Eres, junto a Isabel Coixet y Daniel Sánchez Arévalo, uno de los tres directores españoles que Netflix ha fichado para producciones propias. ¿Cómo se vive estar seleccionado junto a dos grandes?
Es una pasada porque Dani me gusta mucho, pero Coixet es uno de mis referentes, una de las personas a las que más admiro. Es muy bestia lo que me ha pasado y, a veces, me cuesta creerlo. Es muy guay cómo trabajan ellos porque te dan mucha libertad, mucho cariño y te protegen mogollón. Impone verte a su lado, pero te motiva para seguir trabajando.
¿De qué forma influyen estas plataformas en el cine y la televisión convencionales?
Modificar es obvio que lo modifican, pero suman y aportan. No son el enemigo como se ha querido vender desde algunos festivales de cine. Dan muchas oportunidades a gente a las que no se les daba y rescatan y potencian a otros. Estamos en una industria que consiste en contar historias y cuantas más historias, mejor.
¿El futuro está en Netflix o la televisión aún puede hacer algo para competir?
No tengo ni idea. Como todo está cambiando tan rápido, no puedo dar una respuesta. Netflix acaba de ganar el Festival de Venecia con ‘Roma’ (Alfonso Cuarón). Creo que es el momento de que se le reconozca y con ‘Roma’ va a ser muy difícil que se le niegue su lugar en los Oscar. Lo que sí tengo muy claro es que no quiero que mueran las salas de cine, me parecen un lugar mágico. Digan lo que digan, Netflix suma, nunca resta.
“Me encantaría que alguien hiciera una película sobre el caso de Anna Allen porque dice mucho de nuestra generación”
¿Cuáles son tus producciones de Netflix favoritas?
Me flipó ‘The Keepers’, la serie sobre los abusos sexuales de la Iglesia, porque creo que son muy valientes. También me gustó ‘Fe de etarras’, que era una película que no se conseguía levantar y la levantó Netflix. Además, lo que cuenta es muy bestia. Y el otro día terminé de ver ‘Élite’, que me gustó mucho.
‘Animales sin collar’ se inspira en ‘Casa de Muñecas’, una obra de Henrik Ibsen, y también preparas la adaptación para Neftlix de tu obra ‘¿A quién llevarías a una isla desierta?’. ¿Qué significa el teatro para ti?
Pues ha sido muy importante porque me ha permitido contar historias cuando era complicado acceder al cine. Ahora yo me considero alguien del cine, porque lo que aprendí del teatro es que hay que tener mucho talento para hacerlo. Como espectador me gusta muchísimo y ha dado la casualidad de que mis dos primeras películas son dos adaptaciones de obras de teatro.
¿Cuáles son tus referentes?
Me da miedo hablar de referentes cuando es mi primera peli, pero me gusta mucho Stanley Kubrick. Cuando estoy rodando revisito mucho su filmografía entera. Para ‘Animales sin collar’ he tirado mucho del cine de los setenta. Ese tipo de cine destinado al gran público pero que, a la vez, te hacía llevártelo a casa para que le siguieras dando vueltas. Sobre todo, hay una película que es ‘Una jornada particular’ que la hemos tenido muy presente a la hora de rodar ‘Animales sin collar’.
La voz de una generación
¿Existen oportunidades para los directores noveles?
Obligatoriamente tengo que decir que sí porque a mí me la han dado, pero hay muy pocas. Es muy complicada la situación en la que se encuentra el cine español. Ha habido una campaña de desprestigio por parte de ciertos sectores durante muchos años que, encima, ha funcionado. Hay un proceso muy complicado que tenemos que hacer nosotros para que no nos vean como el enemigo. Formamos parte de la marca España y del tejido cultural de este país. Estamos muy orgullosos de formar parte de él y de hacer cine español y en español, pero hay muy pocas oportunidades.
¿Qué ocurre con las subvenciones cinematográficas?
Son necesarias y se subvenciona absolutamente todo. Parte de la campaña de desprestigio contra nosotros es por las subvenciones al cine cuando se subvenciona todo y en todos los lugares del mundo. Cuando no es con una subvención es con una desgravación fiscal muy grande como en Estados Unidos. Y hay muy poco dinero. En Francia se destinan 600 millones de euros y en España, 30. La diferencia es abismal y es necesario porque no se regala el dinero, se crea cultura.
¿Qué tema de actualidad te parece necesario llevar a la gran pantalla?
Tenemos para hacer de todo. Me encantaría que alguien hiciera una película sobre el caso de Anna Allen porque dice mucho de nuestra generación. Esa obsesión por la fama, por los likes, por intentar aparentar ser quien no eres… Y cómo se la masacró en redes y se mofaron de ella sin saber si se estaban riendo de una persona enferma. Lo de Anna Allen me resulta muy curioso y sé que en ‘Paquita Salas’ como que lo medio tocan, pero me gustaría un drama.
¿Has sufrido alguna catarsis en una sala de cine?
Sí, claro. Una fue con ‘El Rey León’ (1994). Yo tenía doce años y se me removieron muchas cosas. Y la confirmación de que esto era lo mío fue viendo ‘Eyes Wide Shut’ (1999), que también era muy joven y hasta tiempo después no entendí el global de la película porque psicológicamente es muy bestia. No sabía por qué, pero me estaba fascinando.
Claves para ser un chico Netflix
El director nos confiesa cuáles son las virtudes que cree que le han ayudado a convertirse en el nuevo talento por el que Netflix apuesta. Y, como no podía ser de otro modo, lo hace pensando en personajes de cine.¿Adivinas cuáles?