¿Controlas lo que comes o pasas de las dietas?
A mí siempre me dicen que estoy muy delgada y que si hago dieta, pero la verdad es que no –ríe–. Lo que no hago es comer mucho, aunque como de todo. Por ejemplo, cuando estoy con mis compañeras en ‘La que se avecina’ todas tienen sus cosas sanas y a mí me da igual. Yo pido todo con azúcar, nunca sacarina. Como todo tipo de productos de la cadena alimenticia.
¿Qué alimento no soportas?
El brócoli. Eso y la coliflor lo odio con todas mis fuerzas.
¿Y a cuál no podrías renunciar nunca?
El huevo. Si tuviese que elegir un alimento con el que alimentarme el resto de mi vida sería ese.
¿Qué plato cocinarías para conquistar a alguien?
Ay, yo es que nunca he sido muy buena cocinera –ríe–. Una vez para conquistar a mi marido le cociné fideos con berberechos y lo flipó.
En una profesión como la tuya, ¿hasta qué punto es importante el físico?
Yo creo que antes se le daba más importancia, pero como todo en la vida. Antes también se le daba más importancia al físico en muchísimos campos. Pero la verdad es que es una chorrada, porque los actores interpretamos personas y personas hay muy variadas: gordas, delgadas, altas, bajas… Pero, cada vez más, en el cine ves perfiles de todos los tipos.
Cuando estuviste embarazada, ¿notaste que te negaban algún papel?
Yo estuve trabajando embarazada porque no se me notaba. Pero cuando ya estaba muy avanzado el embarazo, hubo películas que no pude hacer por el riesgo que puede suponer para una productora contratar a una mujer embarazada de nueve meses. También es verdad a la semana de dar a luz ya hice público que volvía a trabajar porque si no la gente te asocia a que estás embarazada. Yo he tenido compañeras que se quedaron embarazadas y tardaron tres o cuatro años en volver a trabajar porque se encontraban a alguien y les decían: “¿Ah, pero tú no estabas embarazada?”. Entonces yo quise dejar claro que ya había parido y que volvía a ser una persona con el cuerpo de antes.
Teniendo una madre cirujana estética, ¿estás a favor de los retoques?
Hombre, claro. Aunque me aprovecho poco. Como ella vive en Córdoba, a no ser que baje, no puedo aprovecharme mucho… En casa de herrero, cuchillo de palo. Pero claro que me hago cosas, el ácido hialurónico es maravilloso.
¿Alguna vez has practicado nudismo en la playa?
Nunca. Al ser un personaje público no quiero que me hagan una foto. Aunque antes de ser actriz nunca lo hice, pero bueno, tampoco iba a practicar nudismo con 18 años.
Una enamorada de la vida
‘En las estrellas’ se mezcla a la perfección el mundo real y la fantasía. ¿Eres de perderte en tus ensoñaciones?
Soy muy pragmática de toda la vida, no soy nada fantasiosa.
Tu personaje sufre bastante por amor. ¿Tú lo dejarías todo por amor?
Eso es algo muy relativo. ¿Te refieres, por ejemplo, a dejar mi trabajo por amor? Pues la verdad es que mi profesión también es amor. Yo siempre digo que soy muy afortunada en el amor, tanto en la parte sentimental como en la laboral.
¿Cuál es la mayor locura que has hecho por amor?
Ahora para mí no es una locura, pero yo me hice paracaidista por amor. No es tan locura si lo piensas porque siempre quise saltar en paracaídas. Y como mi marido es paracaidista, pues me atreví y salté con él.
“He sido bailarina toda mi vida, a veces salto en paracaídas y me gusta mucho la natación, pero no soy constante con el deporte”
¿Eres deportista?
No practico ningún deporte con asiduidad, pero he sido bailarina toda mi vida. Todavía sigo teniendo esa elasticidad y, de vez en cuando, bailo con una amiga mía con la que organicé un espectáculo de baile y ahora vamos a volver a preparar otro. Ese es el deporte que realizo ocasionalmente. A veces también salto en paracaídas y me gusta mucho la natación, pero no soy constante.
En tu cortometraje ‘Contracuerpo’ tratabas el tema de la anorexia. ¿Hasta qué punto crees que la publicidad y el cine influyen en estos trastornos?
No creo que haya influido tanto. La anorexia es un problema mental. Nunca he conocido a nadie que me dijera que está excesivamente delgada porque quiere emular a algún ídolo y tener el cuerpo de esa persona. Es un problema que viene de tener muy baja autoestima y no aceptar ni tu cuerpo, ni tu forma de pensar, ni tu vida.
En la película ‘Sexykiller’ fuiste una auténtica femme fatale. ¿En tu vida alguna vez te has sentido así?
Estoy haciendo una película y los directores me preguntaban eso. Yo nunca he interpretado a una femme fatale, aunque en ‘Sexykiller’ lo era un poco pero en tono de comedia. Para mí una femme fatale es, por ejemplo, la mujer que hace de mala en las películas de James Bond. Lo hablaba con los compañeros de reparto de una peli y me decían que en mi vida tengo una actitud de femme fatale, pero yo no soy consciente de ello.
¿Te dejas llevar por las tendencias?
Yo estoy muy influenciada por la moda, no puedes no estarlo. La moda la ves en tu vida diaria, por la calle al observar a la gente ya ves lo que se lleva. Yo no soy de comprarme revistas para ver cuáles son las nuevas tendencias, pero las aprendes inconscientemente.