¿Sabías que la tradición de comerte las 12 uvas surgió como una protesta? Pues sí, en 1880 el Ayuntamiento de Madrid prohibió los festejos callejeros en Navidad. Esto, como cabía esperar, no sentí muy bien al pueblo, que decidió reunirse en la Puerta del Sol para escuchar las campanadas del 31 de diciembre y comer uvas. ¿El motivo? Burlarse de la aristocracia y la burguesía que, a imitación de la alta sociedad francesa, hacían fiestas navideñas donde brindaban con champán acompañado de uvas. Pero esta peculiar costumbre española solo trasciende a unos pocos países latinoamericanos, pues cada país tiene su propio modo de atraer la buena ventura. Aquí te dejamos algunos de los más peculiares por si este año tan surrealista te apetece cerrarlo con algo nuevo.
Comer, comer y comer
En Estonia no se toman las uvas pero sí que se dan buenos banquetes. En concreto, en la jornada del 31 de diciembre se sientan 7 veces en la mesa para comer. Y es que creen que si se celebran 7 banquetes con deliciosos platos típicos a lo largo del día, el año estará marcado por la abundancia y la salud. Suerte no sabemos si traerá pero alegría para ese día seguro, pues cada comilona se cierra con un brindis de champán o kali, la bebida nacional, fermentada y dulce.
Las lentejas de la buena suerte
El dicho de “lentejas, si las quieres las comes y si no, las dejas”, no se lleva demasiado en Italia. En este país, durante la Nochevieja lo mejor es cenar un buen plato de lentejas con nudillo de cerdo, pues así piensan que atraerán la fortuna en el año venidero. Pero Italia no es el único país donde las lentejas simbolizan el dinero. En Colombia se las meten en los bolsillos por el mismo motivo.
Todo por un beso
Si has visto películas hollywoodienses ambientadas en Nochevieja sabrás de sobra que los estadounidenses matan por un beso. Si no lo consiguen dar cuando entran en el nuevo año, tendrán 365 días de soledad. Es una tradición tan arraigada y extendida que 2/3 de la población ya tienen previsto con quién se darán ese beso.
Nochevieja on fire
Como si de unas fallas en versión latina se tratara, en Panamá es típico quemar muñecos rellenos de hojas secas la víspera del día de Año Nuevo. Y tampoco pueden faltar los fuegos artificiales, que en este caso replican a figuras públicas y también a allegados. Todo un espectáculo pirotécnico que transforma las calles en un sorprendente espectáculo.
Que todo salga redondo
En Filipinas todo debe ser redondo en el día de Nochevieja porque las monedas son redondas y el dinero llama al dinero. Así, además de vestir con prendas estampadas de lunares, se sientan en mesas redondas, se llenan los bolsillos de monedas y hasta comen alimentos redondos. Vamos, que no has de sentirte mal si ese día te hartas a Donuts.
Una maleta cargada de ilusión
Si lo que más has echado en falta este 2020 es poder viajar con libertad a donde te dé la gana, seguro que esta costumbre chilena te va a encantar. Además de barrer la casa hacia fuera para ahuyentar a las malas energías, los chilenos que desean tener un año cargado de viajes, cogen su maleta y se pasean por la casa o por el vecindario con ella durante Nochevieja. Una forma de favorecer los viajes del año nuevo que entra.
¿Solo 12 campanadas?
¿Por qué conformarse con 12 campanadas si puedes dar 108? Es lo que deben de pensar los monjes budistas de Japón, ya que en este país es tradición tocar 108 campanadas. Y no, no se hace desde las plazas, ayuntamientos y demás espacios públicos como en nuestro país, sino que son los monasterios budistas los encargadas de darlas para acabar con los pecados que pueblan la mente humana, como los celos o la rabia.
El futuro en una gota de plomo
La Nochevieja en Alemania y Austria la conocen, al igual que muchas personas en España, como San Silvestre —Silvesternacht en alemán— y una de sus costumbres más arraigadas es la de leer el futuro en el plomo fundido. De esta forma, se coloca un trozo de plomo sobre una cuchara y se calienta hasta fundirlo para después verterlo en agua. La forma que adquiera será lo que nos depare el nuevo año. Por ejemplo, un círculo o una corona simboliza el matrimonio mientras que las estrellas y flores, el éxito y la fortuna.
¿Qué te apuestas?
Si te van los juegos de azar y las apuestas, una Nochevieja en Grecia será para ti el paraíso. En el país helénico es tradición echar partidas de póker y otros juegos de azar con la familia y los amigos, pero siempre apostando. Así, el ganador, además del dinero obtenido, tendrá asegurado un nuevo año cargado de triunfos. También es es típico decorar un barco en vez de un árbol en honor a San Nicolás, patrón de los marineros. Pero es San Basilio quien trae los regalos a los más pequeños, precisamente, la noche del 31 de diciembre.
Apuesta al rojo
China celebra por todo lo alto el Fin de Año. Los dragones y los desfiles se apoderan de las calles para espantar a los malos espíritus y hacen un gran despliegue pirotécnico. Pero lo que no es tan conocido es la tradición de pintar las puertas principales de cada casa de rojo para atraer a la felicidad y calma.
Si me queréis, tiradme un plato
Si los daneses muestran su afecto lanzando platos a sus seres queridos, miedo da imaginar qué harán con sus enemigos. Pero sí, en Dinamarca, tras la cena de Nochevieja, es típico ir a las casas de familiares y amigos a lanzarles los platos. Una peculiar muestra de cariño con la que, además, se les desea un año cargado de bonanza. Otra tradición es subirse a una silla y saltar de ella justo a medianoche.
¡Helado va!
Pero para rara la costumbre de lanzar helado al suelo en Suiza. Con lo bueno que está el helado suizo y aquí lo tiran para celebrar la entrada a un nuevo año. Todo ello acompañado de máscaras y cánticos al estilo tirolés.