Había rumores de que era una de las favoritas de los Oscar, pero tampoco las tenía todas consigo. Teniendo en cuenta que Steven Spielberg estaba nominado con su homenaje al séptimo arte en ‘Los Fabelman’ o que la comedia ‘Almas en pena de Inisherin’ había salido muy bien parada en los Globo de Oro, ‘Todo a la vez en todas partes’ no parecía que fuera a llevarse gran cosa. Pero lo hizo. De hecho, se llevó más de lo que nadie esperaba y ha terminado haciendo historia en la Meca del Cine.
Esta cinta dirigida por Dan Kwan y Daniel Scheinert, conocidos como los Daniels, es tan desternillante e impactante que no deja a indiferente. Con una puesta en escena y un juego argumental que, aunque parezca un despropósito, acaba ligándose a la perfección para crear una obra audiovisual con muchísima personalidad. Por algo se ha llevado siete estatuillas a casa y se ha convertido en la primera cinta en conseguir las principales categorías de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión, Mejor Actriz Protagonista y Mejor Actriz y Actor de Reparto, entre otras. Aquí te explicamos el por qué de su éxito.
1. Ciencia ficción para todos
Seguro que has oído hablar del metaverso y, si no sabes muy bien lo que es, seguro que, al menos, intentas entenderlo. En resumidas cuentas, se trata de múltiples mundos con sus propias realidades paralelos al nuestro en el que otros “yo” viven vidas distintas al haber tomado decisiones diferentes a las nuestras. Es el nuevo filón que la ciencia ficción.
En esta película independiente también abordan el tema pero de una forma que, incluso si no te gusta demasiado la ciencia ficción, te acaba fascinando. No se pierden tecnicismos ni en rollos soporíferos. Al contrario. Con explicaciones sencillas y comparaciones potentes, logran que entres de lleno en todo ese universo y que comprendas a la perfección su, a priori, ilógico y disparatado funcionamiento.
2. El absurdo con buen gusto
La cinta es una parodia descarnada de la ciencia ficción y las películas de artes marciales. No dejan títere con cabeza. El surrealismo de sus escenas y las situaciones absurdas que va proponiendo la historia crecen a medida que avanza el metraje. Desde un asesinato a golpes con un dildo o un combate a vida o muerte con un trofeo introducido en el ano hasta una mofa de ‘Ratatouille’ con mapache en vez de rata.
Con todo esto, podría parecer que la película busca el mero cachondeo a partir de lo bizarro, como hace la franquicia ‘Scary Movie’. Sin embargo, los Daniels logran pulir todo al detalle y tratar cada salida de tono con tanta veracidaz e implicación que tampoco chirría en exceso. De esta forma, hasta acabas emocionándote con un romance lésbico entre mujeres que tienen salchichas en vez de dedos.
3. Te mantiene en vilo
Dura más de dos horas, pero con tanto sobresalto, giro inesperado y broma gamberra se te pasa en un suspiro. De hecho, es tal su ritmo frenético que, en muchos momentos, no deja respirar el drama y reposar algunos de los planteamientos entre los que discurren sus protagonistas. Pero la cinta no da tregua y cuando quieres darte cuenta, rompe el clímax dramático con una salida de tono de lo más inesperada. Puede que sea ahí donde resida toda su magia.
4. Losers way of life
‘Todo a la vez en todas partes’ es una locura, pero una locura de esas que toca la fibra. ¿Una conversación entre dos piedras puede hacerte reflexionar sobre la deriva que toma el existencialismo humano y las relaciones familiares? En esta película, sí. Esas piedras te emocionan como si se trataran de la mismísima Meryl Streep. Al igual que otros clásicos como ‘El efecto mariposa’ o la más reciente ‘Tiempo’, también te invita a pensar sobre el paso de los años y las decisiones que tomamos o las oportunidades que dejamos marchar y cómo van cambiando nuestra realidad a cada instante.
Y, sobre todo, por el gran mensaje nihilista que sobrevuela a la cinta: el de que nada importa. A partir de esta premisa, uno se libra de la culpa de sus sueños truncados, de la insatisfacción constante y, precisamente al no importar nada, todo puede importar. Un canto de liberación para todo aquel que se ha sentido un perdedor en algún momento de su vida.
4. Mata toda expectativa
A ratos, parece que ni a los Daniels les ha importado nada más que dar voz a sus pasiones e ideas en esta cinta. ‘Todo a la vez en todas partes’ no sigue una narrativa lineal ni una estética convencional. En ella se mezcla el cine de artes marciales y propuestas al estilo ‘Matrix’ con diálogos de cine costumbrista, homenajes al manga y actos escatológicos o sexuales. De hecho, la cinta comienza como un drama cotidiano de una mujer abrumada por todos sus quehaceres que debe afrontar el paga de impuestos y sacar su lavandería adelante. Pero todo eso salta por los aires para arrastrarnos a un viaje único.
5. Una estética “multiversal”
‘Todo a la vez en todas partes’ explota la genialidad de incluir el cine dentro del cine, como hacen otras cintas como ‘Scream’, ‘Ed Wood’ o ‘La la land’. Pero de una manera muy peculiar e inesperada. Además, logran mezclar tantos estilos que, a ratos, sientes que estás viendo decenas de películas a la vez logrando una visión inmersiva y singular. Cuando en la historia se pasa de un universo a otro, saltando entre realidades, cambia la estética, los colores y la fotografía, haciendo que cada propio mundo respire su ritmo, su carácter y desprendan una esencia propia.
6. La verdad de sus protagonistas
La actriz malaya Michelle Yeoh ya ha hecho historia al ser la primera mujer asiática en ganar un Oscar a Mejor Actriz Protagonista. Algo merecido no solo por todo el arco dramático que recorre y la gran variedad de estados emocionales que atraviesa a lo largo de la historia. También cabe destacar la naturalidad con la que la actriz consigue normalizar el sinsentido que le sobreviene y la gracia con la que humaniza situaciones que resultarían ridículas en cualquier otro sitio. También sobresale una magistral Jamie Lee Curtis, que nos deja fascinados con su alocada interpretación, el rescatado actor de raíces vietnamitas Jonathan Ke Quan, quien aporta la sensibilidad y dulzura hacia el final de la cinta. Por algo, todos ellos se han llevado su merecido Oscar a casa.
7. Una productora indie (y con carisma)
Detrás de esta peculiar cinta está la productora independiente A24. Empezaron su actividad apenas 10 años y han logrado vencer a las grandes del sector. En estos Oscar, han arrasado con ‘Todo a la vez en todas partes’, pero también con ‘La Ballena’, la cinta que ha supuesto la vuelta a los focos de Brendan Fraser, que se llevó el Oscar al Mejor Actor Protagonista. Y también tenían otras de sus producciones como ‘Close’ y ‘Aftersun’ con nominaciones.
Pero, ¿qué tiene esta pequeña productora que fascina a todos? Fundada por veteranos del negocio como Daniel Katz, David Fenkel y John Hodges, está detrás de éxitos como ‘La habitación’, ‘Ex Machina’, ‘Hereditary’ y la también oscarizada ‘Moonlight’. Una productora con una personalidad muy marcada que prima las historias singulares. ¿Lo más peculiar en su catálogo? ‘Swiss Army Man’, una surrealista comedia dramática en la que Daniel Radcliffe interpreta a un flatulento cadáver que sirve a un naúfrago como vehículo para sobrevivir.
8. Cambia la dirección de Hollywood
Hollywood está decayendo y no sorprende. Ya sea por el cine de superhéroes que monopoliza la taquilla, la sombra que le hacen las películas de las plataformas de streaming o el fracaso entre espectadores del cine de los grandes autores, lo cierto es que galas como los Oscar y la Academia cada vez tienen menos peso. Sin embargo, el triunfo fulminante de ‘Todo a la vez en todas partes’ deja clara la voluntad de la Meca del Cine de remar en la dirección correcta. La victoria de una cinta de género y racializada, independiente, producida por una pequeña productora contra Steven Spielberg y otras grandes cintas que seguían la estela hegemónica hollywoodiense, es toda una declaración de intenciones. Y nosotros, encantados de que se siga por esa senda.