El libro definitivo para amar los 90 (si es que no lo haces ya)

¿Cuántas veces has defendido a capa y espada que los 90 son la mejor época? Ahora, 'Cómo molaban los 90' te da los argumentos para callar a cualquiera.

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¿Has crecido en los años 90 pero te hubiera gustado más pertenecer a la generación del Peace & Love o de la Movida Madrileña? Pues has de saber que la década de los 90 no tiene nada que envidiar a las anteriores ni, mucho menos, a las posteriores. Tú generación es la de la ruta del bakalao, los Backstreet Boys, los primeros videojuegos, revistas míticas como Super Pop y Bravo y grandes series comoFriends‘ o ‘Compañeros’. De todo esto habla Anna Grimal en su libro de recuerdos ilustrados ‘Cómo molaban los 90′ (Editorial Lunwerg), un pasaje directo para revivir las experiencias propias de ese período. Disfruta de tu momento nostálgico y larga vida a los 90.

La jungla urbana

Una de las mejores cosas de los 90 es que no había una norma marcada a la hora de vestir. A diferencias de otras décadas con un estilo mucho más definido y hegemónico, aquí valía casi todo. Además de encontrar la tribu urbana con la que más te identificaras, ya fueran raperos, bakalas, otakus o emos, tenías que definirte un estilo propio muy llamativo. Desde pantalones extra largos con los que barrías todo, camisetas ‘ombligueras’, gorras hacia atrás al más puro estilo Will Smith, ropa de camuflaje y pines, muchos pines. Eso sí, fueras del estilo que fueras, lo importante era llevar la cintura del pantalón lo bastante baja como para que se viera tu ropa interior. Pero, sin duda, lo que más marcó la moda noventera fue la democratización de los tatuajes y los piercings. Todo adolescente que quisiera demostrar su rebeldía debía tatuarse tribales gigantes, letras chinas, flores o perforarse la cara sin miramiento alguno.

Romances y sustos

El cine de los 90 fue una pasada, eso es así. Y si hubo dos grandes géneros en esta década fueron el terror y el romántico. Nadie puede negar que las películas románticas más icónicas surgieron en esta década. Que sí, que ‘El diario de Noa’ y ‘Love Actually’ son bonitas, pero no dejan de ser una herencia de esas grandes cintas con las que te hartaste a llorar como ‘Ghost’, ‘Pretty Woman’, ‘Jerry Maguire’ y la insuperable ‘Titánic’. Y en el plano opuesto encontramos clásicos como ‘Drácula de Bram Stoker’, ‘El proyecto de la bruja de Blair’ o ‘El pueblo de los malditos’, además de grandes sagas como la mítica ‘Scream’, ‘Chucky, el muñeco diabólico’ y ‘Sé lo que hiciste el último verano’.

La televisión, icono de una época

La televisión de los 90 marcó un antes y un después porque, por primera vez, eras tú quien elegía lo que veía y no la televisión. A comienzo de esta década surgieron las primeras televisiones privadas que competían con TVE. Así, tú podías ser de Xuxa, en Telecinco, o de Teresa Rabal, en Antena 3. Vamos, que todo el mundo comenzó a experimentar el maravilloso zapping. También se expandieron las televisiones autonómicas como TeleMadrid o la valenciana Canal 9 y surgió la criticada –pero muy consumida– “telebasura” con programas míticos como ‘Tómbola’, ‘Esta noche cruzamos el Missisipi’ o ‘Crónicas marcianas’. Y, obviamente, siempre nos quedaremos con las series noventeras: ‘Friends’, ‘Sensación de vivir’, ‘El príncipe de Bel-Air’, ‘Cosas de Casa’, ‘Compañeros’ o ‘Médico de familia’.

Tardes de (video)juegos

En los 90 la tecnología pegó fuerte y comenzaron a popularizarse los videojuegos. Los había para PC, como ‘Doom’, ‘Tomb Raider’ o ‘Los Sims’, y para videoconsolas como la clásica Game Boy de Nintendo con la que podías jugar al ‘Tetris’, ‘Super Mario Bros’ y el primer juego de la saga ‘Pokémon’. Pero, además de Nintendo, también estaba la Sega, con la que podías viciarte a ‘Sonic‘, o la PlayStation, para poder echar combates de ‘Tekken‘, jugar al ‘Fifa‘ o superar los retos de ‘Crash Bandicoot‘. ¿Pero qué paso con los juegos de mesa? Pues, contra todo pronóstico, durante estos años se popularizaron cada vez más. El Monopoly era el juego perfecto para cualquier tarde veraniega, el Twister era el mejor plan para echarse unas risas en una fiesta y el juego de cartas Uno fue todo un fenómeno para miles de jóvenes.

Tiempo de bandas (y dramas)

Si hay una década con más grupos enfocados al público teenager esa es la de los años 90. Ya fueras de las Spice Girls, los Backstreet Boys, los chicos de Blur o incluso de Oasis, lo que estaba claro es que todo el mundo tenía su grupo de cabecera. Luego estaban las divas ya consagradas como Madonna o Mariah Carey y las emergentes como Britney Spears, sin olvidarnos de artistas masculinos como Ricky Martin o Robbie Williams. Aunque lo que más molaba en el panorama musical eran los dramas y miserias de nuestras estrellas favoritas. Los rumores de rivalidad entre Mel B y Victoria Beckham o el trágico suicidio de Kurt Cobain eran el tema principal de cualquier conversación adolescente. Mientras, aquí en España, tenías que decidir si eras más de La oreja de Van Gogh o Amaral o de El canto del loco o Estopa.

Tu revista, tu consejera

Una de las cosas que más echan de menos los nostálgicos de estos años son las revistas enfocadas al público adolescente. Las más populares en España fueron Super Pop, Bravo o Vale, con la que podíamos seguir las últimas tendencias, los ligues de nuestros ídolos y ver más de una foto sexy de alguno. Con ellas, muchos aprendieron a definir su look, a conquistar a la persona que le gustaba y algunos secretos del sexo. De hecho, sus test prometían solucionar la vida de cualquier adolescente, aunque visto con perspectiva no tenían ni pies ni cabeza. Por eso, mejor quedarse con los póster XXL de nuestros actores fetiche, con Leonardo Dicaprio o Brad Pitt a la cabeza, las cartas de amor (o desamor) y los anillos que cambiaban de color según el estado de ánimo.

Internet y una nueva era

Hasta los años 90, Internet era prácticamente de uso académico, gubernamental y militar. Pero con la nueva década, se abrió todo un abanico de posibilidades que revolucionaron el ocio y la cultura de varias generaciones. Surgieron así los primeros foros y chats donde podías debatir sobre cualquier cosa e, incluso, tener un romance virtual, como dejó claro Atrapados en la red de Tam Tam Go. También empezamos a hablar con los amigos a través del MSN Messenger. Sin embargo, a la hora de informarse, Internet planteaba más limitaciones Así, las bibliotecas seguían siendo los templos del saber y la enciclopedia en papel o la Microsoft Encarta eran las únicas fuentes para redactar los trabajos del cole.

El bacalao es el bacalao

Si en los años 80 la movida madrileña fue lo más de lo más, en los 90 toda la marcha se trasladó al levante español y la  ruta del bakalao fue el emblema de una década. Aunque comenzó a finales de los años 80, fue en la primera mitad de la década de los 90 cuando las discotecas de la carretera de El Saler como Spook, Barraca, Chocolate o Espiral arrasaron. Cada fin de semana, o incluso de jueves a domingo, miles de jóvenes salían en sus coches para pegarse unas fiestas increíbles y darlo todo de manera ininterrumpida durante varios días seguidos. Obviamente, drogas como el éxtasis o la mezcalina rulaban de forma generalizada entre estos fiesteros profesionales, mientras que cantantes como el valenciano Chimo Bayo se convirtieron en referentes para más de uno.

Esto sí que era ligar

Las nuevas tecnologías han cambiado por completo nuestra forma de socializar y, cómo no, de ligar. En los 90, la forma perfecta de conocer a alguien era en bares, discotecas, fiestas populares o lugares más improvisados como la biblioteca o el supermercado. Y si querías saber algo de esa persona solo te quedaba hablar con ella por teléfono horas y horas y esperar a que tus padres vieran la factura. Aunque lo mejor de todo era la antelación con la que se preparaba una cita. No servía mandar un WhatsApp y decir de verse en el momento, no. Lo correcto era llamar por teléfono el lunes o el martes y acordar hora para verse el viernes o sábado. Qué tiempos aquellos…