Los 8 mejores destinos del mundo para disfrutar del ‘astroturismo’

Una alternativa más que recomendable para huir de las playas abarrotadas en el verano de la nueva normalidad.

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Cada vez son más las personas que viajan por el mundo en busca de un cielo completamente limpio en el que las luces de las farolas, los coches o los edificios no nos estropeen la maravillosa vista del firmamento. Una peculiar forma de hacer turismo que normalmente se realiza en soledad o grupos reducidos y que cada vez cuenta con más adeptos. Desde acampadas a ras del suelo en mitad del desierto a hoteles de superlujo con techos acristalados. Una forma de viajar que, dada la situación actual, se torna más apetecible que nunca. Estate muy atento a la apertura de fronteras para ir organizando tu próximo viaje estelar.

Decorados de película – Jordania

Aunque aún no sabemos cuándo se podrá viajar a este país, si hablamos de ‘astroturismo’ no podemos dejar de mencionarlo. En Jordania encontramos el desierto de Wadi Rum, también conocido como el Valle de la Luna, un lugar único para la grabación de películas de ciencia ficción, pero también para la observación de las estrellas. La calidad de sus cielos, libres de contaminación lumínica, han convertido este lugar en uno de los más instagrameables por los amantes de la astrofotografía.

Precio por noche: 200 euros.

¿Dónde dormir?

En el campamento Wadi Rum Night Luxury han conseguido unir lo mejor del pasado y del presente. Los antiguos beduinos alucinarían si tuvieran la posibilidad de pasar una sola noche en una de sus habitaciones. Desde los habitáculos tipo burbuja con el techo acristalado a impresionantes haimas de lujo con electricidad incorporada y muebles hechos a mano. Una experiencia inolvidable que desde el propio alojamiento llevan a más incluyendo rutas a través del desierto en camello o 4×4.

Con altura – Perú

Perú es otro de los países que cada vez apuesta más por el ‘astroturismo’, aunque de momento también tendremos que esperar para visitarlo. A su enorme patrimonio natural e histórico se une, poco a poco, el cuidado y respeto por sus cielos. Su bajo índice de contaminación y su altura –la ciudad de Cuzco, se encuentra a 3.360 metros sobre el nivel del mar– lo convierten en uno de los lugares más propicios para esta práctica.

Precio por noche: 402 euros.

¿Dónde dormir?

Las habitaciones cápsula del Skylodge Adventure cuelgan a 120 metros de altura en una pared rocosa del Valle Sagrado de Cuzco, ubicado en los Andes Peruanos. Para llegar hasta ellas es necesario subir una escalera de 400 metros anclada a la pared. Las suits cuentan con baño, cama y comedor, y al llegar la primera noche el resort ofrece una cena gourmet.

Cazadores de auroras boreales – Finlandia

La posibilidad de presenciar una aurora boreal es, para muchos, una experiencia única en la vida. Por eso, países como Finlandia apuestan por potenciar su oferta turística combinando la observación del cielo con actividades típicas de la zona tales como la pesca, montar a trineo o esquiar. Nuestra recomendación es que escojas un buen abrigo, cojas vacaciones entre septiembre y marzo –la mejor época para la observación de auroras boreales– y te prepares para disfrutar del espectáculo.

Precio por noche: 370 euros.

¿Dónde dormir?

El Kakslauttanen Artic Resort está situado en la Laponia finlandesa, a unos 250 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico. Este resort tiene el honor de estar ubicado en uno de los entornos más salvajes y limpios de Europa, tanto que podrías beber el agua de sus arroyos sin riesgo a pasar una mala noche. Cuenta con habitaciones para dos personas denominadas “iglús de cristal” y, durante la temporada de invierto, ofrece todo tipo de safaris, desde los típicos trineos tirados por perros o renos, a los realizados con tanques –sí, has leído bien– moto de nieve o quads.

El paraíso de los noctámbulos – Chile

Si hay un país que destaque por encima del resto en cuanto a sus servicios ‘astroturísticos’ es Chile. El país sudamericano concentra el 40% de la capacidad de observación del firmamento y se prevé que, para la próxima década, acoja el 70% como consecuencia del incremento de la contaminación lumínica mundial. Algo así como la Meca para los nerds de la astronomía.

Precio por noche: 100 euros.

¿Dónde dormir?

El Hotel Elqui Domos, situado en el valle de Elquis, a unos 500 kilómetros de la capital del país, Santiago, es el único hotel astronómico del hemisferio sur. Sus habitaciones están especialmente diseñadas con techos acristalados para observar las estrellas imitando la estructura de tiendas de campaña clásicas. Además, los huéspedes pueden disfrutar de tours de astronomía o paseos a caballo bajo las estrellas organizados por el propio hotel.

Aromas del desierto – España

El parque natural de las Bardenas Reales en Navarra es uno de los puntos de referencia para los ‘astroturistas’ y los seguidores de la serie ‘Juego de Tronos’. A pesar de su apariencia desnuda e inhóspita, más propia de Marte que de la Tierra, el desierto de las Bardenas es uno de los lugares mejor situados para darse un buen atracón de estrellas.

Precio por noche: 354 euros.

¿Dónde dormir?

En medio de la nada se encuentra el hotel Aire de Bardenas. Un edificio que nos recuerda más a una base lunar que a un resort de lujo. En este entorno casi apocalíptico te esperan habitaciones con vistas al desierto, aunque las más preciadas son las que están en burbujas semitransparentes.

Desde lo más alto – Suiza

La cordillera de los Alpes suizos es otro de los lugares donde la presencia del hombre aún no ha arruinado la vista del firmamento. Su altitud y la dificultad para edificar hacen de este lugar una zona perfecta para observar el cielo en busca de planetas, estrellas y todo tipo de cuerpos celestes. Un punto de encuentro en el que se unen los apasionados por la montaña, el esquí y el ‘astroturismo’.

Precio por noche: 453 euros.

¿Dónde dormir?

El hotel y observatorio 3100 Gornergrat Kulm, situado a 3.120 metros sobre el nivel del mar en los Alpes Apeninos, es una de las opciones más apetecibles para todo buen ‘astroturista’ que se precie. Y no lo decimos por sus dos restaurantes o su centro comercial, sino por la posibilidad única de mirar a través del telescopio KOSMA ubicado en su torre sur, y el de infrarrojo Gornergrat, en su torre norte. Todo ello, guiado y orientado por los propios investigadores del centro.

En el corazón de África – Sudáfrica

Con cielos claros y libres de contaminación lumínica, Sudáfrica se erige como un destino ideal para observar las estrellas. Desde la región de Southerland, donde se encuentra el telescopio óptico más grande del hemisferio sur, a la remota región de Waterberg que, a día de hoy, aún no se ha explorado en su totalidad.

Precio por noche para grupos de cuatro personas: 5.020 euros.

¿Dónde dormir?

La reserva privada de Leobo, situada entre las montañas Waterberg, a unas tres horas de Johannesburgo, se trata de una de las casas safari más exclusivas de toda África. La casa principal , que solo se alquila para grupos, cuenta con dos telescopios que se pueden utilizar de forma independiente o con la ayuda de un astrónomo local. Además, existe la opción de contratar diferentes actividades como viajes en helicóptero, deportes de aventura o saltos en paracaídas. Casi 8.100 hectáreas de lujo y naturaleza.

Entre cuatro paredes – Italia

Para respirar aire puro, olvidar el pitido de los coches y disfrutar de un paisaje de película no hace falta viajar hasta el corazón del Amazonas. Al norte de Italia, la cadena montañosa de los Dolomitas, ofrece una panorámica inigualable del paisaje y el firmamento que nada tiene que envidiar a lugares más exóticos del planeta. Una ubicación repleta de prados verdes en los que la contaminación lumínica brilla, precisamente, por su ausencia y hace del astroturismo una práctica idónea.

Precio por noche: 400 euros.

¿Dónde dormir?

En la cima del Refugio Col Gallina se encuentran instaladas las habitaciones ‘Starlight’, especialmente diseñadas para observar el horizonte montañoso y la noche estrellada. Una experiencia cósmica que nos mimetiza con la montaña y solo es apta, por cuestiones de espacio, para dos personas. Aparte de las vistas espectaculares, que van de serie, el servicio incluye el transporte hasta la cabaña y la degustación de diferentes platos locales para la cena y desayuno.

**Artículo originalmente publicado en el número 53 de Vis-à-Vis. Compra tu ejemplar en quioscos o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android.