¿Te masturbas? Es una pregunta sencilla sobre algo de lo más natural, pero a muchas personas puede incomodarles responderla. En voz alta, la palabra masturbación puede seguir siendo motivo de rubor. Y es que, durante décadas, se ha mostrado como algo obsceno y pecaminoso, sobre todo, si de masturbación femenina hablamos. Sin embargo, a estas alturas de la película todo el mundo sabe que el goce sexual no es solo en pareja. De hecho, la autoestimulación te ayuda a descubrir las zonas erógenas que te dan más placer y a disfrutar más del sexo en compañía. Una forma de conocerse mejor y ganar en autoestima. Así que, ¿te animas a debatir sobre masturbación femenina este 8M?
El patriarcado ha ido generando un sinfín de mitos sobre la masturbación femenina. El de la frigidez es uno más. Pero la realidad es que a las mujeres les gusta el sexo y saben disfrutar de él. De hecho, las mujeres cisgénero tienen un órgano destinado únicamente a dar placer. “Hay tantos mitos en torno a la sexualidad de las mujeres que no acabaría nunca. Pero por resumir un poco algunos de los prejuicios más comunes, podría empezar por el mito de que las mujeres sienten menos excitación y que eso las hace sexualmente menos activas”, lamenta Esperanza Gil, sexóloga y encargada de la tienda erótica Amantis en Russafa (Valencia).
Aunque el descubrimiento del clítoris data del siglo II, no fue hasta 1998 cuando la uróloga australiana Helen O’Conell describió su anatomía completa y recopiló información sobre los orgasmos. Pero aún se habla poco de ello. “Es un tema de diferencia en los roles sociales y la educación. A las mujeres se les atribuyen características a cumplir como la sensatez, la prudencia y el rol de cuidadora. Es por ello que su sexualidad queda relegada a un segundo (o último) plano“, comenta Gil.
“La masturbación femenina está endemoniada”
Autoestima sexual
Un hombre joven hablando con sus amigos de la masturbación no escandaliza. De hecho, se ve como parte del autoconocimiento y del desarrollo sexual. Sin embargo, si lo hace una mujer parece que se percibe de forma diferente. Mientras unos comentan abiertamente cómo se autoestimulan, otras aún sacan el tampón del bolso con discreción y casi hasta vergüenza. Aunque, por suerte, cada vez menos. “Nunca me dio reparo hablar sobre la masturbación. Sin embargo, a veces he notado que era un tema tabú, sobre todo en círculos con hombres heterosexuales. La masturbación masculina es consagrada, la nuestra está endemoniada”, comenta la madrileña Alicia Aparicio, teleoperadora de 23 años.
La masturbación femenina es algo fundamental para desarrollar la autoestima sexual, definir nuestras preferencias erógenas y conocer todo nuestro potencial erótico. “Conocerse pasa, por supuesto, por la masturbación, que nos ayuda a conocernos y a tener una relación mejor y más sana con nuestro cuerpo y sexualidad. Esto es clave para la autoestima y, con una buena autoestima, nos sentiremos empoderadas y fuertes para establecer límites y vivir experiencias”, asegura Gil. También es una forma de desconexión y relajación. “Me masturbo casi a diario. El principal motivo es el placer. Sin embargo, me he dado cuenta de que me masturbo más seguido cuando atravieso épocas de estrés”, señala la mallorquina Jeniffer Jiménez, especialista en cadena de suministros de 27 años.
Consoladores romanos y vibradores con app
Recientemente, la Universidad de Cambridge ha determinado que una talla de madera hallada en Vindolanda (Reino Unido) en 1992 podría ser un consolador usado en el Imperio Romano hace 2.000 años. “Hay estudios que sitúan los primeros juguetes sexuales en la prehistoria, o este reciente descubrimiento de una talla romana. Este tipo de descubrimientos ilustran muy bien que, efectivamente, la masturbación ha estado siempre presente. Las sociedades clásicas se sentían cómodas con las representaciones fálicas y con utilizar símbolos sexuales en el arte”, señala la sexóloga, Esperanza Gil.
“Las mujeres necesitamos reconciliarnos con nuestro cuerpo”
Sin embargo, a medida que las sociedades occidentales evolucionaron y religiones como el cristianismo y el islam fueron relegando a la mujer a labores maternales y domésticas, además de mostrar el sexo con un único fin reproductivo, el placer sexual comenzó a verse como algo que vivir en secreto e, incluso, con culpa. “Por ello, a día de hoy seguimos arrastrando una serie de prejuicios y tabúes con respecto al sexo y todo lo que lo rodea, como las tiendas eróticas. Pero estos prejuicios están disminuyendo poco a poco. En parte, porque el concepto de tienda erótica, por ejemplo, ha ido cambiando. Ya no está asociada a esa idea de “cueva” oscura, con neones y situada en callejones escondidos”, comenta la sexóloga.
Los juguetes sexuales también están evolucionando al ritmo de la masturbación femenina. Estos productos facilitan el sexo con dispositivos y aplicaciones para que las parejas a distancia puedan divertirse, además de ayudar a mejorar la salud sexual individual. “El sector de la juguetería erótica se adapta a las necesidades de la población. En un principio los vibradores se limitaban a vibrar y se utilizaban para estimular. La tecnología que tenemos ahora permite la estimulación por ondas sónicas que llegan hasta la raíz del clítoris, como el succionador Murmure o juguetes con mando como Ballenato, de Amantis”, apunta la sexóloga. “Me encantan los juguetes sexuales. Pero hay que tener cuidado con ellos ya que, si acostumbras a tu cuerpo a tener orgasmos solo con juguetes sexuales, acabas perdiendo sensibilidad y, a la larga, cuesta más alcanzar el clímax sin ellos”, opina Jeniffer.
Pero no todo se limita a la estimulación vaginal ni a los juguetes sexuales. El desarrollo de una potente industria de placer femenino, con éxitos como el Satisfyer, puede contribuir a la creencia de que se necesitan máquinas muy sofisticadas para que una mujer tenga un orgasmo. “Pienso que las mujeres no necesitamos una máquina, simplemente necesitamos reconciliarnos con nuestro cuerpo y eso lo tenemos al alcance de nuestros propios dedos”, reflexiona Alicia. “Masturbarse implica tocar todo tu cuerpo, no solo la vulva. En mi caso, yo disfruto mucho de masajear mi cuerpo con aceites, música de fondo, con juguetes sexuales o no… Depende mucho del mood del momento”, añade Jeniffer.
“Masturbarse implica tocar todo tu cuerpo, no solo la vulva”
¿Y las mujeres con pene?
No todas las mujeres tienen vagina. Eso es algo que a estas alturas de 2023 ya debería ser una obviedad, pero todavía hay que recordar que las mujeres con pene también forman parte de la lucha feminista. “Cuando hablemos de masturbación femenina, es muy enriquecedor visibilizar diferentes realidades, de modo que las personas tengan variedad de referentes con quienes poder identificarse. Y creedme que podrían ser infinitos, pues existen tantas sexualidades y formas de experimentar el autoerotismo como personas hay en el mundo”, comenta la sexóloga. “También es cierto que a quienes nacen con pene, se identifiquen con el género que se identifiquen, se les ha educado en la libertad para explorar sus genitales y eso es una gran ventaja. Las mujeres cis, los hombres trans y otras personas con vulva y vagina han sido socializadas en el falocentrismo y en una cultura machista”, añade.
Por eso, para incluir todos los tipos de feminidad, la industria sexual está evolucionando hacia juguetes mucho más agénero. “La mayoría de los juguetes no tienen género y pueden utilizarse tanto si tienes pene como si tienes vulva y vagina. No obstante, sí que podemos encontrar algunos juguetes que están diseñados ergonómicamente para estimular el pene, la próstata anal e incluso los testículos de forma más eficaz, como los juguetes esponjosos. La juguetería erótica va evolucionando, cada vez más, hacia esa línea de diseños agénero ampliando la gama de colores, tamaños y funcionalidades”, asegura la experta.
Y, al igual que ocurre con las mujeres con vagina, la exploración y el placer no debería limitarse solo a la zona genital. “La masturbación anal también puede ser muy placentera. Para ello existen dildos maravillosos. ¿Y quién dijo que el famoso succionador era solo para estimular el clítoris? Las ondas de sonido emitidas por este juguete pueden ser muy placenteras en el frenillo y el meato del pene”, recuerda la sexóloga. “Por último, no hay que olvidar la importancia del lubricante. La sequedad no es exclusiva de las mujeres cis. El pene de las mujeres trans también necesita un aporte de hidratación constante. Por ello, si necesitas humedecerte o jugar con juguetes fabricados con silicona y derivados, necesitas un buen lubricante de base acuosa”, recomienda.
La brecha del orgasmo
Todos estamos al tanto de la brecha salarial entre hombres y mujeres pero, ¿sabías que también existe esta brecha en los orgasmos? Para el 61,3% de las mujeres llegar al orgasmo supone un problema, frente al 22,5% de los hombres, según el X Barómetro ‘Los jóvenes y el sexo de Control’ elaborado por la famosa marca española en 2022. Algo en lo que también coincidía la investigación de 2018 de la revista Archives of Sexual Behavior, la cual determinó que las mujeres heterosexuales alcanzaban el orgasmo en un 65% de las veces, frente al 95% que lo hacían los hombres heterosexuales.
En este sentido, la masturbación femenina es una forma de combatir la anorgasmia. “Antes me era imposible tener un orgasmo con una pareja sexual, porque no conocía mi cuerpo, ni mis zonas erógenas. Masturbándome he aprendido qué partes de mi cuerpo me reportan mayor placer, menos, a qué ritmo disfruto más… Todo ello ha hecho que sepa pedir con seguridad a mi pareja sexual lo que me gusta”, asegura Jeniffer. “Yo soy una mujer de orgasmos clitorianos, por lo que para mí la penetración no es tan importante como sí lo son los preliminares y la estimulación del clítoris. Por eso sé qué posturas sexuales me gustan, cómo estimularme o pedir que me estimulen. Es muy liberador saber que tu placer ya no depende de tu pareja sexual”, añade la joven.
“Es muy liberador saber que tu placer ya no depende de tu pareja sexual”
Sin embargo, según el ‘Estudio de la masturbación en España’ de Diversual, la edad media para empezar a masturbarse de las personas con pene es antes de los 16 años en un 90% de los casos, mientras que en el caso de las personas con vulva únicamente el 57,4% empiezan antes de los 16 años. Además, según un estudio realizado por la firma de juguetes sexuales Womanizer, el pasado año, las mujeres se masturban de media 76 veces al año y los hombres 145. “Las mujeres, la mayoría, tenemos un ciclo menstrual de 28 días. En esos 28 días nuestra lívido puede fluctuar bastante, por eso hay veces que en un mes no me masturbo en dos semanas y la siguiente tres o cuatro veces”, explica Alicia.
La realidad es que son muchas las mujeres que aún viven con pudor la masturbación femenina. “Deberíamos poder sentirnos libres de experimentar, sentir y hablar con normalidad y con espontaneidad de estos temas”, defiende la sexóloga Esperanza Gil. “En el instituto no había espacio seguro para ello. A la mínima que comentabas algo sobre tu sexualidad eras juzgada como una ‘guarra’ o una ‘facilona’. Estamos trabajando en crear esos espacios seguros, pero aún queda camino por recorrer”, recuerda Jeniffer. Y hacerlo está en tus manos (y dedos). Sobre, todo en el Día Internacional de la Mujer.