7 consejos (realistas) para hacer frente a la bajona post vacacional

Preguntamos a una psicóloga qué podemos hacer para no llevar tan mal la vuelta a la rutina y esto es lo que nos ha contado.

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¿Acabas de reincorporarte al trabajo y ya te sientes alicaído/a? Has de saber que sufres lo que se conoce como depresión post vacacional y, por supuesto, que no eres la única persona que está pasando por ello. Lo primero que debes saber es que es bastante común y que se trata de algo pasajero. Es un trastorno adaptativo provocado por la percepeción de tener dificultad para afrontar la vuelta a la rutina tras un descanso prolongado. Sus síntomas más frecuentes suelen ser tristeza, irritabilidad, apatía, insomnio y falta de motivación. Pero como sabemos que tiene solución, hemos pedido consejo a una psicóloga para que empieces a ver el vaso medio lleno.

No te agobies

Es primordial que entiendas que lo que te sucede es normal y que le ocurre a muchos trabajadores. Según un estudio de Adecco, la compañía de recursos humanos, 1 de cada 3 trabajadores sufre depresión post vacacional. “La afectación puede oscilar entre el 30 y 40% de la población”, confirma Olga Merino, psicóloga. Por ello, es necesario que lo afrontes como una adaptación pasajera y no intentes asumir todo el trabajo que en otra situación asumirías. Ni tampoco te agobies por sentirte mal. “Hay que tener en cuenta que se trata de un proceso de adaptación al cambio. Por tanto, requiere de un tiempo y previsión para poder acostumbrarnos de nuevo a un escenario en el que las exigencias y demandas cambian sustancialmente respecto a las que veníamos teniendo durante las vacaciones”, afirma la experta.

Una transición suave

De hecho, como tiene que ver con la capacidad de adaptarnos y pasar de un periodo de descanso a la rutina laboral, lo mejor es empezar a acostumbrarnos a nuestros horarios habituales cuando aún estamos de vacaciones. “Las principales recomendaciones se centran en conseguir una transición progresiva entre el escenario vacacional y el laboral. En este sentido, es recomendable dejar unos días previos a la incorporación para normalizar y ajustar horarios y rutinas, acostumbrándonos paulatinamente a los horarios y actividades normales”, recomienda la Merino. Es decir, que unos cuantos días antes comiences a levantarte a la hora que lo haces para ir a trabajar, come en tu horario habitual y, si estás fuera y es posible, no vuelvas justo el día de antes a tu reincorporación.

Reparte tus vacaciones

Otro de los motivos de esta tristeza y hastío tras el verano es pensar que no tendrás vacaciones hasta el año que viene. Por eso, intenta no gastar todos tus días de golpe. “Es conveniente dejar algunos días para el resto del año, de forma que puedas visualizar un incentivo en el horizonte, aunque también es necesario tener un mínimo de tiempo que permita desconectar del trabajo. En el caso de personas que puedan desconectar fácilmente, disfrutar de varios periodos vacacionales puede ayudarles a tener la sensación de prolongación del periodo de descanso. Sin embargo, esto e poco recomendable para aquellas cuyos trabajos no les permiten la desconexión total o tiene dificultad para ello”, advierte la profesional.

Empieza con calma

Si estás pasando por este estrés adaptativo y sientes agobio y malestar por tu retorno laboral, lo último que debes hacer es meterte más presión y ponerte a mil revoluciones. “Es primordial ajustar las expectativas sobre la asunción de responsabilidades y cantidad de tareas a abarcar durante la reincorporación, asumiendo progresivamente responsabilidades y afrontando inicialmente aquellas tareas que entrañen menor dificultad“, aconseja Merino. Así que ya sabes, no pasa nada porque el primer par de días te dediques a organizarte todo, enviar emails o hacer las tareas más livianas.

Motivación modo on

Obviamente, si tu trabajo te agrada y hace que te sientas realizado, volver al ruedo no es tan duro como puede ser para otros. Y es que, al marcarte retos profesionales, ya focalizas tus energías en metas asumibles que ir alcanzando. “Es importante, en este sentido, aprovechar la oxigenación y desconexión de las vacaciones para volver con energías renovadas y fuerza para embarcarnos en nuevos proyectos. La creatividad y capacidad de visualización de nuevas alternativas, será más sencilla en estos momentos”, asegura la psicóloga. Además, intenta animarte mientras trabajas, ya sea poniéndote música que te guste si puedes o creando un entorno laboral en el que te sientas lo más cómodo/a posible. Incluso, prueba a llevarte algún picoteo que te guste para ir comiendo de vez en cuando y aumentar tu sensación de placer.

Apaga el piloto automático

Si pese a todo te dan momentos de mucho estrés o sientes que te está sobrepasando la situación, lo más importante es parar unos minutos, respirar y saber que todo es pasajero. No pasa nada por tener un mal día. “Se puede trabajar en técnicas de desactivación y relajación, que pueden ser elementos clave en la gestión del estrés. Realizar ejercicio, trabajar técnicas de mindfulness o cualquier actividad que nos proporcione satisfacción y nos ayude a desconectar son, sin duda, buenos complementos”, apunta la experta.

Tiempo (de calidad) para ti

Piensa que no es el fin del mundo y que regresar al trabajo no es sinónimo de dejar de mimarte, tener tiempo para ti o pasártelo bien. “Recuperar nuestro tiempo semanalmente, no tanto en cantidad, sino en calidad, y tomar consciencia de su importancia, es fundamental. Buscar y encontrar tiempo para disfrutar de la familia, de un paseo, de unos minutos de lectura o aplicar técnicas de relajación, son buenos ejemplos de las cosas cotidianas que nos pueden ayudar a mejorar nuestra salud emocional”, señala Merino. Además, puedes comenzar la rentrée con una motivación añadida si te apuntas a algo que te agrade o comienzas una nueva afición que ir desarrollando en tus ratos libres.