No es nada personal, sino estético. Porque a David Bowie le quedaba de lujo en su encarnación de Ziggy Stardust. Igual que a Ronnie Wood, el guitarrista de los Rolling Stones, o a Bono en su época más punki. Pero no todos podemos permitirnos las mismas concesiones estéticas que las estrellas del rock. Además, el peinado tenía su intríngulis desde el punto de vista estilístico: consistía en cortarse a tijera la parte superior del pelo —tampoco mucho para mantener volumen— y dejarse largo el cabello de la nuca. Vamos, lo que nuestras madres llamarían “llevar greñas” —de hecho, esa sería su traducción al español—.
El mullet empezó a ser popular en los años 70 por la influencia del glam rock, pero los 80 fueron su década de apogeo. Llevar estos pelos era símbolo de rebeldía, de modernidad. Jerry Seinfeld lo lució durante nueve años en horario estelar en la televisión, mientras que Billy Ray Cyrus —para quien no lo sepa, el padre de Miley Cyrus—, se decantó por una versión bastante extrema en sus años de estrella country. Y en el apartado de mujeres tenemos, por ejemplo, a Ellen DeGeneres, a quien este peinado le acompañó durante su época en ‘Saturday Night Live’.
También el tenista Andre Agassi fue uno de los grandes prescriptores de este corte a principios de los 90, llegando a convertirlo en su seña de identidad. Su truco para mantenerlo a raya durante los partidos era colocarse una banda sobre la frente, aunque lo que nadie sabía es que llegó a jugar con peluca ante su preocupante pérdida de pelo. Una obsesión que le costó el Grand Slam de París en 1990. Al parecer, el deportista estadounidense estuvo más pendiente de su postizo que de darle bien a la raqueta. “Durante el calentamiento previo al juego recé. No por la victoria, sino por que no se me cayera mi cabello postizo”, confesó Agassi en ‘Open’, su autobiografía publicada en 2009.
Pero todo lo que sube, baja. En 1994, el grupo de hip-hop Beastie Boys se rieron públicamente de este corte en la canción Mullet Head, una expresión que durante mucho tiempo fue utilizada para referirse a gente que carecía de sentido común. Y, a partir de ahí, cuesta abajo y sin frenos. Muchos personajes públicos han querido rescatarlo a modo de homenaje a la moda de los 80 —véase Scarlett Johansson en 2004 o Rihanna en alguno de sus innumerables cambios de look—, pero sin más pretensiones que esas. Los últimos referentes televisivos los tenemos en Steve Harrington, uno de los protagonistas de ‘Stranger Things’ –que ver si lo mantiene cuando acabe la serie, y Úrsula Corberó, quien luce el también llamado pixie francés en la tercera temporada de ‘La casa de papel’. Nosotros abogamos porque el mullet ya descanse en paz.
**Artículo originalmente publicado en el número 52 de Vis-à-Vis. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android.