¿Has vivido algún tipo de experiencia paranormal?
¿Pero sin drogas ni nada? Me acuerdo de una ocasión estando de fiesta en la que pasó una estrella fugaz a cámara lenta, tardó como dos minutos en cruzar todo el firmamento mientras caía fuego del cielo. Además, en ese momento todavía estábamos bien porque no había empezado con los cubatas. Es algo que vimos todos, no solo yo, fue algo bastante acojonante.
De todos los invitados que han ido a ‘La Resistencia’, ¿a cuál invitarías a cenar?
¿Invitar, yo? ¿A cenar? Pero algo barato, un kebab o una cosa así, que no se esperen mucho más. Invitaría a cenar a Candela Peña que es muy maja y me cae muy bien.
La gente te tiene como el rey de las fiestas. ¿Es verdad?
Todos los días me hago 2.000 abdominales por la mañana y de ahí me vengo al programa —ríe—. Me gusta salir de fiesta, pero es que me dejo la voz cada vez que lo hago. Es una de las cosas malas que tiene la fama, que todo el mundo quiere hablar contigo, y me encanta, pero que al día siguiente me deja hecho polvo. Ahora mismo, ir a un garito por la noche para mí es mortal, porque entre la música tan alta y las conversaciones con la gente… al día siguiente me levanto con la voz muy tocada.
¿Cómo llevas la fama?
La llevo bien, aunque es cierto que hay momentos un poco chungos como cuando te piden una fotografía en un momento incómodo o te vienen haciendo beatbox: “¡Eh, tronco me sale el león marino!”, pero luego también tiene sus cosas buenas. La gente te conoce, el otro día me cambiaron un AVE por la patilla, a la hora de encontrar trabajo fuera de ‘La Resistencia’ es todo más fácil… La primera risa de los espectáculos ya la tienes hecha, pero luego también creas una hype que tienes que cumplir.
¿Qué es lo primero que haces al acabar el programa?
Me cambio y me quito el maquillaje, que cada día me parezca más a Rafael o Juan Muñoz. De ahí me pillo el monopatín, bajo hasta el templo de Debod, que es donde aparco, el coche y tiro para casa.
“Yo quería ser biólogo marino. Controlo mucho de peces, de los de acuario te puedo decir hasta los nombres científicos”
¿Si tuvieras que cambiar de profesión a qué te dedicarías?
Yo creo que sería jardinero para estar mis siete horitas cortando el césped y cuidando de las plantas. Haría un poco de ejercicio físico, disfrutaría del aire libre y luego me iría a casa sin las complicaciones de estar pensando en el trabajo.
¿Y crees que todas las plantaciones serían legales?
Por supuesto que no. Entre col y col siempre habrá una lechuga.
¿Te has enamorado alguna vez de tu jefe?
Bueno, Ricardo y yo somos amigos, nos mandamos mensajes y audios de voz de más de un minuto.
¿De dónde viene el nombre de Grison?
De mi primo, que siempre me estaba diciendo: “Pero Grison, que te escondes las pruebas”, en relación al personaje de ‘CSI’. Me apuntó así al campeonato de España de beatbox y con ese mote me quedé.
Hablando de series, ¿cuáles te gustan?
Me gusta mucho ‘Amar en tiempos revueltos’ y ‘El secreto de puente viejo’ —bromea—. Ahora, con los niños, tengo poco tiempo para ver series. He visto ‘Breaking Bad’ y ‘Peaky Blinders’, pero lo que me mola de verdad son los documentales de La2.
Si tuvieras que elegir un género de cine para definir tu vida, ¿cuál sería?
El western, las películas de caballos, los duelos al Sol y Clint Eastwood y sus colegas a tope.
¿Cuándo eras pequeño te imaginabas currando en televisión?
Para nada, yo quería ser biólogo marino. Controlo mucho de peces, de los de acuario te puedo decir hasta los nombres científicos. En mi casa ya no tengo pecera porque se me rompió y dicen que trae mala suerte. Tenía una de 600 litros y me explotó una Noche Buena. Me llevé un disgusto que no veas porque se me murieron todos.
“Si solo pudiera salvar a un miembro de ‘La Resistencia’ de una muerte horrible sería Pinacho, sin pensármelo —CM del programa–”
Show Business
Si pudieras tener un superpoder, ¿cuál sería?
Controlar el tiempo hacia atrás sería lo más guapo. Prefiero viajar al pasado antes que ir al futuro. Conocer a los dinosaurios y ver a lagartos de seis metros tiene que ser acojonante. Además, poder viajar a los 70 o los 80 también tiene que estar muy bien.
¿Cuál sería tu primera decisión como presidente del Gobierno?
Joder, pues quitaría alguna asignatura escolar y enseñaría a hacer la declaración de la renta y cosas más prácticas de lo que se enseñan hoy.
Para la gente que no te conoce, ¿a qué dirías que te dedicas?
Me dedico a hacer ruiditos con la boca. Digamos que mi trabajo es hacer movidas. Estoy especializado en el mundo del espectáculo y sector terciario, principalmente.
¿Irías a un reality show?
Hostia, creo que no. Aunque si me ponen con Ángel Garó y sus colegas me puedo echar unas risas. Aunque bueno, con lo que cobran algunos concursantes podría pensármelo. Si voy a algún reality show sería para liarla a muerte, para prender fuego a la casa y, en lugar de que me echen, echar yo a la gente.
¿Qué te comprarías con un millón de euros?
Me compraría muchas cosas, aunque si tengo que elegir algo te diría que una ‘kelly’ guapa, una buena casa con su piscinita guapa y sus vistas a Pozuelo.
Si solo pudieras salvar a un miembro de ‘La Resistencia’ de una muerte horrible, ¿quién sería?
Joder, salvo a Pinacho sin pensármelo —community manager del programa— y a tomar por culo el resto. Así también me aseguro de que el cabrón documente la muerte de todos los demás —ríe—.
“Me gustaría tener una pequeña sección de tutoriales y de gente que me mande vídeos haciendo sonidos guapos”
¿Alguna vez te has tirado un pedo durante la grabación del programa?
Sí, puede que alguno estilo ninja. Tienes que tener en cuenta que tengo a Ricardo muy cerca y no nos conocemos mucho. Llevamos dos años y todavía guardamos un poco las formas. Él tampoco lo ha hecho, por lo que podríamos decir que estamos como Palestina e Israel, en calma tensa.
¿Qué te gustaría hacer en ‘La Resistencia’ que ahora no hagas?
Un poco más de beatbox, tener una pequeña sección de tutoriales y de gente que me mande vídeos haciendo sonidos guapos. Me gustaría hacer algo un poco más musical.
¿Recuerdas algún concierto inolvidable?
Hostia puta, te diría el de The Prodigy en un FestiMad que se fue de las manos. Se empezó a colar la gente, el escenario parecía que se iba a caer, había coches de exposición ardiendo y yo estaba encima de un puesto de cerveza volcado sobre un barrizal. Recuerdo que el cantante, que se murió hace poco, paró el concierto y dijo: “Esto es lo más acojonante que hemos vivido en todos nuestros años de carrera”.
¿Cuántos instrumentos sabes tocar?
Bien, ninguno –bromea–. En realidad, lo que es así un nivel más avanzado te puedo decir la guitarra, el bajo, también toco un poco la batería, el piano lo toco como un gato de escayola y poco más. Luego hago beatbox, pero mi instrumento es la guitarra, y luego puedo darle un poco a la batería.
¿Te raparías la cabeza en directo por una buena causa?
Ni de coña —ríe—. Ni por solucionar el hambre en el mundo. Bueno, no lo sé, quizá por algo así me lo pensaría.
¿La palabrota que más utilizas?
Te diría que “joder, tronco”. No tengo ninguna palabrota definida porque para mí todas son buenas. Cabronazo o cachoputa también las utilizo mucho.
¿Qué va antes, el huevo o la gallina?
Viniendo de los dinosaurios creo que viene antes el huevo, del huevo sale un lagarto con plumas, de ahí otro huevo y así hasta la gallina.
**Artículo originalmente publicado en el número 53 de Vis-à-Vis. Compra tu ejemplar en quioscos o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android.