Probablemente estas Navidades serán las más surrealistas y extrañas que viviremos en mucho tiempo. Además, debido a las restricciones y los cierres perimetrales, la mayoría tampoco vamos a poder abandonar nuestra Comunidad Autónoma. Por eso, aquí te traemos una lista de lugares interesante que visitar en cada Autonomía por necesitas un soplo de aire fresco para cerrar este inusual año. Desde paisajes nevados para despedir el año a ruinas con las que viajar en el tiempo o parajes sacados de un cuento. ¿Nos acompañas?
Sierra Nevada (Granada, Andalucía)
Por las fechas en las que estamos debíamos empezar por un destino de nieve. Y, si hablamos de Andalucía, ese lugar no puede ser otro que Sierra Nevada, un precioso manto blanco que se extiende por el interior del Sistema Penibético. Si eres un amante del esquí y los deportes de nieve en general, ya tienes planazo, ya que aquí se encuentra la estación de esquí más alta de España, con una cota máxima de 3.300 metros sobre el nivel del mar. Además, puedes hacer rutas a caballo o visitar alguno de los secaderos de jamón que hay a los pies de la sierra. Te aseguramos que tanta nieve te abrirá el apetito.
Río Tinto (Huelva, Andalucía)
Sus orillas en tonalidades ocre y sus rojizas aguas hacen que este río onubense sea único en el mundo y una visita obligada si estas fiestas has de pasarlas cerca de Huelva. ¿El motivo de este peculiar color? El alto contenido de sulfato férrico de sus aguas, el cual, junto a la escasez de oxigeno, otorga un PH muy ácido. Vayas en verano o en invierno, su entorno desértico y todas las formas que la minería ha ido diseñando en este paisaje andaluz te conquistarán.
Grutas de Cristal (Teruel, Aragón)
En las entrañas de Teruel encontramos una catedral subterránea que te deja sin palabras desde el primer instante. Estalactitas, estalagmitas, columnas y todo tipo de formaciones geológicas van dibujando cada una de las grutas y salas de esta hermosa cueva próxima al municipio de Molinos, en la comarca del Maestrazgo. Tras visitar las grutas y experimentar todas esas sensaciones puedes reflexionar sobre ello en el Museo de las Formaciones de Molinos. Sí, Teruel existe y ofrece más de una joyita.
Benasque (Huesca, Aragón)
Como si estuviera sacado de un cuento de Christian Andersen, este idílico pueblo del Pirineo aragonés cobra un encanto especial durante los meses invernales. Un destino perfecto si te gusta el turismo de montaña y la nieve, ya que la estación de esquí Aramón Cerler te ofrece un montón de posibilidades para disfrutarla. Además, el pico Aneto y los glaciares pirenaicos se encuentran a solo 27 minutos de la localidad.
Lagos de Covadonga (Picos de Europa, Asturias)
Vale que no es el mejor momento para visitar playas y lagos, pero un entorno tan idílico como el lago Enol merece la pena en cualquier época del año. Y es que en este lago, que forma parte del conjunto de los Lagos de Covadonga, podrás olvidarte del estrés del día a día y encontrar muchos instantes de paz y relax. Y sí, muy cerca tienes también el Santuario de Covadonga que tampoco te puedes perder ya que estás.
Parque de Ses Salines (Ibiza, Islas Baleares)
Ibiza es sinónimo de verano y discotecas y, con toda la crisis de la COVID-19, a día de hoy no tenemos ni una cosa ni la otra. Pero la isla balear tiene muchos otros atractivos. Entre ellos, el Parque Natural de Ses Salines, donde la música fiestera se cambia por el trinar de los pájaros en un espectáculo que te dejará embobado. Los majestuosos flamencos y los halcones peregrino son dos de los reyes del lugar. No hay que olvidar que la isla pitusa es uno de los lugares con mayor biodiversidad de Europa por donde cada año pasan más de 200 especies de aves.
Roque Nublo (Las Palmas de Gran Canaria, Canarias)
Si estos confinamientos perimetrales te han pillado en el archipiélago canario, no te puedes quejar. Por ejemplo, si te encuentras en la isla de Gran Canaria puedes ir a su monumento natural del Roque Nublo, un monolito rocoso de origen erosivo que se ha convertido en uno de los rincones más emblemáticos de Las Palmas de Gran Canaria. Y encima algunas grutas tienen forma de corazón. ¿Qué más puedes pedir?
Costa Quebrada (Liencres, Cantabria)
Uno de los paraísos mejor guardados del norte de España es la zona de playas y acantilados de la Costa Quebrada cántabra. Allí, las rocas se funden perfectamente con la arena dorada y enmarcan un paisaje dominado por la ferocidad del mar Cantábrico. La parte perteneciente a la localidad de Liencres es un lugar perfecto para disfrutar de la frescura reconfortante del mar y perderse tanto por sus dunas como por sus escarpados promontorios.
Parque de Cabañeros (Ciudad Real, Castilla La Mancha)
El Parque Nacional de Cabañeros es un lugar privilegiado, entre Ciudad Real y Toledo, en el que se conserva íntegro el gran bosque mediterráneo de Europa. Los ciervos, cabras montesas, águilas y buitres campan a sus anchas y, además, puedes admirar fósiles de más de 500 millones de años de antigüedad y ruinas de la época romana y visigoda. Por todo esto, su visita es recomendable tanto si buscas un remanso de paz natural como una instructiva escapada de arqueología.
Lago de Sanabria (Zamora, Castilla y León)
Este lago zamorano es el mayor de España y también el mayor de origen glaciar de Europa, con una profundidad de 53 metros. Hay muchos cámpines cerca y cuenta con varias playas de arena y piedra donde está permitido el baño y la pesca. Y si vas ahora en invierno también es interesante porque se cubre de escarcha y se forma un paisaje helado digno de ver. Además, puedes aprovechar y recorrer los restos del antiguo Balneario de Bouzas, ubicado en la orilla derecha del lago.
Ruinas de Ampurias (Gerona, Cataluña)
Ampurias en griego significa mercado y en su día fue una importante ciudad griega, y posteriormente romana, situada en el noreste de la península ibérica. Su ubicación privilegiada en la hoy comarca del Alto Ampurdán la convirtieron en un punto comercial muy importante y, en la actualidad, todavía conserva esa majestuosidad que ostentó hace cientos de años. Aunque aún no se ha excavado en su totalidad, ya pueden disfrutarse algunos de los descubrimientos como el foro, la palestra y las murallas.
Cuevas de San José (Castellón, Comunidad Valenciana)
Estas grutas cercanas al municipio de la Vall De Uxó albergan el río subterráneo navegable más largo de Europa. Un recorrido inolvidable en el que además de admirar el paisaje subterráneo, tendrás la oportunidad de practicar actividades muy divertidas como el espeleokayak. El recorrido se divide en dos tramos, uno que se hace en barca y otro a pie, pero en ambos te quedarás pasmado ante la grandeza de las formaciones geológicas que parecen talladas a mano.
Garganta de los Infiernos (Cáceres, Extremadura)
Extremadura tiene un contraste de paisajes increíble y la Garganta de los Infiernos lo evidencia. Un espacio natural situado al norte de Cáceres, en la comarca del Valle de Jerte, que ofrece tanto actividades para el verano como para los meses más fríos. Además de una red muy cuidada de senderos,durante el invierno y con la caída de la hoja se avistan una gran variedad de aves y pequeños mamíferos. La gineta, la nutria y el gato montés son algunos de los más frecuentes en la reserva, pero con algo de suerte también conocerás al desmán, un extraño y peculiar mamífero de costumbres acuáticas bastante raro de ver.
Cascada de Ézaro (La Coruña, Galicia)
La Costa da Morte gallega no tiene un nombre muy atractivo, pero al final es solo eso, un nombre. Su belleza te hará olvidar pronto su apelativo y quedarás atrapado por la grandiosidad de sus acantilados y riscos y la bravura de las olas al romper contra las rocas. En todo este escenario tan romántico y furibundo destaca la Cascada de Ézaro, la única cascada española y una de las pocas europeas que desemboca directamente en un mar.
Sierra Cebollera (La Rioja)
El único espacio natural riojano que ostenta el título de Parque Natural y que es tan variado que da para una infinidad de excursiones. Desde sus extensos bosques naturales de pino silvestre, haya y roble, a sus saltos de agua y arroyos pasando por sus admirables glaciares con altitudes superiores a los 2.000 metros. Pásate también por el Centro de Interpretación del Parque Natural para aprender más sobre este rico paraje riojano.
Parque Natural de Gorbea (Álava, País Vasco)
El Parque Natural más grande todo Euskadi es un lugar repleto de leyendas. Y no es para menos si tenemos en cuenta la magia que desprende este paraje poblado de robles y hayas y donde es frecuente divisar ciervos. Un espacio que ofrece un montón de propuestas para los turistas, como visitar la cascada de Gujuli, el santuario de oro o alguna de sus misteriosas cuevas. Por ejemplo, la visita a las cuevas de Baltzola y el arco de Jentilzubi, además de una inmersión sin precedentes en la geología peninsular, supone un acercamiento a la mitología vasca.
San Juan de Gatzelugatxe (Vizcaya, País Vasco)
Es de sobra conocido y más aún si eres fan de la exitosa serie ‘Juego de Tronos’, pero es que la ermita de San Juan Gatzelugatxe merece todas las atenciones posibles. Un pequeño islote que ha sido escenario durante siglos de piratas, aquelarres y leyendas. Si logras llegar al final del recorrido podrás poner tus pies sobre la huella que, según la tradición, dejó San Juan Bautista. Eso sí, prepárate para subir los 241 escalones antes de poder disfrutar de su imponente panorámica.
Puerto de Navacerrada (Madrid)
En la madrileña sierra de Guadarrama te esperan paisajes nevados como sacados de un sueño en los que sentir el viento helado contra tu rostro. Su puerto de montaña, enclavado a 1.858 metros de altura, alberga una estación de esquí con escuela incluida y varios restaurantes, además de muchas rutas de montaña para caminar durante horas y perderte en la blancura del bosque invernal. Si te atreves, intenta subir al Peñalara, la montaña más alta de toda la sierra.
Anfiteatro romano de Cartagena (Cartagena, Murcia)
¿Puede haber algún murciano que no haya visto nunca su famoso anfiteatro romano? Todo es posible, por eso te lo volvemos a recordar. Conservado de manera perfecta, la edificación se encontraba debajo del esqueleto de la plaza de toros de la ciudad actual y, tras un gran trabajo de excavación y restauración, a día de hoy puede recorrerse parte de él. También hacer una visita virtual desde la web del museo.
Bárdenas Reales (Navarra)
Al igual quela ermita vasca, si has visto la famosa serie de ‘Juego de Tronos’ debería sonarte. Este paisaje semidesértico en la depresión del Valle del Ebro fue transformado en el desierto que los Dothraki cruzan junto a Daenerys Targaryen. Además de revivir todas las aventuras de la ficción y ‘posturear’ un buen rato, puedes recorrer sus distintas rutas y disfrutar de su característica fauna y flora en un paisaje árido e inusual en la península. Porque las Bárdenas Reales son, sin duda, una visita obligada para navarros y foráneos.