Estos días todo se ha llenado de adorables ositos, muchos corazones, rosas y declaraciones de amor sin parangón. El Día de los Enamorados es el momento ideal (y forzado) para sacar a relucir todo nuestro romanticismo. La televisión, las redes sociales y los escaparates se llenan de parejas felices que dan rienda suelta a su pasión y enamoramiento. Sin embargo, ¿será este el regalo adecuado? ¿Y esta cena es lo suficientemente romántica? Estas dudas abordan a muchos que temen no estar a la altura con su pareja o, al contrario, que miden el amor del otro por sus detalles este día. Una presión que, si sumamos a la frustración y agobio que muchos solteros sufren este día, nos hace plantearnos hasta qué punto el Día de los Enamorados puede causarnos más prejuicios que beneficios. Hablamos con dos psicólogas para averiguar hasta qué punto puede ser San Valentin perjudicial.
El estrés del “regalo perfecto”
Pese a lo que la buena publicidad nos ha hecho creer, San Valentín no es más que un día creado por el marketing para potenciar el consumismo que, además, ejerce presión sobre aquellos que se supone que deben celebrarlo. “Es un estrés para muchas parejas porque se sienten obligados a hacer el ‘regalo perfecto’. Muchas veces, eso conlleva decepciones y reproches, sobre todo para aquellos que son muy exigentes en pareja”, comenta Cecilia Martín, codirectora del Instituto de Psicología Psicode. “Pasar una etapa de crisis económica y tener que hacer el gasto extra de comprar un regalo o salir a cenar porque socialmente es lo que se nos exige, suele ser también un estresor en pareja y motivo de muchas discusiones“, añade.
Todo está medido al dedillo estos días y parece que el sentimiento amoroso se encorseta al máximo. Un ansia por lograr ese romanticismo tan idealizado y desvirtuado en los anuncios. “Lo bonito es que los detalles surjan de forma natural en cualquier momento. Ese día todo es ‘artificial’ y forzado, de forma que no tiene el mismo valor ni se vive con la misma ilusión. Si eres detallista cualquier otro día del año, tu pareja lo valorará más y, además, será una sorpresa”, señala Martín. Y es que al buscar esa perfección amorosa, lo más frecuente es terminar insatisfecho y frustrado, ya que el concepto de perfección es ya de por sí algo inalcanzable al hablar de sentimientos y afectos.
Las comparaciones son odiosas
Un descontento y falta de satisfacción que pueden multiplicarse si entramos en las redes sociales y acabamos comparándonos con otras parejas que, a nuestro parecer, están celebrando San Valentín mejor. “En las redes sociales solo se muestra esa faceta “socialmente deseable”, no la realidad. Compararse con estas parejas o con lo que aparece en Instagram solo sirve para que sintamos frustración y nos sintamos insatisfechos”, señala la psicóloga. “Todo depende de la gratitud que mostremos hacia lo que tenemos. Si esperas algo que no tienes y no valoras lo tuyo, es posible que surjan emociones de frustración“, añade Marina García, codirectora de Psicode.
En la otra cara de la moneda están los que no se sienten acomplejados al compararse con otras parejas, sino que buscan alardear y presumir de su amor para que todo el mundo lo vea. “Es una forma más de ‘postureo’ porque la idea de tener pareja va ligada a la idea de éxito social. Si además añadimos regalos caros o viajes románticos, el postureo está garantizado, dando una imagen muchas veces irreal y
alejada de la verdadera vida en pareja”, critica Martín. “Lo importante es saber que el amor de verdad es el que se muestra a la persona que tienes al lado, independientemente que haya o no espectadores”, puntualiza García. Es decir, centrarse más en el disfrute con tu pareja que en presumir para que otros vean lo “feliz” que eres.
Los solteros, bajo el punto de mira
Si algunas parejas ya se ven coaccionadas por el ideal romántico, los solteros ven cómo este día muchos les miran con lástima o les invade la tristeza de verse sin una relación. “Hay personas que añoran o anhelan tener una pareja y este día pueden hacerles conectar más con la nostalgia de algún ser querido con el que no están y sentirse más tristes de lo habitual”, lamenta García. “Si lo atribuyen, además, a una idea de fracaso por no haber tenido nunca pareja o por rupturas anteriores, les afectará enormemente a su autoconcepto y su autoestima. Aunque hay personas que se reafirman en lo felices que están solteros”, añade Martín.
Un pesar que se ve agraviado por el juicio de algunas personas que, incluso sin darse cuenta, les refuerzan este sentimientos de carencia o derrota con preguntas como: “a qué esperas para tener pareja?” o “¿de verdad estás bien solo?”. “En nuestra cultura está la idea del amor romántico como sinónimo de éxito social y felicidad; como si el enamoramiento fuera algo eterno. El mito de la media naranja también afecta negativamente a los solteros, quienes son solo medias naranjas y no llegan a ser seres completos por no tener pareja” explica Martín. “Los comentarios nos pueden dañar si la gente tiene expectativas sobre cosas que nosotros no creemos o no queremos. Tenemos que ser prudentes a la hora de opinar o dar consejos sobre circunstancias personales de otros”, añade García.
Sin embargo, muchos solteros están felices pese a la presión externa y, según algunos estudios científicos, viven mejor que los emparejados. “La visión de estar soltero trae también mucha connotación positiva y ventajas. Por ejemplo, tener muchas alternativas diferentes de ocio, un sexo mucho más activo con diferentes personas y más tiempo para hacer las cosas que nos gustan. Algunos estudios, incluso, indican que el soltero descansa mejor y reduce sus niveles de estrés”, recalca García. Además, según un estudio de las sociólogas Natalia Sarkisian y Naomi Gerstel, de la Universidad de Massachusetts, la soltería se asocia a redes sociales más fuertes. De hecho, quienes tienen contacto regular con más de 10 personas tienden a ser más felices. Por eso, no reduzcas tu vida a encontrar una “media naranja” y cuida los vínculos con tus amistades y familiares.
Evitativos vs. ansiosos
Entonces, si todo se presenta tan negro, ¿por qué San Valentín sigue año tras año? Pues por su rentabilidad, ya que, según un estudio de MasterCard Love Index, en los últimos tres años se realizaron 47,4 millones de transacciones a nivel global relacionadas con San Valentín. Además, no es un día estresante ni incómodo para todos y hay parejas a las que sí les resulta beneficioso celebrar el amor que se tienen y recordar los puntos fuertes de su relación como forma de refuerzo.
Todo depende del tipo de apego que tenga cada individuo. El psicólogo estadounidense William J. Chopik realizó una investigación según la cual las parejas sanas veían cómo San Valentín reforzaba su relación. Sin embargo, las parejas en las que uno de los dos sufría de apego evitativo y no sabía expresar bien sus emociones, este día podría suponer una ruptura. ¿El motivo? Uno de los dos se agobiaría al mostrar su afecto y el otro estaría decepcionaría al no hacerlo. “A una persona con apego evitativo le cuesta intimar y avanzar en el compromiso. Son personas que sobrevaloran la idea de independencia y consideran que estar en pareja es una amenaza a su libertad. Cuando llega el día de los enamorados, la persona con apego evitativo siente la obligación de hacer cosas que no le salen de forma natural. Hacer cosas que no quieren les va a generar estrés”, explica Martín.
Y si, además, la persona con apego evitativo se junta con alguien que tiene apego ansioso y necesita una reafirmación constante de su amor, la discusión está casi garantizada. “La persona ansiosa se sentirá frustrada porque los detalles de su pareja no llegan en ese día o, si llegan, no son suficientes para lo que esperaba. Sentirá que no recibe el amor que necesita. Ese miedo hace que agobie más a su pareja con llamadas, mensajes, reproches o demandas continuas de gestos de amor. El evitativo, cuanto más presionado y agobiado se siente, más huye y se aleja, más frío se muestra…”, expone Martín. “Por ello, es mejor aclarar y decirle a tu pareja qué es lo que esperas. Nuestra pareja no es adivina para saber lo que estábamos pensando”, añade García.
En cualquier caso, hay infinitas formas de celebrar el Día de los Enamorados. Puedes tener detalles con tu pareja y aprovechar para crear recuerdos y momentos de intimidad. Pero también puedes rehuir de este festejo por considerarlo demasiado consumista e impostado y aprovechar otro día para sorprender a tu pareja. O bien, reafirmarte en tu soltería, celebrarlo con tus amigos o plantearte qué necesitas y qué buscas en una relación. “Sería mucho más beneficioso a nivel social cambiar el nombre del Día de los Enamorados por el Día del Amor, en general”, aconseja Martín. Porque, al final, celebrar que amas, sea a quien sea, es siempre algo bonito.
¿Cómo gestionar una ruptura reciente?
Uno de los grandes dramas que puede darse este San Valentín es haberlo dejado con tu pareja hace apenas unos meses y encontrarte en pleno duelo rodeado de parejas felices que derrochan amor y pasión. “En fechas señaladas como el Día de los Enamorados, una persona en duelo echa mucho más de menos a esa pareja que ya no tiene. Ver a otras parejas por la calle o los centros comerciales llenos de corazones rojos hace que se despierten recuerdos dolorosos y la nostalgia de haber vivido buenos momentos en pareja”, comenta Martín.
Por ello, es importante mimarse mucho este día y alejarse de lo que no nos haga bien. “Quizá la mejor forma para no abrir más la herida, es evitar entrar en redes sociales. Además, puede venir bien una tarea de reflexión sobre cuáles son las razones por la que ya no estás con esa pareja”, recomienda García. “Si puedes buscar un plan alternativo que te mantenga distraído, te ayudará a disminuir el dolor emocional. La evitación no es una forma de solucionar los problemas, pero cuando las rupturas son recientes hay que dar tiempo para digerir el duelo”, añade.