Ya han pasado 50 años desde que Stanley Kubrick nos presentara en ‘2001: Una odisea del espacio’ a HAL 9000, una inteligencia artificial que controlaba todos los sistemas de una nave espacial e incluso a sus tripulantes. Y aunque esa increíble supercomputadora todavía siga siendo cosa de la ciencia ficción –no así otras predicciones de la película, como los iPad o las videollamadas–, sí existen muchos otros extraordinarios avances que nos confirman que la IA va por buen camino.

Eso es lo que demuestra la exposición ‘Más allá de 2001: Odiseas de la Inteligencia’, de Espacio Fundación Telefónica, que toma la película de Kubrick como eje conductor de su viaje por la Inteligencia Artificial. Y lo hace con proyectos como Mutual Wave Machine, una futurista instalación que mide el grado de empatía entre dos personas a través de unos cascos de electroencefalogía. Lo que oyes. Creada por Suzanne Dikker y Matthias Oostrick, se trata de una maquina interactiva de neuro-feedback que sincroniza las ondas cerebrales de ambos individuos. Los participantes tienen que encerrarse en una capsula que responde y refleja su actividad cerebral compartida para saber cómo de lejos están a nivel empático. Sí, sabemos lo que estás pensando: que este invento nos ahorraría muchas citas a ciegas innecesarias. 

Mutual Wave Machine es una instalación interactiva de neurofeedback

Tampoco el arte escapa de la garras de las IA. Una de las máquinas más avanzadas en este campo es Human Study, del artista Patrick Tresset, un brazo robótico que realiza retratos en tiempo real. Su comportamiento se ha desarrollado para reaccionar a datos visuales realizando gestos que siguen una estrategia parecida a la que el artista utilizaba cuando era pintor. Algo más conocido es The Next Rembrandt, un cuadro pintado por una IA y una impresora 3D que imita a la perfección los trazos y el estilo del artista más importante de los Países Bajos. Incluso los hay especializados en el miedo, como Shelley, un robot del MIT Media Lab que escribe relatos de terror aprendiendo de los clásicos, del foro Reddit y de los tuiteros.

Este tipo de aprendizaje se llama machine learning y es uno de los grandes hitos de la IA hasta la fecha. Tiene tantas aplicaciones que hasta se podría salvar el planeta con su ayuda. No en vano, Microsoft se ha servido de esta revolucionaria disciplina científica para una de sus iniciativas más sostenibles. Su nombre es Conservation Metrics y pretende, entre otras cosas, prevenir la caza furtiva de elefantes en el territorio africano a través de un sistema que monitoriza la vida de estos animales 24 horas al día.

La IA también se ha convertido en la mejor aliada de la medicina, sobre todo en cuanto a precisión se refiere. Para prueba, programas como el creado por un investigador de la Universidad de Toronto capaz de diseñar tratamientos oncológicos especializados; o el algoritmo experimental que aprende a identificar imágenes de cerebros que desarrollarán Alzhéimer a seis años vista. Y si hablamos del espacio exterior, el telescopio Kepler de la NASA consiguió descubrir dos nuevos ‘exoplanetas’ a través del sistema de aprendizaje de Google. Aunque, a nivel práctico, lo que más te interesa saber es que, a partir de ahora, puede que sean las máquinas las que seleccionen tu currículum y detecten cuándo mientes. Tu futuro laboral en manos de un algoritmo. ¿Quién dice que la IA no está avanzada? 

Obra titulada ‘ΑΩ’, del artista Mat Collishaw