Moderna de Pueblo empezó siendo un fenómeno viral en Facebook y ahora tiene más de medio millón de seguidores en Instagram. Sin embargo, Raquel Córcoles siempre está en un segundo plano.
A ver, tampoco me escondo. Cuando tengo que dar charlas o entrevistas me encanta estar en primera persona. Pero sí, quizá era algo cómodo para no exponerme tanto a las críticas y que la gente lo viera sin filtros.
¿Ser influencer es un trabajo?
Claro. Esto es como cuando hablan mal de los youtubers. Isa Calderón es youtuber y una crack; y Malena Pichot empezó como youtuber y es una ‘genia’. Y lo mismo pasa con los influencers. Por ejemplo, Jeddet es influencer y hace de todo un poco, pero nos influencia a todos con su forma de verse y con su manera de ver el género. Nos educa.
¿Las mujeres pueden ser más machistas que los hombres?
Para nada. Machistas somos todos. Yo era mucho más machista hace ocho años que ahora y, seguramente, ahora seré más machista que en un futuro. Pero las mujeres nos apoyamos mucho entre nosotras. Lo que pasa es que chirría más que una mujer diga algo machista porque va en detrimento suyo. Pero es que esa mujer, quizá, ha estado educada de una forma y no lo ha desaprendido.
En su nuevo libro ‘Idiotizadas, un cuento de empoderhadas’, Moderda de Pueblo habla sobre la necesidad de que las mujeres desaprendan lo que nunca deberían haberles enseñado. Foto: Editorial Zenith (PLANETA)
¿Se puede ser moderna y querer que te regalen flores?
A todo el mundo nos gusta que nos traten bien. Lo que pasa es que está el rol intercambiado. Una vez, para su cumpleaños, a mi chico le regalé flores porque él, en broma, me lo había dicho y me sentí súper rara.
¿Qué tópicos son los que más te molestan?
Que una mujer no pueda tener la misma libertad sexual que un hombre, porque parece que tiene que conservarse pura. Y también que hasta que no eres madre no eres una mujer completa.
¿Alguna vez has sufrido situaciones incómodas en el trabajo por el hecho de ser mujer?
Sí, lo que pasa es que no me he dado cuenta de haberlo sufrido hasta que te explican lo que es y dices: “¡Coño, si esto lo viví yo!”. En una entrevista de trabajo con un hombre importante viví una situación incómoda y acabé ‘potando’ del asco. Pero entonces eso no lo percibí como una situación de abuso de poder, sino como: “¡Qué hombre más baboso!”. Hasta que no han aparecido términos como el mansplaining no he sido consciente de las veces que he estado con hombres muy relevantes del mundillo en las que, aunque yo tenga más éxito que él, siempre era yo la que la que le reía las gracias.
De frivolidades y tabúes
¿Hay muchas diferencias entre las historias creadas por hombres y las que realizan mujeres?
Si las mujeres domináramos el mundo, nuestras historias serían mucho más relevantes de lo que son al revés. Es decir, Joe Matt es un gran autor de cómics y me encanta, pero sus cómics van de hacerse pajas, de babear por tías y de estar con los colegas. Yo hablo de temas igual de frívolos y con una conciencia social más grande, pero como solo se mueve en el terreno femenino tiene menos valor. Incluso me han llegado a decir que detrás de Moderna de Pueblo había un hombre.
Cuando empezaste querías contar lo que le pasa a una chica de pueblo cuando llega a la ciudad y la gente cool pasa de su cara. ¿Ahora tú eres esa gente?
Yo siempre me he percibido como una ‘pringadita’. Y, de hecho, cuando me invitan a un evento de modernos me sigo sintiendo igual de incómoda que cuando llegué a la ciudad.
Raquel Córcoles empezó colaborando con el diario satírico ‘El Jueves’ y escribió su primer cómic en solitario en 2013, llamado ‘Los capullos no regalan flores’. Foto: Editorial Zenith (PLANETA)
Como humorista gráfica, ¿te autocensuras?
Hombre, es que cuando tienes muchos seguidores se puede liar tanto por cada cosa que digas que vas con mucho cuidado. Y hay temas que sabes que son como una granada. Hay que pensarlo muy bien y no dejar ningún lugar a la mal interpretación.
¿Cómo va a seguir creciendo Moderna de Pueblo?
Me encantaría trasladarla al mundo audiovisual. De hecho, yo empecé en esto porque no podía grabar cortos y el cómic era como un story board sin presupuesto. Y ahora sí que me está saliendo alguna oferta, pero como es tan complicado y siempre es cuestión de conseguir un presupuesto y una cadena que apueste por ti… ojalá salga porque me encantaría.
*Artículo originalmente publicado en el número 50 de Vis-à-Vis. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android.
