Su mirada era dura y su ceño siempre estaba fruncido. Una expresión siniestra que estaba acentuada por una esvástica tatuada en el entrecejo. Es el rostro del hombre que, en el verano de 1969, instó a los miembros de su comuna –en su mayoría mujeres– a asesinar a nueve personas, incluida la actriz Sharon Tate, esposa del director de cine Roman Polanski. Un perturbador semblante que, con su brutalidad, se ha convertido en toda una leyenda cargada de misterio.
Fue el 19 de noviembre de 2017 cuando medios de todo el mundo se hicieron eco de que uno de los criminales más famosos del siglo XX había fallecido a los 83 años en un hospital de California. Antes de su muerte la prensa internacional daba parte del estado de salud de Manson cada vez que este era hospitalizado. ¿Por qué los medios se tomaban esa molestia? ¿Para qué informar del estado de salud de un criminal? La respuesta es simple: porque Manson ha sido uno de los homicidas que más morbo ha despertado a lo largo de la historia y, sin duda, el más célebre de todos los Estados Unidos.
Por supuesto, esta no fue la primera vez que, tras los cruentos asesinatos de 1969, Charles dio de qué hablar. A mediados de noviembre de 2014, trascendió que se le había concedido un permiso para casarse con Afton Elaine Burton, una joven 53 años menor que, al cumplir los 18 años, se mudó de Illinois a California para estar más cerca de su amado. Notas de prensa detallaban que a la ceremonia podrían asistir 10 invitados y no olvidaban mencionar que, debido a que los condenados a cadena perpetua no pueden recibir visitas conyugales, la unión no sería de carácter sexual, sino únicamente sentimental. La noticia, por supuesto, fue trending topic mundial.
Sin embargo, la boda nunca se realizó. Y no porque la novia se arrepintiera en el último momento, sino porque Charles canceló la ceremonia después de enterarse de los supuestos motivos por los que Afton se quería casar con él: exponer públicamente, cuando muriera, su cuerpo momificado para beneficiarse económicamente. Sin embargo, no faltó quien pusiera en duda el “absurdo” plan de la joven. A pesar de todo, es innegable que Afton se sintió atraída por el líder de la familia Manson y, además, no ha sido la única, ya que muchas mujeres y hombres le enviaban cartas de amor a la cárcel o misivas en las que le expresaban su más sincera y profunda admiración.
Icono del mal
El hombre al que se le acusó de ser el autor intelectual de nueve asesinatos también poseía una faceta artística. Sus obras, aunque perturbadoras, se encuentran en numerosas páginas web, donde sus fans han gastado considerables cantidades de dinero en cosas hechas o tocadas por él, como una postal valorada en casi 200 euros. No hay duda, Manson fue todo un rockstar e, incluso, hay quienes le consideran un icono de la cultura popular. Y los medios han contribuido para consagrarlo como tal. Ahí están los cientos de titulares dedicados a sus crímenes y las portadas de las entrevistas que ha concedido ya en prisión.
Pero los periodistas no son los únicos que se dejaron seducir por Charles. También están los escritores, cineastas y músicos que siguen basando sus obras en la figura de este asesino y los hechos sangrientos que orquestó hace ya casi medio siglo. No es exagerado decir que es el homicida que más productos culturales ha inspirado. Es más, casi 50 años después de los crímenes ideados por Charles Manson, continúan apareciendo libros y películas basados en su figura y en sus crímenes, como ‘Las chicas’ (2016), de Emma Celine, novela que se ha traducido a 35 idiomas y será llevada al cine por el productor Scott Rudin.
Otro que tampoco se ha podido resistir a contar a su manera el asesinato más atroz en la historia de Hollywood es Quentin Tarantino. El director tiene previsto estrenar en agosto de 2019 ‘Once Upon a Time in Hollywood‘, que estará ambienta en Los Ángeles en 1969, año en el que tuvo lugar el asesinato de Sharon Tate. Para ello se ha rodeado de un elenco de ensueño formado por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Al Pacino.
¿Y todo esto por qué? La sangre es la respuesta más obvia, aunque se han visto crímenes más brutales que los cometidos por su clan. Las explicaciones más interesantes apuntan, más bien, a su perfil psicológico y a lo que sus asesinatos representaron para la sociedad estadounidense. En este sentido, se ha hablado de su carisma y poder de seducción. ¿Cómo hizo, sino, para convencer a sus “chicas” de perpetrar una masacre en la casa de Sharon Tate? También se ha comentado que sus crímenes simbolizan el final del movimiento hippy, pues Charles y sus fieles encarnaban el ideal de muchos jóvenes de los años 60: vivían en una comuna –en un rancho del desierto más árido de California– entre sexo, drogas, rock e incluso cultos satánicos. Después de todas las matanzas que cometieron, ¿quién iba a querer continuar con la filosofía que, paradójicamente, pregonaba el amor y la paz?
Noche sangrientas
Fue la madrugada del 9 de agosto de 1969 cuando cuatro discípulos de Manson allanaron la residencia de la actriz Sharon Tate (de 26 años y embarazada de ocho meses) y su marido el director Roman Polanski. Instruidos por Manson, habían llegado al número 10050 de la calle Cielo Drive, en Beberly Hills (Los Ángeles), con el objetivo de destruir a todo alma viviente que se encontrara allí. Y así lo hicieron. Mataron brutalmente, con cuchillos y una pistola, a Tate, a tres amigos que estaban de visita y a un empleado. La actriz recibió 16 puñaladas, varias de ellas en el vientre. Con su sangre, los asesinos escribieron la palabra “pigs”(cerdos) en la puerta de la mansión. En ese momento, Polanski se encontraba en Londres rodando una película.
Pero, ¿por qué Manson mandó allí a sus discípulos? Una de las hipótesis apunta a que fue una forma de represalia por ‘La semilla del diablo’, película dirigida por el cineasta. Supuestamente, la cinta no fue del agrado de la familia Manson por la imagen y tratamiento dados al culto satánico. Otra de las teorías es que les dio esa dirección porque odiaba a quien fuera inquilino de esa casa, que en su día fue propiedad del productor Terry Melcher, quien había rechazado su disco. Y es que Manson también tenía aspiraciones musicales. De hecho, pensaba que la canción de los Beatles Helter Skelter contenía un mensaje dirigido a él para que desatara una guerra racial entre negros y blancos. Las masacres, por supuesto, eran una forma de precipitar esa guerra.
*Artículo originalmente publicado en el número 49 de Vis-à-Vis. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android.