Laura Escanes: “Los haters, cuando son ingeniosos, hasta me río”

Hablamos con la joven catalana de los pros y contras de ser influencer en tiempos de haters.

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Con solo 23 años ya ha escrito un libro, acumula 1'3 millones de seguidores en Instagram, está casada y a punto de dar a luz a su primer hijo con su marido Risto Mejide. Laura Escanes (Barcelona, 1996) conoce a fondo el lado más cruel de las redes sociales, pero también el más dulce. Es su trabajo, para bien y para mal. Asegura con una sonrisa tímida que los periodistas le damos miedo —y eso que ella empezó estudiando esa carrera—, pero tampoco pone cortapisas. La influencer y empresaria, que se encuentra en la recta final de su embarazo, habla con la misma naturalidad de su marido, el publicista y comunicador Risto Mejide, que de su canal de Youtube o de cómo hace un tiempo pensó en dejarlo todo por las críticas. Si algo ha aprendido en los pocos —pero intensos— años que lleva siendo un personaje público es que la clave está en relativizarlo todo. Incluso el odio.

¿Cuando tienes que explicar a qué te dedicas, ¿qué sueles decir?
Muchas veces digo que soy influencer, pero esa palabra conlleva muchas cosas. ¿Influencer de qué? ¿En qué influencias? Dentro de esto, ¿en qué te especializas? Me considero empresaria porque tengo y gestiono una empresa y dentro de la comunicación toco varias cosas.

¿Qué es para ti ser un influencer?
La Vecina Rubia decía que los verdaderos influencers son los profesores, que son los que nos educan en el cole. Pero mi mejor influencia y mi referente es mi madre. Se lo debo todo a ella, toda la educación y la paciencia que ha tenido conmigo.

¿Son ciertas las cifras que trascienden sobre lo que se suele cobrar en Instagram?
Si la gente supiera… —ríe—. Hay muchísimo desconocimiento en todo este mundo. Te podría decir que yo cobro “x” por una foto pero depende de tantas cosas… Muchas veces no cobramos por una foto y la gente piensa que sí. Al ser un trabajo tan nuevo creo que eso influye. Tampoco voy yo preguntándole al ginecólogo que cuánto cobra. Pero puedo vivir de ello, claro.

Hace un tiempo decidiste retomar tus estudios superiores. ¿Por qué?
Porque es cuando podía y cuando me apetecía de verdad. Estamos acostumbrados a hacerlo siempre con un orden: acabas de estudiar Bachillerato y tienes que empezar la carrera. Pero como no tenía tiempo suficiente, no lo estaba haciendo bien, preferí dejarlo apartado. Voy a tomarlo a mi ritmo, poco a poco y con muchas ganas. Mi calendario cambia tanto, estoy entre Madrid y Barcelona, que tenía que buscar una manera en la que pudiera hacerlo bien.

Laura lleva cazadora de John Richmond

“De pequeña siempre había querido presentar las noticias”

¿En qué te gustaría especializarte?
Yo empecé estudiando periodismo, luego conocí cómo sois algunos periodistas y me dais miedo —ríe—. De pequeña siempre había querido presentar las noticias. No sé qué haré en un futuro pero me gusta mucho la comunicación. Si no tampoco podría dedicarme a tener un canal en redes sociales.

¿Escribiendo te sientes más realizada que con tu trabajo en las redes sociales?
Escribir es como más personal. Siempre he escrito solo para mí, para que nadie lo leyera. De repente, cuando la gente empezó a leer lo que estaba publicando tuve cierto miedo. Y en redes sociales todo lo hago para que la gente pueda leerlo y verlo. Pero son dos cosas muy distintas. Una está enfocada a nivel más íntimo y la otra es para mostrar lo que soy.

¿Qué significó tu primer libro, ‘Piel de letra’?
Uff… Ha sido como un sueño hecho realidad. Desde pequeña me ha gustado muchísimo poder transmitir con palabras aquello que tal vez con voz no me sale. Poder desahogarme al cien por cien y ser yo sin miedo a nada que me tirara para atrás.

¿Era el libro que te imaginabas llegar a publicar algún día cuando empezaste a escribir?
No. De hecho, empecé con una idea totalmente distinta, escribiendo una novela, pero no pude terminarla porque para mí era súper complicado. Luego, con el tiempo, encontré esta forma de poder hacerlo, como más natural, sin ninguna escaleta ni orden, y así fue. Sobre todo, creo que con el primer libro te tienes que sentir cómodo y seguro de ti mismo.

“Risto lleva mucho tiempo aguantando comentarios, sabe cómo funciona la prensa y me aconsejó mucho al principio”

Con toda la presión a la que sueles estar sometida, ¿alguna vez te has planteado retirarte de la vida pública?
Si me hubieras preguntado hace un tiempo tal vez te hubiera dicho que sí. De hecho, estuve a punto. Es verdad que es muy difícil aguantar según qué criticas y comentarios y me lo llegué a plantear, pero tampoco puedo dejar que ellos conduzcan mi vida y que decidan por mí. He aprendido a relativizar todo mucho. Tomármelo con más calma.

¿Tener a una persona como Risto al lado, con toda la experiencia y la trayectoria que tiene, te ha ayudado a gestionarlo mejor?
Claro. Él lleva mucho tiempo aguantando comentarios, sabe cómo funciona la prensa y me aconsejó mucho al principio. De hecho, me lo pintó tan mal que luego cuando recibí criticas dije: “¿Ya está? ¿Era sólo esto?” —ríe—. Me lo esperaba mucho peor todo. Ahora es como: “Va, no pasa nada”. Cuando me planteé dejarlo me dijo: “De aquí a un tiempo te reirás cuando recuerdes que lo querías dejar”. Y tenía razón. En ese momento parece que sea un súper problema y no le ves solución, pero luego aprendes. Yo nunca había vivido todo esto y tienes que ir viendo cómo solucionarlo y cómo llevarlo.

Y, al contrario, ¿qué crees que le has aportado tú a él? Porque, por ejemplo, antes Risto no cuidaba tanto sus redes…
Yo creo que eso pasa con todo, con las relaciones de amistad, en la familia… Entre todos tratamos de coger las mejores cosas del otro y formar un equipo. Para mí eso es lo principal.

¿Dejarías que te entrevistara?
¡No quiere! Creo que me tiene miedo… La gente piensa que él es el malo pero soy yo en realidad —bromea—. Sí me dejaría, por qué no.

¿Te consideras una persona muy madura para la edad que tienes por todo lo que has vivido?
Juzgar eso de uno mismo es bastante complicado. Hay momentos en los que creo que sí y otros que no. Pero tampoco es que me centre en eso. A cada momento le encuentras cosas de las que aprender, sean positivas o negativas.

Camisa de Maje, botas de Stuart Weitzman y joyas de Aristocrazy

El peaje de la fama

Sigues denunciando en tus redes sociales los mensajes de odio que recibes, ya sea por tu físico o por tu vida personal. ¿Es mejor eso que ignorarlos?
Eso me lo decían mucho, que por qué le daba tanta importancia a los comentarios negativos. No es que les dé importancia. Hay comentarios negativos a los que no hago caso, simplemente no contesto o bloqueo. Pero cuando son cosas muy machistas o retrógradas, como muy antiguas, prefiero darles voz para que la gente vea que aún está pasando esto, que aún hay personas que piensan según qué cosas. Y a mí no me afecta, dentro de un punto. Pero prefiero decir “oye, esto no está bien” que quedarme callada.

Hemos llegado a un punto en el que hasta cortarse el pelo se puede convertir en noticia y generar polémica.
No sé, es una locura ¡eh! Me decían: “La que has liado”. ¡Pero si solo me he cortado el pelo…! Le damos importancia a cosas que no la tienen. Incluso, en su momento, se dijo que lo hacía para ser noticia. Si cortarse el pelo resulta ser una noticia es que algo estamos haciendo mal. No lo entiendo. Leía comentarios de: “Es que no eres femenina”. Madre mía, ¿aún estamos con eso? Hay cosas que no deberíamos leer, pero ahí están.

¿Qué es lo más absurdo que has leído sobre ti?
Muchas cosas… Yo creo que los haters, cuando son ingeniosos, es que hasta los agradezco y me río. Pero luego hay otros que van con mala leche y tiran para atrás. He leído bromas como que Risto me viene a buscar a la puerta del cole. Algunos memes son muy graciosos.

¿Eres de las que lee todos los comentarios en redes sociales o no te da la vida?
Leo todos los comentarios en las fotos y publicaciones, pero no puedo leer todos los privados porque son muchísimos. Por cada stories tengo un montón de respuestas y no puedo con todo. Pero sí intento contestar a lo máximo posible, o al menos dar un ‘me gusta’… Intento estar pendiente porque ellos están muy pendientes.

En esta profesión, ¿hay más rosas o más espinas?
Muchísimas más rosas, pero infinitas. Al final las cosas malas son un peaje que tenemos que pasar, pero poder conocer a tanta gente, viajar, trabajar con marcas… Y luego conocer a toda las personas que están detrás dándome apoyo lo valoro muchísimo. Mi día a día es para ellos, no para la gente que me critica.

“A mi familia casi nunca la saco en Instagram. Hay muchas cosas que me guardo para mí y espero guardármelas siempre”

¿Se te ha acercado mucha gente por mero interés?
Sí, puede ser, seguramente, pero yo soy muy ingenua en ese sentido. Cuando alguien es majo conmigo siempre confío y pienso que es majo porque es majo, no porque vaya con segundas intenciones. Luego me llevo chascos, pero prefiero llevármelos que no desconfiar de todo el mundo de primeras.

¿Es mejor rodearse de gente de confianza?
Siempre he dicho que es súper importante mantener a los amigos de toda la vida, los que tenía antes de toda esta plataforma. Mis amigos del colegio, mi familia… Que ellos estén ahí, que son los que realmente me conocen de verdad, es muy importante para mantenerte donde tienes que mantenerte. Que te avisen y te digan: “Oye, te estás pasando” o “cuidado con esto”. Cuando me lo han tenido que decir me lo han dicho, pero yo lo agradezco.

¿Has cambiado mucho desde que eres un personaje público?
Supongo que sí, pero creo que si no cambiamos es un error. Todo el mundo cambia. Y si me preguntas que cómo me veo de aquí a cinco años pues, obviamente, muy distinta a lo que soy ahora. Simplemente aprendemos y evolucionamos. Eso no quiere decir que sea a peor o a mejor. Seguramente hace unos años me reía con unos chistes que ahora no me hacen gracia. Incluso decía cosas que podrían ser machistas. Hay tantas cosas que cambiamos y no nos damos cuenta… Es bonito también recordarlo.

Muchos personajes públicos prefieren separar totalmente su esfera privada de la pública. En tu caso lo has tratado con mucha más naturalidad, mostrando situaciones cotidianas con tu marido como lo haría cualquiera con su pareja.
Siempre pienso que todos mostramos lo que queremos mostrar. Hay tantas cosas detrás que no muestro… Aunque yo esté enseñando un fin de semana con mi marido o a mí tumbada en el sofá con un grano en la cara, luego hay muchísimas cosas que no cuento. A mi familia casi nunca la saco en Instagram. Hay muchas cosas que me guardo para mí y espero guardármelas siempre. Es importante tener esa parte que solo tú conoces para tener intimidad.

¿Has pillado a mucha gente haciéndote fotos de extranjis?
Sí… Eso sí que me molesta más. Sobre todo cuando estoy con gente que no quiere salir o de vacaciones. Una vez estaba en la playa con el hijo de Risto y la gente estaba grabando cómo nos bañábamos. Además es un menor… Hay cosas que pasan el límite de lo correcto. Pero no puedo decir nada. A veces he dicho: “Por favor, que está el peque…”. Si me piden fotos yo me las hago siempre, pero cuando estoy con el peque intentamos protegerle mucho de todo esto.

“Es verdad que el tiempo que invertimos en Youtube luego no se ve compensado”

¿Qué porcentaje de Laura Escanes conoce la gente que te sigue?
¡Qué difícil! Realmente, te diría que me conocen muchísimo, pero hay tantas cosas de mí que no comparto… Incluso con los amigos. Hay algunos amigos con los que sí dices según qué cosas y con otros no.

Si no fueras conocida, ¿participarías en algún reality?
Yo creo que no porque veo cómo tratan a la gente allí o las cosas que se dicen fuera mientras ellos están dentro, sin poder defenderse, sacando cosas de la familia… A tanto no llegaría.

¿Te harías un ‘Deluxe’?
No, y mira que me gusta Jorge Javier —ríe—.

Hace tiempo que no subes contenido a Youtube. ¿Qué tienes pensado hacer con el canal?
No es que haya dicho adiós a Youtube. Cuando quiera publicar algo lo haré. Para mí Youtube es una plataforma muy libre. Puedes hacer el contenido de una forma mucho más artística y eso me gusta mucho. Pero creo que si eso lo haces cada semana o con un horario fijo luego ya no tiene tanta gracia y pierde lo que lo hace diferente. Prefiero publicar vídeos cuando tenga algo interesante o distinto que contar y utilizar Instagram como mi plataforma diaria.

¿Tiene algo que ver también con que no sea tan rentable?
Es verdad que el tiempo que invertimos en Youtube luego no se ve compensado. Todo ese esfuerzo de pensar, editar, porque hay un equipo detrás… Son muchas cosas y luego no aporta tantísimo. En cambio, Instagram es más fugaz, porque una foto dura lo que dura, pero es más fácil y más rápido y puedo hacer muchísimo más contenido que en Youtube. Y, económicamente, es verdad que es mi principal vía de ingresos.

**Artículo originalmente publicado en el número 52 de Vis-à-Vis. Pide tu ejemplar en papel en tienda.ploimedia.com o descarga la edición digital interactiva para iOS o Android. 

Foto Alberto Van Stokkum / Asistente de fotografía: Gabo Boza y Agustín Escámez/ Estilismo: Eva Barrallo / Asistente de Estilismo: Cristina Rosañeda / Maquillaje y peluquería: Naomi Gayoso para Talents