La trágica noticia fue comunicada ayer a través de su cuenta personal de Instagram. Hasta ese momento, nadie, excepto su círculo más cercano, sabía que el diseñador Virgil Abloh había estado peleando durante más de dos años contra un tipo de cáncer poco frecuente llamado angiosarcoma cardíaco: “Eligió soportar su batalla en privado desde su diagnóstico en 2019, sometiéndose a numerosos tratamientos experimentales, mientras seguía absolutamente implicado en proyectos de moda, arte y cultura. A pesar de todo, su ética de trabajo, su curiosidad infinita y su optimismo nunca flaquearon”, explica el comunicado.
Virgil Abloh tenía tan solo 41 años y una exitosa carrera en la industria de la moda. Era el diseñador creativo de la línea masculina de Louis Vuitton desde 2018 y el CEO de Off-White, la marca propia que fundó en 2013. El hombre que inventó la forma en la que hoy vestimos al redefinir el streetwear y el lujo, rompiendo con todas las normas establecidas en ambos sectores. El preferido de las celebrities pero también del público mainstream. Todo gracias a una desbordante creatividad que extendió a otros ámbitos como el de la música o la arquitectura. Hoy, tristemente, toca recordar su legado, pero sabiendo que el futuro de la moda siempre lo tendrá muy presente.
Su alianza con Kanye West
Virgil Abloh se crió en un barrio de clase media de Chicago como hijo de inmigrantes ghaneses. De madre costurera y padre director de una empresa de pinturas, creció muy influenciado por la cultura skate, el hip-hop, el grafiti y su gran ídolo: Michael Jordan. En 2002 se graduó en Ingeniería Civil por la Universidad de Wisconsin-Madison (estudios que completó en 2006 con un máster en arquitectura) y ese mismo año conoció a una persona que sería clave en su incursión en el mundo de la moda: Kanye West. Los dos se hicieron tan buenos amigos que el rapero le encargó la imagen y los gráficos de su álbum ‘Graduation’. Juntos querían poner la moda urbana en el radar y, tras tocar muchas puertas, consiguieron unas prácticas en Fendi en Roma. Además, Kanye nombró a Abloh director creativo de su agencia de talentos, DONDA, y hasta contribuyó a que le nominaran a un Grammy por la imagen que creó para el álbum que hizo en colaboración con jay-Z, ‘Watch the Throne’.
La creación de Off-White
Pero estaba claro que Abloh terminaría volando solo. En 2012 fundó Pyrex Vision, un experimento empresarial que consistía en comprar prendas fuera de stock de marcas como Ralph Lauren y agregarles su estilo propio para luego venderlas por un precio mucho más elevado. Pyrex cerró en 2013 para dar paso a Off-White, un proyecto con el que pretendía responder a las necesidades reales de la gente de la calle. Y esa necesidad, en materia de moda, no era otra que conseguir que la exclusividad no fuera solo cosa de las élites y hacer del streetwear algo cool (aunque no necesariamente accesible para todos los bolsillos).
Internet fue el catalizador de sus reconocibles piezas, caracterizadas por sus flechas, transparencias, ajustes oversize y mensajes que no dejaban a nadie indiferente. Entonces, sus creaciones, sobre todo las zapatillas, empezaron a agotarse por segundos y su popularidad se disparó hasta convertirse en la marca más influyente del planeta según el índice Lyst.
El fichaje por Louis Vuitton
El fenómeno Off-White y el espíritu disruptor de su creador llamaron la atención de una de las casas de moda más poderosas, nada menos que Louis Vuitton. Así, en 2018 Abloh se puso al frente de su línea masculina como director creativo, siendo el primer hombre negro en lograr este puesto en la famosa compañía francesa. Su reto era integrar su estética en el legado de la marca y adaptarlo a la cultura contemporánea. Una arriesgada apuesta que salió de maravilla, ya que eso de conectar con los más jóvenes era algo que al lujo todavía se le resistía. Su primer desfile para la firma congregó a importantes celebs, empezando por su amigo Kanye West y pasando por su entonces mujer, Kim Kardashian, Rihanna, Naomi Campbell o Haruki Murakami. La crítica también estuvo de su lado.
Una colección histórica marcada por el color, los trajes amplios, los chalecos antibalas, los bolsos y las deportivas que hizo rejuvenecer a Louis Vuitton, pero sobre todo por el discurso y la experiencia completa que vendía. Abloh quería trascender más allá de los patrones o los materiales; crear diálogo sobre cuestiones de raza y género. La moda ya no era solo moda.
Sus implicaciones políticas
El gran triunfo de Virgil Abloh no fueron sus diseños ni su gran visión del marketing (de la que hablaremos más adelante), si no el ser él mismo. Un hombre cercano, humilde, carismático y comprometido que utilizaba la moda como una plataforma para “alterar los matices”. Prueba de ello fue, por ejemplo, su colección para la primera-verano 2021, la cual estuvo acompañada de un manifiesto sobre cuestiones como el reciclaje o el respecto a las minorías. “Yo aspiro emplear la moda para reflejar y afectar ideales de inclusión, unidad y humanidad. Es mi deseo impregnar los códigos tradicionales de lujo con mis propios valores progresistas”, explicó en su momento.
Marketing implacable
Una vez contó que un profesor le dijo que no tenía ni las ideas ni las habilidades para trabajar en un contexto relevante. También el diseñador Raf Simons lo acusó de falta de originalidad, además de ser muy criticado en general por no tener estudios de diseño. Pero es que el triunfo de este artista, como él prefería que lo catalogaran, nunca estuvo en sus conocimientos adquiridos o en tener un sentido de la moda extraordinario. La genialidad de Abloh residía en su capacidad para crear puentes entre los clásico y el lenguaje de su tiempo, así como en convertir cualquier cosa que pasara por sus manos en un objeto de deseo. La clave estaba en saber conectar con su público y darle lo que quería.
Una de sus mejores y más efectivas estrategias fue tener a los mejores representantes de categoría celebrity, como las hermanas Hadid, quienes han secundado cada uno de sus pasos en la industria. También hizo de la palabra entrecomillada su seña de identidad, sabedor de lo que le gusta a los millennials una buena ironía, e invitó a sus seguidores a participar en sus ideas presentando su marca como un laboratorio de ideas. En definitiva, podríamos decir que si en algo era brillante el creador de Off-White era en el marketing.
Amigos de lujo
Pero si el gancho de los famosos funcionaba tan bien era porque también eran sus amigos. Amigos íntimos en muchos casos, como en de las Hadid. El polifacético artista era una persona muy querida, así que se trataba de una alianza orgánica con algunos de los rostros más conocidos del momento. Por eso, mucho de sus hitos se cuentan por millones de likes en Instagram, como los que recibió el impresionante vestido de novia que diseño para Haily Bieber en su boda con Justin Bieber. “Virgil cambió por completo la forma en que veía el estilo y la moda de la calle, la forma en que veía las cosas me inspiró profundamente”, escribía la modelo e influencer en su cuenta de Instagram con motivo de la triste noticia. De ahí que la lista de personalidades que le han dedicado unas palabras a raíz de su inesperada muerte sea tan amplia.
El rey de las colaboraciones
Hasta que llegó Abloh a la moda, los featuring en esta industria no estaban demasiado bien vistos. Pero él sabía que para que una marca estuviera siempre en boca de fotos había que hacer drops especiales y aliarse con otras firmas tan deseadas como la suya. Una de las primeras y probablemente la más exitosa fue su colaboración con Nike en 2016, que consistió en rediseñar algunos de sus modelos más icónicos en lo que se conoció como ‘The ten’. Unas zapatillas que eran tanto prendas de vestir como esculturas que se convirtieron en objetos de culto el tiempo récord. De hecho, hay hasta un libro de la editoral Taschel que documenta su proceso creativo.
Pero lejos de colaborar solo con firmas de moda, Virgil Abloh demostró que su estilo podía aplicarse a todo tipo de objetos, desde muebles diseñados con Ikea o Baccarat a otros productos cotidianos como botellas de agua de Evian. Incluso se metió en el sector del automóvil de la mano de Mercedes-Benz con un proyecto que reinterpretaba el G-Class. Así que podemos decir que, en su corta pero imparable carrera, el artista consiguió lo que tanto ansiaba: inspirarnos cuestionar el status quo.