga sueldos dignos y acordes a su función.
Bimba Farelo comienza interpretando Ramito de violetas de Cecilia y presenta a las dos divas de la noche: Hornella Góngora, una habitual del local, y La Huesito, un rostro popular de la noche LGTBIQ+ madrileña que se estrena en La Torcida. Comienza la marcha mientras compartimos una causa limeña con pulpo y unos chilaquiles con una salsa de chorizo, aguacate y huevo a baja temperatura con queso idiazábal. La causa está cremosa y con un potente sabor a mar, mientras que los chilaquiles son muy picantes. Eso sí, no tanto como el espectáculo.
Mientras Hornella interpreta varias canciones y La Huesito canta su tema Huesito bendito, llegamos a los postres para disfrutar de una tarta de queso con helado de yogurt y una dulcísima torta “como gusta en Chueca, con 4 leches”. Pero el show continua. Hornella va pasando el micro a los espectadores mientras les hace preguntas divertidas y alguna que otra tomadura de pelo. Es momento de coger la carta líquida y pedir algunos de sus 10 cócteles de autor como Café de Chueca, Cinnamon Omelete, Spicy Mexican o Bourbon Sour.
El show termina con una gran cantidad de ovaciones y risas. Una burbuja foodie y LGTBIfriendly perfecta para estos días de Orgullo. Además, el espectáculo va cambiando y recibe a algunas de las drags más aplaudidas de Chueca, como Blondy, La Prohibida, Huma Fuman o La Ogra que todo lo logra. “Aportamos al ocio madrileño calidad, entretenimiento, arte, originalidad, compromiso, social y diversidad. Queremos que desde que el cliente entra en la puerta, viva sensaciones distintas a medida que pasa la noche”, comenta el responsable. Porque en la diversidad está la riqueza, y de eso La Torcida sabe mucho.