La saga de terror más icónica de los 90 vuelve este viernes a la gran pantalla dispuesta a sorprendernos una vez más. Ghostface regresa junto a sus protagonistas originales en ‘Scream’ (2022), la primera película de toda la franquicia que no está dirigida por su creador, Wes Craven. Así, 25 años después de los sucesos acontecidos en Woodsboro, un nuevo (o nuevos) asesinos se ponen la máscara blanca para acechar a un grupo de adolescentes ligados de una u otra forma a los anteriores Ghostface. Una historia icónica que ha tenido una gran repercusión para el resto de cintas de terror. Te contamos por qué.
Personajes que ya son de la familia
Si algo hace especial a esta franquicia de terror es el carisma de sus protagonistas. Los personajes interpretados por Neve Campbell, David Arquette y Courtney Cox nos han acompañado desde la primera entrega y, durante más de dos décadas, hemos podido ir viendo su evolución. Sidney Prescott, por ejemplo, ha pasado de ser una ingenua joven a una mujer de armas tomar, mientras que la historia de amor de la periodista Gale Weathers y el agente Dewey ha dejado muchos buenos momentos. Y es precisamente esta cercanía de los personajes y su arco evolutivo lo que hace que las películas de ‘Scream’ no sean como otras de terror donde los personajes son planos y apenas empatizas con ellos. Así que si en la quinta entrega alguno de ellos muere, más de uno llorará.
Escenas inolvidables
Para que una película pase a convertirse en todo un clásico es necesario que cuele en nuestro imaginario colectivo frases y escenas para el recuerdo, y eso ‘Scream’ ha sabido hacerlo a la perfección. Igual que el famoso cruce de piernas de Sharon Stone en ‘Instinto básico’ o la terrorífica escena de la ducha de ‘Psicosis’, ‘Scream’ tiene su escena de apertura protagonizada por Drew Barrymore. La actriz, que en 1996 estaba en la cresta de la ola, iba a ser la protagonista de la historia, pero ella misma propuso al estudio una vuelta de tuerca para impactar a la audiencia. Inspirándose en Janet Leigh en la mencionada ‘Psicosis’, Barrymore se convirtió en la protagonista del primer ataque de Ghostface y Neve Campbell pasó a ser la nueva protagonista.
Se adapta a los nuevos tiempos
Otro de los logros de ‘Scream’ es ofrecer lo que promete. No intenta ser lo que no es; se trata de una cinta de terror slasher con tintes adolescentes y siempre sigue el mismo esquema lineal de muertes y de “descubre al asesino“. Y aunque se aferra a esa fórmula de la que los fans no se cansan, siempre se adapta a los nuevos tiempos. Por eso, si en la primera cinta las llamadas son por teléfono fijo y el VHS es el protagonista, los móviles y el DVD reinan en la tercera entrega y los vídeos en streaming, el WhatsApp y el ansia de followers son el tema recurrente de la cuarta. Cada una de las películas encaja a la perfección con una generación específica y es un reflejo brillante del panorama audiovisual.
Una autocrítica necesaria
‘Scream’ es una historia de terror que se burla del propio género desde dentro. Como si de un ‘Don Quijote de la Mancha’ con las novelas caballerescas se tratara, las películas de Ghostface critican los grandes absurdos de los que el cine de terror peca en más de una ocasión. Las preguntas que cualquier espectador se hace al ver una cinta de terror las formulan los propios personajes, que no dudan en ridiculizar el género. Si en la segunda entrega parodian el afán de las productoras de explotar una idea con una segunda parte (que dicen que nunca son tan buenas), en la tercera hacen lo propio con las trilogías. Además, en las tres primeras películas, el personaje de Randy, interpretado por Jamie Kennedy, es un fan del género que ordena lo sucedido para crear las reglas del slasher dentro de la trama.
Homenaje al cine de terror
Pero si ‘Scream’ critica al género del terror no es para denigrarlo, sino porque lo admira y para poder plantearse cualquier posible pega antes de que lo haga el espectador. De hecho, ‘Scream’ es la cinta de terror que hace más referencias a este cine, nombrando un sinfín de títulos como ‘Halloween’, ‘La matanza de Texas’, ‘Prome Night’ o ‘Candyman’. También recuerda a personajes icónicos como Jason y la señora Voorhees de ‘Viernes 13‘ o a Freddy Krueger de ‘Pesadilla en Elm Street‘. Incluso nombra a asesinos y criminales reales como Ted Bundy o Charles Manson sobre los que se han hecho varias películas. Además, en las películas de ‘Scream’ se reproducen frases de ‘Psicosis‘ y se cuentan curiosidades como que en ‘Carrie‘ de 1976 se usó jarabe de maíz para simular la sangre. De hecho, hasta la identificable escena de apertura proviene directamente del clásico ‘Cuando llama un extraño‘.
Siempre con humor negro
Como sátira que es, ‘Scream’ se caracteriza por su tono retorcido, descarnado y humorístico. Hay muchos diálogos irónicos e incluso algunas de las muertes resultan absurdas, en un claro reflejo de lo superfluo de los tiempos actuales. A base de todo este sarcasmo, la cinta no duda en ponernos ante un espejo y criticar muchas de las actitudes de la sociedad moderna. La impasividad de muchos ante la muerte, las absurdas preocupaciones de algunos jóvenes y el ansia de éxito y notoriedad son algunos de los puntos que la saga más adora parodiar.
El cine dentro del cine
Para normalizar las a priori surrealistas escenas del cine de terror, las películas de ‘Scream’ no dudan en incluir el cine dentro del cine. Igual que vemos el teatro isabelino de Shakespeare con teatrillos dentro de la obra, en ‘Scream‘ se muestran varias veces escenas de ‘Puñalada‘, una saga de terror inventada. De hecho, ‘Scream 3’ se ambienta en el rodaje de una tercera entrega de ‘Puñalada’ que va sobre funcionamiento del mundo audiovisual desde dentro.
Un villano hecho icono
Inspirado en el cuadro ‘El grito’ de Edvard Munch y en los fantasmagóricos dibujos de Betty Boop, Ghostface es ya parte de la cultura popular. Sin embargo, muy pocos saben que está inspirando en Danny Harold Rolling, llamado ‘El destripador de Gainesville‘, que en 1990 violó y mató a cinco estudiantes. Pero el éxito de Ghostface, más allá de su estética, reside en su interpretación. Y es que a diferencia de otros grandes psycho killers del slasher como Jason o Myers, Ghostface tiene un humor negro que recuerda al de Freddy Krueger, también ideado por Wes Craven, y una característica torpeza que lo hace mucho más real. Y eso sí que aterra.