El outfit de salir a bailar –o a ligar– ha dejado paso a un atuendo que convive entre el estilismo de un astronauta y del hermano perdido de los Daft Punk. Diseñado por la empresa barcelonesa Production Club, el Micrashell es, a día de hoy, nuestra única esperanza de volver a pisar una discoteca o acudir a eventos multitudinarios mientras dure la crisis sanitaria.
Este prototipo de traje promete cumplir con su cometido, que no es otro que mantenernos a salvo del coronavirus gracias a tecnología más propia de la NASA que de un bar de copas. El mono y el casco, por ejemplo, están hechos de materiales tácticos de alta resistencia a los cortes. Del mismo modo, el traje cuenta con un sistema de filtración de partículas basado en el standard occidental N95 –la N significa que no filtra aceites y el 95 que filtra hasta el 95% de las partículas aéreas–.
Pero pensarás: “¿Cómo puedo interactuar con la gente con semejante armatoste en la cabeza? Si se sale de fiesta, que sea con todas las garantías”. Tranquilo, en eso también han pensado desde Production Club. Para ello han incluido un sistema inalámbrico de comunicación por voz para realizar llamadas, altavoces internos con resonadores de bajos y un bolsillo –a modo riñonera– donde poder cargar el móvil. Así no te quedarás sin batería en ninguno de los sentidos.
Don’t stop the party
El Micrashell está pensado por y para que la nueva normalidad sea lo más parecida a la antigua. Su casco cuenta con un sistema de acople donde se introduce la bebida o cigarrillos electrónicos mediante cápsulas. Y las bebidas se sirven dentro de unos recipientes similares a nuestras actuales latas. Puede que el sabor no sea el mismo que el del clásico cubata con hielos, pero a grandes remedios, soluciones futuristas.
Por otro lado, el traje también cuenta con un software de luces según nuestro estado de ánimo y con un cámara que permite conectarse directamente a la app de nuestro móvil y recopilar todas las instantáneas de una noche al más puro estilo ‘Blade Runner’.
Además, el traje solo cubre la mitad superior del cuerpo, lo que hace que sea muy sencillo acudir al aseo cuando el efecto de las cápsulas sea irrefrenable. El hecho de que no haga falta quitarse el Micrashell en ningún momento es toda una ventaja para situaciones escatológicas o sexuales. Porque nunca se sabe si una noche puede acabar a lo grande o yéndose por el retrete.
Por el momento, el Micrashell es solo un proyecto, pero desde Production Club aseguran que su idea es patentarlo tan pronto como les sea posible y comenzar a producirlo en masa. Mientras tanto, tendremos que seguir esperando a ver quién invita a la primera ronda.