La polémica del mundial de Qatar explicada en 7 datos claves

Te contamos todo lo que está mal en este pequeño emirato del golfo Pérsico que se ha convertido en la capital mundial del deporte por unas semanas.

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Aunque era algo que se sabía desde hace nada menos que una década, la incredulidad y el enfado ante la celebración del mundial de Qatar ha sobrepasado las expectativas. Fue en 2019 cuando la FIFA eligió a Qatar como anfitrión del Mundial de Fútbol 2022. El argumento principal era –y sigue siendo– que había que expandir el fútbol a todo el mundo; traspasar fronteras. Pero la realidad es que lo único que se han traspasado son los derechos humanos. Al final, el hecho de que Qatar sea un país sin tradición futbolera –su selección debuta con este mundial– es lo de menos. El verdadero problema es que estamos hablando de un país que persigue al colectivo LTGBI, somete a las mujeres y abusa de los inmigrantes, entre muchas otras cuestiones. A continuación te contamos las principales polémicas que rodean a Qatar.

1. La tutela masculina sobre la mujer

El pasado año, un informe de Human Rights Watch documentó todas las leyes, reglamentos y prácticas que negaban a las mujeres de Qatar el derecho a tomar decisiones clave sobre sus vidas. Y eran muchas. De acuerdo con ellas, las mujeres viven subordinadas a sus “guardianes” (padre, esposo, hermano…), a quienes deben pedir permiso para casarse, estudiar en el extranjero, acceder a muchos empleos del Gobierno, viajar fuera de su país hasta cierta edad y recibir algunas formas de atención de salud reproductiva. Si no lo hacen, se les considerará desobedientes.

Además, hay que tener en cuenta que el código penal de Qatar penaliza todas las formas de sexo fuera del matrimonio, con sentencias de hasta siete años de prisión. Y si son musulmanes, también pueden ser condenados a flagelaciones o lapidaciones. En ese sentido, las mujeres han sido procesadas de forma desproporcionada por este “delito”, ya que el embarazo sirve como prueba y denunciar una violación puede considerarse una confesión.

Tampoco puede ser tutoras principales de sus propios hijos o hijas, incluso si están divorciadas y tienen la custodia o si el padre de los hijos ha fallecido. Por tanto, si el hijo o hija no tiene un familiar varón que pueda ser su tutor, el Gobierno asume esta función. Una férrea tutela que viola la Constitución de Qatar y las normas internacionales de derechos humanos.

mujeres en qatar derechos humanos

2. La intolerancia al colectivo LGTBI

Organizaciones LGTBI de todo el mundo condenaron desde el principio la decisión de celebrar el mundial de Catar. Y es que su código penal también castiga las relaciones sexuales consentidas entre hombres mayores de 16 años con hasta siete años de prisión. Del mismo modo, se preven penas de uno a tres años para aquel varón que “instigue” o “induzca” a otro a “cometer un acto de sodomía o inmoralidad”.

Y para quien mantenga relaciones sexuales consentidas con una persona mayor de 16 años fuera del matrimonio, lo que podría aplicarse a las relaciones homosexuales entre mujeres, hombres o parejas heterosexuales, se impone una pena de hasta 10 años de prisión.

Ante las críticas por esta terrible situación, hace un par de años ya se anunció que el país permitiría a la gente entrar a los estadios con banderas u otros símbolos representativos del colectivo, lo que parecía una paso al frente por la tolerancia y la inclusión. Pero la realidad no ha sido así. De hecho, un embajador del mundial llamado Khalid Salman ha llegado a decir en una entrevista con la televisión alemana ZDF que la homosexualidad es una “enfermedad mental” y que “tendrán que aceptar nuestras reglas”.

Ni siquiera ha sido posible que los capitanes de siete selecciones, entre las que se encontraban Inglaterra o Alemania, pudieran jugar portando un brazalete LBGTI con el mensaje “one love”, tal y como era su intención. Un plan frustrado por la amenaza de la FIFA a imponer sanciones deportivas si esto pasaba. Y esto es solo el principio.

3. Las muertes de los trabajadores inmigrantes

Qatar ha tenido que desarrollar colosales infraestructuras para poder acoger un evento de esta envergadura. Entre ellas están los ocho estadios donde se disputan los partidos, siete de los cuales se han hecho de cero y uno ha sido remodelado. Unas edificaciones sostenibles y diseñadas por estudios de arquitectura de renombre. A esto hay que añadir un aeropuerto nuevo, carreteras, transporte público, hoteles y hasta una nueva ciudad.

Sin embargo, su construcción también ha estado envuelta en polémica por las pésimas condiciones laborales de sus trabajadores. El pasado año, el diario inglés The Guardian cifraba en más de 6.500 las muertes de trabajadores inmigrantes desde 2010, la mayoría procedentes India, Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka. Una cifra que podía ser mucho mayor, ya que Filipinas o Kenia no habían revelado sus números de fallecidos en tierras árabes.

Los propios abobados del gobierno y la organización Human Rights Watch denunciaron los hechos. Qatar, por su parte, siempre ha defendido que los trabajadores tienen atención médica gratuita. Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha asegurado que existen vacíos en la recopilación de datos por parte de las instituciones de Qatar para investigar estas muertas. Del mismo, afirmó que solo en 2020 habrían muerto 50 trabajadores tras sufrir “lesiones ocupacionales fatales” y más de 500 sufrieron lesiones graves. El Parlamento Europeo también ha pedido una investigación exhaustiva.

muertes en la construcción de los estadios de Qatar

4. El petróleo y el gas natural

Qatar está regido por una monarquía absoluta donde el emir, un cargo hereditario que monopoliza la familia Al Thani, es el Jefe del Estado y de Gobierno. Desde 1970 no se celebran elecciones y no existe ningún partido político. Solo hay un Consejo Consultivo formado por 35 miembros, de los cuales 15 son elegidos directamente por el Emir y el resto por votación secreta.

Pero todo esto queda en un segundo plano cuando se trata de dinero. Porque sí, Qatar es el país más rico del mundo –varios puestos por delante de Dubái–. Sus grandes reservas de combustibles fósiles, ubicadas en un territorio de apenas 11,581 km2, le han dotado de una alta capacidad económica y una enorme influencia geopolítica. No en vano, es el tercer mayor exportador de gas natural del mundo, al poseer el 13% del total global. Además, tiene una reserva de unos 25 mil millones de barriles de petróleo para las próximas décadas.

Por tanto, la celebración del Mundial de Qatar es otra muestra más de su poderío y de su capacidad de influencia en el resto del mundo. Pasando por algo su comprometida situación política, social y cultural.

petróleo en Qatar

5. Las irregularidades en su elección

La designación de Qatar como sede del mundial estuvo rodeada de muchas incógnitas y polémica. Los informes previos de la comisión de la FIFA no le dejaban en muy buen lugar, calificándola de alto riesgo. Pero contra todo pronóstico, el 2 de diciembre de 2010 Qatar derrotó a la favorita, Estados Unidos, que no tardó en encargar un investigación al FBI sobre este proceso. Al final se destapó una trama de regalos y sobornos y la propia FIFA acabó difundiendo un informe que señalaba “problemas serios y de gran envergadura en el proceso de la candidatura y de la atribución” y que ponía nombre a la corrupción en la FIFA.

Por otro lado, Mohamed bin Hamman, el más alto ejecutivo del fútbol en Qatar hasta 2011, pagó supuestamente 3,6 millones a una treintena de miembros de la FIFA para asegurarse el voto favorable de la candidatura. El ex directivo qatarí fue suspendido de por vida, pero Qatar se quedó con su premio.

6. La censura de la prensa

Está claro que el respeto de los derechos humanos fundamentales no es lo suyo. Otra muestra de ello es su relación con los medios de comunicación. Aunque su constitución garantiza, en la teoría, la libertad de prensa, parece que en la práctica es bien distinto. Los siete periódicos que se publican en Qatar no solo es que sean privados, sino que pertenecen a miembros de la familia real. El estado interfiere en la realización de reportajes y la censura es habitual en radio y televisón. Además, la cadena internacional de noticias en árabe Al Jazeera tiene su base en su capital, Doha, y recibe fuertes subvenciones del país.

En lo que llevamos de mundial, ya han habido varios altercados en este sentido. El 15 de noviembre, un reportero danés, Rasmus Tantholdt, de TV2, fue increpado por autoridades qataríes mientras transmitía en directo en un lugar público, por lo que todo quedó grabado. Eso sí, el periodista aseguró después que había recibido las disculpas de la Oficina de Medios Internacionales y el Comité Supremo de Qatar.

Pero la cosa no queda ahí. Los periodistas acreditados tienen que registrarse obligatoriamente en dos aplicaciones, Ehteraz y Hayya. La primera, que permite el rastreo de casos de COVID-19, solicita acceso para leer, eliminar o cambiar todo el contenido en el teléfono, así como acceso para conectarse a WiFi y Bluetooth, anular otras aplicaciones y evitar el teléfono se apague al modo de suspensión. Y también facilita la localización exacta del dispositivo.  Así lo tiene todo bajo control.

7. La amenaza terrorista

Al Qaeda ha advertido a los musulmanes de todo el mundo que no asistan a los partidos de fútbol del mundial de Qatar. En ese mismo comunicado, el grupo terrorista critica a Qatar por llevar a la Península Arábiga, una tierra sagrada para los musulmanes, a “personas inmorales, homosexuales, corruptos y ateos”. Aunque no se trata de una amenaza terrorista explícita, el miedo se ha disparado.

Frente a esto, Qatar intenta tranquilizar a su población y visitantes extranjeros asegurando que ha entrenado a más de 50.000 personas para que resuelvan cualquier problema que pueda surgir. Además, a sus fuerzas de seguridad se unen las de muchos otros países que participan en el evento. Una piedra más en el camino de este controvertido mundial de Qatar.

hombres jugando al fútbol en Qatar

Fotos: Shutterstock