La promesa de unas próximas vacaciones es un consuelo necesario en los días en que el trabajo es abrumador. Pero existe un eterno dilema a la hora de planificar nuestros días libres: si relajarse y entregarse al dolce far niente, pero luego sentir que no aprovechaste el tiempo al máximo, o preparar escapadas y decenas de actividades para luego retomar la rutina con más cansancio. Ambas opciones tienen pros y contras, por lo que es mejor saber qué necesitas en esta ocasión. Hacer o no hacer. Esa es la cuestión. Y la vamos a aclarar.
Actividades y muchos viajes
Durante el año no siempre tenemos tiempo suficiente para reunirnos con nuestro círculo cercano o hacer esa escapada pendiente. “Las vacaciones brindan una oportunidad única para poder realizar aquellas acciones que generan emociones positivas y nuevas sensaciones. La variedad de actividades placenteras para nosotros, sin exceso, es positiva en cuanto a la generación de un estado de activación cognitivo que fomenta la sensación de disfrute. La estimulación necesaria para atender a los estímulos y vivencias nos hace estar más despiertos y activa nuestros sentidos y capacidades”, comenta la psicóloga Olga Merino.
Viajar aviva tu mente y te vuelve más inteligente y creativo
Y en esto de vivir cientos de experiencias, el turismo es la opción favorita de cada vez más españoles. De hecho, según datos del Instituto Nacional de Estadística, los españoles viajaron un 19,9% más en 2022 en comparación con 2021. Y la tendencia es creciente. “Viajar supone emprender una aventura en la que abrirse a nuevos aprendizajes y salir de nuestra área de confort, adaptándonos a lo desconocido. De este modo, se facilita el desarrollo de sensaciones positivas y estimula nuestros sentidos y capacidades para generar enseñanzas”, asegura la profesional. Así, viajar aviva tu mente y te vuelve más inteligente y creativo, según una investigación realizada por el profesor William W. Maddux de la Universidad de Carolina del Norte. También reduce en un 30% el riesgo de infarto, como evidencia un análisis de la Comisión Global de Envejecimiento.
Sin embargo, tampoco es recomendable que te satures la agenda. “La virtud está en el equilibrio. En muchas ocasiones, pretendemos organizar muchas actividades y exprimir el tiempo al máximo, llenando casi sin tregua un espacio que debería ir dirigido al descanso. La hiperestimulación que puede generar la planificación excesiva puede ocasionar nuevamente estrés“, advierte Merino. Y es que seguro que alguna vez has vuelto de vacaciones con más agotamiento que cuando te fuiste. Acabar necesitando “unas vacaciones de las vacaciones” se convierte en la dinámica habitual para muchos.
A la bartola y tan a gusto
Pero, ¿qué pasa si lo que te apetece es, precisamente, no hacer nada? Queda claro que viajar tiene muchos beneficios, pero esas vacaciones yincana que parecen sacadas de ‘Pekin Express’ también pueden terminar agobiándote. Y no, las vacaciones deben servir para refrescarte y reponer pilas física y mentalmente. “El descanso permite a nuestro cuerpo desconectar, reflexionar y relajar nuestros sentidos. El sueño es fundamental para la recuperación orgánica y poder volver a un estado de activación, descansados. Además, la no realización de actividades físicas no implica que no se puedan hacer otras de carácter más cognitivo-emocional con las que activar nuestras capacidades y potencialidades”, recuerda Merino.
“Lo ideal es generar un equilibro entre la actividad y el descanso”
Parece que “perder el tiempo” es algo negativo y hasta sentimos culpabilidad si pasan nuestros días libres y no hemos hecho “nada”. Pero en una época en la que vamos a todo tren y el 75% de los españoles sufren estrés, según el estudio ‘Cigna 360 Well-being Survey’, alejarse de tanto ajetreo es la actuación necesaria. Porque un descanso prolongado en la época de vacaciones ayuda a reducir el estrés crónico que muchos arrastran durante el año.
Además, como recoge un estudio de la Universidad de York y de Florida, el 40% de las ideas creativas surgen durante los momentos de desconexión, ya que se producen nuevas conexiones sinápticas. Asimismo, estos días pueden ser la oportunidad para dormir como toca. Según la Sociedad Española del Sueño, casi la mitad de los españoles tiene problemas para conciliar el sueño y nuestro país lidera el consumo mundial de medicamentos para poder dormir.
Entonces, ¿qué es mejor?
Parece que aprovechar para descansar es lo idóneo, pero muchos también pueden acabar saturados de tanta relajación. “Lo ideal es generar un equilibrio entre la actividad y el descanso. Aunque también todo depende del nivel de acción, exigencia y carga cuantitativa y cualitativa al que nos solamos ver enfrentados, así como de las características personales. Las actividades de ocio se recomiendan cuando hay una necesidad de desconexión y búsqueda de sensaciones positivas; y el descanso cuando se procede de un tiempo de excesivos cambios y estímulos“, aconseja la psicóloga. “En este último caso, es muy importante bajar gradualmente el ritmo para adaptarnos progresivamente a una menor intensidad”, agrega.
3 de cada 4 españoles no desconecta cuando está de vacaciones
Eso sí, hagas lo que hagas, distánciate del trabajo. Es importante esforzarnos por marcar un límite durante nuestros días de descanso. “En este aspecto, la desconexión de redes sociales y dispositivos móviles, es un aspecto clave para permitirnos conectar con el entorno y con el aquí y ahora”, remarca la experta. Según un análisis de TopDoctors, 3 de cada 4 españoles no desconecta cuando está de vacaciones y el 35% que sí marca distancia, sigue enganchado a Internet y las redes sociales. De hecho, desde 2022, la OMS incluye el síndrome de burnout, es decir, estar quemado del trabajo, como un padecimiento laboral. Se estima que el 43% de los trabajadores españoles sufre esta condición.
Lo fundamental es saber que las vacaciones perfectas son aquellas que te hacen sentirte bien con tus circunstancias y requerimientos. “Cada uno debe confeccionarlas en base a sus gustos y necesidades. Lo más importante es tener tiempo de calidad con las personas y cosas que nos aportan bienestar, más allá de lo material o de la cantidad de actividades que se pueden hacer. Sin duda, en lo esencial, está la clave de la felicidad“, asegura Merino. Bueno, y en darte las vacaciones que te has ganado, claro.