Con tantos proyectos en marcha a la vez, ¿es posible estar todo lo involucrada que te gustaría en cada uno?
Cuantos más proyectos tienes y cuanto más quieres abarcar, a veces se hace difícil el poder seguir el mismo ritmo, y más si eres una persona tan autoexigente como yo. Pero, milagrosamente, si le pones muchísimas ganas vas consiguiendo llegar a todo. Estamos acostumbrados a delegar partes muy concretas. No diría que Patry Jordán es una influencer, una comunicadora o una creadora de contenido, es que soy muchísimas cosas. Podríamos ser 10 influencers en una porque son diferentes facetas.
Entre todo, sumas más de 25 millones de seguidores. ¿Cuanto más sube el número, más sube la responsabilidad?
Es responsabilidad tanto si tienes cinco, cien o un millón. Pero si miras bien lo que dices y es lo que sientes, se controla fácil. Al principio, sí que sentía miedo porque es como un examen. Tú subes un contenido y siempre hay una respuesta, para bien o para mal. Además, estamos en un mundo en el que hay mil interpretaciones de una misma opinión; una misma imagen te puede trasmitir diferentes cosas. Es complejo controlar la respuesta del que lo recibe.
Por si todo eso fuera poco, has lanzado un plan de pago. ¿Qué es lo que ofreces aquí que no hagas en el resto de tus canales gratuitos de fitness?
Hasta hace muy poco, todo mi contenido era 100% gratuito, aunque podría pagarse. La diferencia está en que es un programa de 12 semanas que está organizado, no tiene publicidad, son vídeos continuados y nosotros generamos unos calendarios mensuales totalmente gratuitos para todo el mundo. Creo que ya había llegado el momento de tener algo más premium. Es un plan que ha costado muchos meses elaborarlo, son cien vídeos inéditos, recetas… Te puedo asegurar que si tú haces el plan durante esas 12 semanas, realmente ves un cambio. Puedes perder entre 500 gramos y un kilo a la semana. Todo lo que se haga de más, no es salud.
“Uno de los errores en todo este tiempo es que ha habido épocas en las que no he tenido fin”
¿Cómo es el equipo que hace posible todo esto?
Somos Carlos, que es mi pareja; Claudia, que lleva con nosotros desde que empezamos; una diseñadora; la agencia que lleva toda la parte que no controlamos tanto; y yo. Somos los justos para sacar adelante todo el proyecto. Creo que si fuéramos más tampoco sabría controlarlo. Aunque no te lo creas, estoy muy pendiente de todo. Cuando haces un evento montas y desmontas tú. Quien te ve dice: “Yo pensaba que tú llegarías cinco minutos antes para hacer la clase”. Pues no. Me embarro hasta el final.
¿Consigues sacar tiempo para ti?
Como no hay nadie que te dice lo que tienes que hacer, tienes que coger un compromiso total. En mi caso, ha sido muy lúdico porque es algo que me encanta tanto que le dedico muchísimas horas. Uno de los errores en todo este tiempo es que ha habido épocas en las que no he tenido fin. Ahora empiezo a disfrutar todo y a dejar cosas pendientes. Antes me ponía una lista inmensa de tareas y, si no hacía dos, me iba frustrada a la cama. Eso ya no me pasa. Hay muchas otras cosas que te gustan a las que tienes que dedicarle tiempo.
Llevas casi tres años viviendo en Andorra. ¿Qué tal el cambio?
Tampoco ha sido muy distinto porque yo vivía en Gerona, nunca he estado en un núcleo como tal. Ya llevo dos años y medio. Hubo un momento de reflexión porque no estaba disfrutando lo que hacía y no quería abarcar más de lo que realmente podía. Necesitaba mi tiempo de desconexión y espacio para crear. Allí tengo tranquilidad, trabajo mucho pero de una manera distinta. De momento, es una decisión acertada. Me encanta la montaña, siempre estoy corriendo como una cabra y me da cosas muy buenas.
“Ahora van con la intención de ‘quiero ser youtuber‘, ‘quiero ser influencer‘ o ‘quiero ganar dinero’”
De lo virtual o lo real
Vas a cumplir una década en Youtube. ¿Crees que tú lo viviste con más ilusión que la gente que empieza ahora?
Empezamos muchas y ya no somos tantas. No es fácil mantenerse. La diferencia es que ahora van con la intención de “quiero ser youtuber”, “quiero ser influencer” o “quiero ganar dinero”. Las que empezamos, en aquel entonces, era por descubrir y por compartir. Ahora, estamos en la era de quererlo todo, pero si puedo hacerlo en un paso mejor que en dos. Me da miedo que las redes sociales creen frustración porque estamos viendo todo muy accesible. Parece que si no tenemos lo que tiene cierta persona, eres un desgraciado. Eso no es así. Tenemos que gestionar bien nuestras emociones y ser realistas. En Internet soy mi versión digital, no soy 100% Patry.
¿Te acuerdas de la primera vez que ganaste dinero con Youtube?
No, pero recuerdo que fue de una manera muy orgánica y sin querer. Recuerdo cogerlo todo, cualquier premio me hacía mucha ilusión. Pero te estoy hablando de conseguir grabar un vídeo decente. Antes no teníamos cámaras, los teléfonos no tenía Internet, un vídeo no lo consumías hasta que llegabas a casa, etc.
¿Entiendes que a la gente le produzca tanta curiosidad saber cuánto cobráis?
Nos gusta saberlo todo y si es cotilleo, y tiene morbo, muchísimo más. Cuando dicen “por tantas visitas gano tanto” no es verdad. No hay report de tantas visitas, tantas ganancias. Cada perfil es totalmente diferente. Hay youtubers que tienen muchísimas visitas y no se ganan bien la vida; y youtubers que tienen menos visitas pero saben potenciar muy bien su marca personal o su proyecto. Un influencer es el que publica una foto. La diferencia es que cuando te vuelves emprendedor, cuando creas contenido, vas más allá.
“En mi vida real digo todo lo que pienso. En Internet no porque no hay un diálogo”
En tu caso, ¿cuándo empezaste a poder vivir plenamente de esto?
Podría haber empezado a vivir de ello al cabo de un año o así. Mi vida era levantarme a las seis de la mañana para ir al gimnasio, a las nueve empezaba en la agencia de comunicación hasta las cinco de la tarde y luego volvía al gimnasio hasta las diez de la noche. Y los fines de semana grababa. Hasta que no vi que era real, no me decidí. El día que dejé el gimnasio lloré porque me encantaba. Cuando me dicen: “Ahora tu vida es maravillosa”, digo ya, pero es que antes también lo era. Trabajaba en una cosa que me gustaba, veía a mi familia, tenía más tiempo… Hay cosas a las que he tenido que renunciar.
¿Qué opinas de los canales que se han creado específicamente para comentar ‘salseos’ de Youtube?
En España no hay tanto, pero en Latinoamérica o Estados Unidos es brutal. Cómo no los va a haber si en televisión son los que tienen más éxito. La tele y el mundo digital cada vez se están conectando más.
También existen foros con miles de páginas en las que se critica a youtubers e influencers. ¿Alguna vez te has metido a curiosear?
Todas hemos acabado cotilleando. La palabra se cede a todo el mundo, el engaño lo puede hacer cualquiera. Hay una biografía mía con datos que yo no he puesto, incluso la edad está mal. Y aún se juzga y se dicen cosas que no son. Que la gente opine me parece bien, lo que no me gusta es el critiqueo gratuito simplemente para dañar. Cada vez juzgo menos. Hay influencers que lo pasan mal, es una marca que tienes que arrastrar durante mucho tiempo. Yo no pretendo gustarle a todo el mundo, pero gusta cuando alguien te escribe para decirte que ha perdido 15 kilos. A la persona que me dice “no me gusta tu voz” o “no tienes un cuerpo fit”, le diría que no puedo cambiar mi voz y que, a lo mejor, no me interesa tener un cuerpo fit. En mi vida real soy muy emocional, digo todo lo que pienso. En Internet no porque no hay un diálogo. Nadie acredita nada de lo que se está diciendo. Si pudiera lo eliminaría. Da mucha rabia trabajar en algo y que luego se te pueda desmontar por algunos comentarios.
“Cuando veo mensajes de ‘estás gorda’, pienso: ‘¿Quieres que te dé mis parámetros de salud?’”
Que se critique un cuerpo como el tuyo es peligroso por cómo puede influir en toda la gente que te sigue.
Mi cuerpo de hoy no es el cuerpo de hace 10 años ni va a ser el que tenga de aquí a 10 más. Lo que sufro y por lo que lucho es para que la gente que realmente tiene sobrepeso, la gente que pasa un suplicio todos los días, no lo pase mal. Hay que permitir que cada uno sea como quiera ser. Estamos en un país en el que cada vez hay más obesos, pero yo creo que dar presión a quien tiene sobrepeso es malo, bloquea. Cuando veo mensajes de “es que estás gorda”, pienso: “¿Quieres que te dé mis parámetros de salud?”. He marcado abdominales y he estado súper fit, pero hacía seis o siete horas diarias de deporte. El ritmo de vida que tengo hoy no es el que tenía entonces, pero sé que si yo quisiera puedo tener un cuerpo mejorado, no otro cuerpo, pero lo acepto y lo quiero.
¿Alguna vez has pensado en dejarlo?
Nunca, pero sí hay momentos en los que no sientes que todo el esfuerzo se esté viendo. Por ejemplo, organizas un evento 100% benéfico y la gente está pendiente de que le falte un producto en la bolsa. Que haya youtubers mejores me hace ser mejor, pero lo que no hace bien es escuchar constantemente cosas que no son verdad. Hay mentiras que sí me duelen, es impotencia, pero no entro. No empecé este proyecto por una cuestión económica y, hoy en día, hago muchas cosas cuyo objetivo no es una cuestión económica. Muchas veces me quedo hasta las tantas y no es porque vaya a ganar más, es por crear un contenido de valor.
¿Tienes amigos dentro del mundillo?
Soy muy independiente, más que nada porque no vivo en Madrid y no puedo hacer tanta piña. Y también porque necesito crear contenido. A veces es solitario, es mucho trabajo de grabar tú, preparar tú, viajar tú… Sí puedo decir que conozco a mucha gente, pero una amistad muy grande no la tengo con nadie en especial. Me llevo bien con muchos y es un placer encontrármelos. No tengo mal rollo con nadie y espero no tenerlo —ríe—.
**Artículo originalmente publicado en el número 53 de Vis-à-Vis. Compra tu ejemplar en quioscos o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android.