Definirlo como “el chico de moda” parece el recurso fácil a la hora de presentar a un artista, pero es que en su caso es así. Y es que además de tener más de 30 millones de oyentes mensuales en Spotify, Sebastián Yatra (Medellín, Colombia, 1994) acumula otros 29 millones de followers en Instagram y está apunto de estrenarse en Netflix la serie musical ‘Érase una vez… pero ya no’. Pero como no puede quedarse quieto ni un instante, también presenta ‘Dharma’, su nuevo disco del que forman parte temazos como Tacones Rojos.
Además, el colombiano ya está ultimando los preparativos para su gira mundial, con la que llegará a España el 18 de junio, y el tema que interpreta en la película de Disney ‘Encanto’ se ha colado en los Oscars con una nominación a Mejor Canción Original. Por eso, arañar unos minutos para charlar con él es sumamente difícil, pero nosotros lo hemos conseguido y aquí te dejamos el resultado.
Acabas de presentar tu nuevo disco, ‘Dharma’, que en el hinduismo es la ley divina, el destino y la aceptación de la realidad. ¿Tu destino era ser cantante?
Supongo que sí, porque aquí estoy —ríe—. Es algo que disfruto y amo, aunque no sé si me destino es ser cantante para siempre o no. Con esto del Darhma, este nuevo aprendizaje y esta forma de vivir, se me abrió mucho la creatividad para lograr el propósito que siento que está cumpliendo este trabajo.
Si creemos en el Dharma, toca hacerlo en el karma. ¿Eres más espiritual y emocional que racional?
Sí, soy bastante emocional y me encanta ser así. Aunque cuando empiezas a conocer la magia que hay dentro de ti y a vivir en el presente, es una mezcla entre lo emocional y lo racional. Cuando estás bien emocionalmente, puedes pensar de manera racional y no estar viviendo con fantasías en la cabeza o en el futuro y el pasado.
“Conocí a Joe Jonas en el baño de un bar en Nueva York”
En este nuevo disco tienes temas con Rosario Flores, Aitana y los Jonas Brothers, entre otros. ¿Tenías claro desde el principio que querías que fueran estos artistas?
No, conforme fue fluyendo cada canción me llevó a cantarla con estos artistas. Eso es algo especial de este álbum, que nació naturalmente y es como un reflejo de la realidad. Simplemente dejé que las canciones me fueran contando la historia y que la vida me mostrara cuál era el mensaje para compartir con la gente. El nombre del álbum lo descubrí en un libro en un avión hace seis meses. Ya había hecho muchas de las canciones del álbum antes de tener ese nombre.
Y ahora cantas Runaway con los Jonas Brothers. ¿Cómo fue tu primer encuentro con ellos?
La primera vez que los conocí fue muy rara como experiencia mía desde un punto de vista fan. Fue en el baño de un bar en Nueva York que estuve al lado de Joe Jonas y le hice una pregunta rara y fue gracioso —ríe—. Y seis años después estar cantando con ellos un tema mío es una prueba de que el trabajo, la disciplina y el amor por algo te puede hacer no tener un techo. Siento que si sigo trabajando mi carrera con amor no he de ponerme un techo, pero si la trabajo desde las expectativas y los resultados se hace muy bajo el techo.
Entonces, ¿no tienes ningún artista como objetivo para grabar algún tema?
Tengo canciones grabadas con artistas que espero que salgan pero hasta ahí. No es que esté pensando en con quién quiero grabar y si no grabo con esa persona, no estoy feliz. No, me estoy dejando llevar por las canciones. Al final, es más importante la canción que las colaboraciones, importan las emociones que transmite.
“Los videoclips ayudan a crear conciencia de que la canción existe”
Te has ido gira por Estados Unidos con Ricky Martin y Enrique Iglesias. ¿Ya lo has asimilado o aún no te lo crees?
Hay muchas cosas que nunca voy a terminar de asimilar —ríe—. Enrique y Ricky han sido referentes para mí desde que comencé con la música y, de hecho, Enrique es el ejemplo, desde chiquitito, de que no me tengo que encasillar en ningún género. Esto se trata de hacer buenas canciones.
Los videoclips de tus canciones suelen ser animados, coloridos y muy atractivos. Y es que gran parte de la música actual entra por los ojos. ¿Eso emborrona la música en sí?
Claro, pero los videoclips ayudan a dar algo visual y hoy en día la gente, cuantos más sentidos les toques, más les llamas la atención. Además, los videoclips son una herramienta para contar, de pronto, otra historia y ayudan a crear conciencia de que la canción existe. Muchas veces, si solo entran por los oídos, hay tanta música que uno ni se entera y la tienes que escuchar en la radio para descubrirla. Eso sí, ya puedes tener el mejor videoclip del mundo que si la canción es mala, no pasa absolutamente nada.
No solo de canciones vive el cantante
Vas a ser uno de los protagonistas de ‘Érase una vez… Pero ya no’, un musical que se estrenará en Netflix. Imagino que también te habrás enterado de que Aitana va a ser también la protagonista de una serie de Disney. ¿El paso de la música a la actuación es natural?
Pues está pasando ahora que diferentes cantantes estamos siendo invitados a actuar, aunque no lo hayamos antes. Y siento que como cantante, si ya escribes e interpretas, tienes una sensibilidad con las emociones que te puede sumar si te tomas muy en serio el tema de la actuación. Lo haces con todas tus ganas y entras sabiendo que no eres actor, sino que estás aprendiendo. Ha sido una oportunidad súper linda que me la he disfrutado mucho y sé que va a gustar un montón.
“Yo era un buen estudiante rebelde”
Además de tu música, te llegarán propuestas de publicidad de todo tipo. ¿Cuál ha sido la oferta más loca que has recibido?
Oferta publicitaria loca no tengo una muy clara, pero en sí he recibido ofertas como muy absurdas por la idea o el concepto que mandan, o también absurdas porque quieren que hagas mil cosas y no te ofrecen nada. Es muy gracioso.
Tienes casi 30 millones de seguidores solo en Instagram. ¿Cómo es entrar en el perfil de Sebastian Yatra? ¿Le dedicas mucho tiempo a gestionar las redes sociales?
Sí, mi Instagram y distintas redes son herramientas que tengo para conectar con la gente y para mostrarles mi día a día. Aunque claro, en este momento con el álbum hay muchas cosas para contar y las cuento, pero también hay momentos donde tampoco tengo tanto para contar y me alejo y relajo. Tampoco puedes buscar tu felicidad ahí o pensar que la única forma de que tu carrera funcione es por las redes sociales.
¿Cómo fue criarse en una ciudad tan variopinta como lo es Miami? ¿Fuiste un adolescente rebelde?
Yo era un buen estudiante rebelde —ríe—. De chiquito tuve mucha fiesta, nos escapábamos e hice todas muchas locuras que luego digo: “Cómo hice eso, ¡qué tonto era”. Pero es parte de la juventud. Aunque es importante enviar el mensaje de que hay que ser responsables porque uno cuando es pequeño y prueba el alcohol por primera vez y esas cosas, siente que es un juego y no lo es.
Siendo inmigrante colombiano y viendo la situación migratoria de EEUU, ¿sientes como una responsabilidad la protesta al ser una persona influyente?
Realmente, yo trato de no meterme en política. Al final, soy cantante, estoy aquí para compartir emociones a través de la música y, en este momento de mi vida, hablo mucho del amor, de la pareja, la familia… Si algún día me vuelvo un cantante que quiere llevar como mensaje principal la política y lo social desde un punto de vista de protesta, me meteré más. Pero, en este momento, no es mi decisión y tampoco sé si es mi lugar porque no soy la persona que más sabe para hacerlo. Obviamente, veo el tema de inmigración en Estados Unidos y me duele que tanta gente lo pase mal y siento que hay injusticias en distintas ocasiones, pero eso es un tema que ojalá se vaya solucionando con el tiempo.